El Gerente del Instituto de Desarrollo de Boyacá explica la razón por la cual el Gobierno de Boyacá le pide a la Asamblea departamental facultades para vender las acciones de la compañía. El Gerente considera que las acciones se están desvalorizando y que debieron haberse vendido hace varios años.
El Gobierno de Boyacá presentó esta semana a la Asamblea departamental un proyecto de ordenanza por medio del cual solicita que se le concedan facultades para vender las acciones que el Instituto de Fomento y Desarrollo de Boyacá, Ideboy, tiene desde hace muchos años en Acerías Paz del Río.
Las acciones del departamento en Acerías son 3.000 millones, pero el gerente del Ideboy, Gabriel Alejandro Álvarez Sierra, se queja de que el accionista mayoritario en la compañía, el grupo brasileño Votorantim, ha estado realizando diferentes maniobras con las que la participación oficial cada vez es menor.
Incluso, durante mucha más de una década, el gobernador del departamento tenía asiento en la Junta Directiva de la siderúrgica, pero el año pasado ese escaño se perdió y el departamento hoy no tiene ninguna participación real en el manejo de la compañía ni en las decisiones de administración.
Según Álvarez, una de las maniobras de Votorantim es hacer lo que se denomina como una capitalización de deuda, que es la explicación de cumplir unas obligaciones financieras, en la que el departamento, siendo accionista, debería participar, es decir ‘meterse la mano al bolsillo’ y ayudar a pagar, pero eso no está ocurriendo porque el departamento, por el contrario, lo que esperaría es una participación en las utilidades.
Las facultades que se le piden a la Asamblea es para autorizar al Gobernador, al Secretario de hacienda y al Gerente del Ideboy para contratar los servicios de expertos en el tema bursátil para conseguir un comprador, que al mismo tiempo pueda realizar la transacción que más le convenga al departamento.
Señala Álvarez que no hay una cifra exacta de cuánto pueden costar en el mercado esas 3.000 millones de acciones, pero que hoy está calculadas entre 7.27 y ocho pesos cada una, razón con la cual se esperaría recibir una suma entre los 20 y los 25.000 millones de pesos, dependiendo el valor que tengan cuando se produzca la venta. “Vender las acciones en Paz del Río no es un capricho ni del Gobernador ni del Instituto”, señala Álvarez y agrega que incluso cuando el Sindicato Antiqueño hizo la donación d esas acciones estipuló que se debería hacer esa venta con posterioridad. Añade el Gerente del Ideboy que con los recursos que se obtengan de la venta se tienen pensados varios proyectos, pero que no quiere incurrir en el adagio que señala que ‘no se puede ensillar antes de traer las bestias’. Aunque los abogados del Ideboy y del departamento realizan una avaluación sobre la situación jurídica de la participación en esas acciones, inicialmente se ha establecido que no existe ningún impedimento legal para negociarlas, pues el Consejo de Estado en decisión de última instancia falló a favor de la entidad territorial en el caso del litigo que se presentó contra la Promotora de Empresas Productividad.
Ese litigio fue una de las razones por las cuales las acciones no se pudieron haber vendido antes, pues en el gobierno de Jorge Eduardo Londoño, el secretario de Hacienda, Raúl Alberto Cely Alba planteó la posibilidad de negociarlas, lo que hubiera sido un excelente negocio para el departamento porque en esa época costaban 320.000 millones de pesos. El Gerente del Ideboy también le respondió al exdiputado y candidato a la Cámara Fernando Morales Acuña quien en las últimos días ha hecho pronunciamientos en contra de la idea de vender las acciones.
“Por qué si los precios del acero son tan buenos, el departamento no ha recibido en muchos años ni 100 pesos de utilidad por participación en las utilidades de Acerías Paz del Río”, preguntó el Gerente. Agrega que es muy fácil especular con teorías según las cuales el precio del acero a seguir aumentando, Acerías va a seguir valorizándose y el departamento va a tener cuantiosas ganancias, cuando eso nunca ha ocurrido, incluso a pesar de que el acero ha gozado de los mejores precios en el mercado. También dijo el Gerente del Ideboy, que incluso con malos precios del acero Votorantim, propietario mayoritario de Acerías, se puede dar el lujo de perder, pues en su país, Brasil, hay establecidos muchos incentivos, beneficios y subsidios para las empresas que tengan dificultades por fuera de su territorio. Sobre el tema de la venta de esas acciones se espera mucho análisis, diálogo y debate en la Asamblea de Boyacá la próxima semana.
Si, como se espera, la Asamblea concede las facultades, el departamento tendrá que contratar un experto en tema de venta de acciones en sociedades y esperar que aparezca un oferente, que incluso podría ser el mismo Votorantim. Acerías Paz del Río es hoy la segunda empresa siderúrgica más grande de Colombia, propiedad del Grupo empresarial brasileño Votorantim Group.
Creada en 1948 con el nombre de Empresa Siderúrgica Nacional de Paz de Río, la producción en pleno de la compañía se inició en 1954, cuando pasó a llamarse Acerías Paz del Río S.A. En el año 2007 el Grupo Empresarial brasileño Votorantim adquirió el 51.1 por ciento de las acciones de la compañía que, actualmente, es el responsable del 30 por ciento de la fabricación del acero en Colombia.
La producción de acero que en el papel, debería representar beneficios económicos inmensos para Boyacá por la importancia del volumen de su producción, pareciera una carga de la que hay que deshacerse de inmediato, pero es muy cuestionable el manejo politiquero con el que pretenden hacer creer que una empresa prospera y pujante por efectos opacos en la participación departamental, solo puede dejarnos contaminación ambiental y pasivos ambientales impagables, pero como si fuera poco la urgencia de deshacerse del patrimonio del pueblo por ineptitud de nuestros gobernantes, máxime si pensamos en la ampliación de las licencias ambientales que acaban de ser prorrogado por veinte años más.