A pedazos se cae un colegio en Chiquinquirá

Publicidad

Getting your Trinity Audio player ready...
Por | Juan Sebastián Jiménez

Grande el susto que vivieron los estudiantes hace algunos días, cuando el techo de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús colapsó en horas de la mañana, cayendo sobre las sillas, televisores y elementos de clases.

Afortunadamente, los estudiantes aún no se encontraban en ese salón, dejando solo una estudiante con lesiones. Pero más grande aún es la frustración de los docentes y padres de familia, quienes desde hace años advertían que de no intervenir la infraestructura del colegio íbamos a tener que esperar lo peor, pues esa espera ya ha terminado, este colegio empezó a caerse a pedazos.

Cabe recordar que esta institución educativa es de carácter público, y su funcionamiento depende principalmente de las directrices por parte de la Secretaría de Educación de la Gobernación de Boyacá, así como del apoyo de la Alcaldía de Chiquinquirá, aunque esta no cuente con certificación en educación.

Publicidad

En este contexto, los docentes han solicitado durante años recursos para prevenir un colapso estructural, sin obtener respuestas tangibles y materiales.

El año pasado, a través del personero municipal, lograron avanzar en una acción popular contra la Gobernación de Boyacá.

Y aunque la Alcaldía ha generado algunos espacios para revisar la situación, estos se sienten más como simples gestos simbólicos que como soluciones reales, dejando en el abandono los sueños y la historia de miles de niños de la ciudad.

Esta institución cuenta con más de 1.700 estudiantes, distribuidos en 25 grados en la jornada de la mañana y 20 grados en la jornada de la tarde. Actualmente, estos alumnos se encuentran hacinados y, debido a las condiciones de infraestructura, varios reciben clases bajo el sol al no contar con aulas disponibles.

En las recientes visitas de la Unidad de Gestión del Riesgo evidenció la gravedad de la situación, lo que llevó al cierre de espacios cómo el aula múltiple y el aula virtual, las cuales hoy las adorna una cinta que prohíbe su ingreso. A esto se suma, cómo si faltara más, la proliferación de ratones y palomas dada la antigüedad y el deterioro del lugar.

El olvido y el desinterés de las administraciones municipales y departamentales hacia esta institución roza lo burlesco y cínico.

La más reciente publicación del colegio refleja la desesperación ante la falta de soluciones concretas. Mientras observan cómo se desmorona una institución clave para el occidente de Boyacá.

Sin embargo, docentes, padres de familia y estudiantes se niegan a resignarse, y han comenzado a organizarse para protestar y manifestarse por una educación digna y en condiciones adecuadas, antes de que los pocos espacios que quedan terminen por derrumbar la historia o causando una tragedia para Boyacá.

    Publicidad

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.