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Contrapunto económico
Desde hace algunos meses, se prendieron las alarmas ante la importación de acero a precios ruinosos, que coincide con una sobreoferta mundial y un declive de los precios. Una de las cinco empresas productoras, -tres están localizadas en Boyacá y representan cerca del 60 por ciento-, como es Acerías Paz del Río, ha sostenido que los precios de las importaciones provenientes, principalmente, de China, el gigante siderúrgico (53,9 por ciento de la producción y 43,5 por ciento del consumo mundial) y Rusia (4 por ciento), son “precios predatorios”.
A los anteriores países se agregan Turquía y Perú, cuyas barras de hierro o acero corrugadas están inundando el mercado colombiano.
En todo ello hay un hecho anecdótico: según la Asociación Mundial del Acero, Colombia participaba en 2023 con el 0,07 por ciento de la producción mundial de acero en bruto, equivalente a 1,4 millones de toneladas, que contrastan con los 1.020 millones de toneladas producidas por la China.
Ante estas amenazas de dumping y para proteger la producción nacional, esta acería ha solicitado al Gobierno Nacional, adoptar cláusulas de salvaguardia, elevando los aranceles de 5 a 20-25 por ciento, en particular a la importación de alambrón de acero del cual se deriva el alambre.
La producción siderúrgica colombiana, basada en procesos integrados y semiintegrados -dependiendo de las materias primas utilizadas, ya sea, entre otros, mineral de hierro o chatarra-, está concentrada en los aceros largos, laminados, acero para concreto, barras, alambrones, etc. y no satisface la demanda doméstica, originada principalmente en la actividad constructora, vivienda especialmente, e infraestructura vial.
Colombia no produce aceros planos, por lo que debe importar 2,3 millones de toneladas de rollos de acero, que son laminados por 12 plantas de laminación en caliente.
La moderada proporción de la producción nacional dentro del consumo aparente (alrededor del 78 por ciento), ha llevado al creciente aumento de las compras externas. En efecto, la producción ha venido descendiendo, no superando 1,5 millones de toneladas de aceros largos.
Ahora bien, Acerías Paz del Río (APR), es el principal productor de acero en Colombia y pese a sus repetidos intentos de reconversión tecnológica, que coinciden con el cambio de propietarios -sus propietarios actuales no es el grupo brasileño Votorantim sino los grupos, aparentemente colombianos, Trinity S.A.S.y Structure S.A.S.-banca de inversión, que controlan el 91,2 por ciento de la propiedad accionaria-, no ha logrado remontar una tercera parte de la producción siderúrgica, no obstante ser la empresa más antigua y la de mayor tamaño en Colombia.
En un reciente informe de la compañía, se lee: “Es una competencia desleal porque llegan con precios subsidiados, muy bajos, que están poniendo en jaque a los productores nacionales y amenazando su viabilidad en el mercado”.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, para atender la petición de los productores siderúrgicos, para que se adopten urgentes medidas de salvaguardia para la importación de alambrón de hierro o acero sin alear, proveniente de la China-, declaró esta semana: «Con el sector de acero en Colombia se han venido teniendo conversaciones y de allí, la primera medida que se está tomando es la de apoyar una salvaguarda con el mercado chino para proteger la industria nacional«. Simultáneamente, el Gobierno Nacional está empeñado en el montaje de una planta que fabrique aceros planos y “acero verde” o descarbonizado, recurriendo a la inversión pública-privada.
En 2008 Acerías Paz del Río y Acesco intentaron construir una siderúrgica de láminas de acero en la Costa Atlántica, que se frustró por las restricciones en el suministro del gas requerido.
E-mail: contrapuntoeconomico@gmail.com
X: @zaperongo
