Y es posible que el que diga Uribe también sea el que diga el régimen, pero es posible que no sea así. Entonces, habrá que esperar qué sucede con los resultados finales.
Si el que dijo Uribe es el que dice el régimen, entonces todo está dicho, el presidente ya está elegido y solo queda el trámite de una, o de las dos vueltas; es cuestión de método.
Pero si el que dijo Uribe, que es del régimen, pero no es el régimen, no es el que decide el régimen, entonces el nombre del futuro presidente no está todavía definido, o a lo mejor sí.
Pero otros podrían decir que no, que el presidente será el que elija el pueblo en su decisión soberana en las urnas, asunto que suena a ficción para otros muchos; pero así como el régimen puede coincidir con Uribe, también el régimen podría coincidir con el respetable pueblo que elegiría de manera “democrática”.
Con nombres propios: si el que dijo Uribe es el que quiere el régimen, entonces Duque es el presidente; así que habrá constituyente, y habrá articulito o articulitos, y todo lo que ya se sabe que pasaría, con base en lo que ya pasó.
Si el régimen decide que es otro, este podría ser Vargas Lleras, a quien ya la revista Semana le abrió la puerta con sus cálculos sobre la suma de una posible alianza donde Duque seguiría siendo el ganador de la primera vuelta, pero con más de cuatro millones de votos, Vargas estaría en la segunda vuelta, para ganarle a Duque. Calcado el proceso de hace cuatro años.
El miedo a las extremas daría sus mejores resultados: Vargas Lleras superaría el terror de la “extrema izquierda”, en la primera vuelta y, en la segunda, derrotaría al otro extremo, al cual la mayoría le tendría igual terror, por efecto de antiguos terrores.
Pero el régimen también podría decir que en efecto acepta la participación democrática y soberana del pueblo, para elegir a Petro. Hay quienes piensan que en realidad Petro tampoco asusta al régimen. En este caso el régimen tomaría oxígeno, pasaría como progresista, como garantista, y confirmaría que esta es “la democracia más antigua y respetable de América Latina”.
Y lo más remoto, pero todo es posible como dice la misma revista Semana en el artículo ya citado, el que diga el régimen podría ser Fajardo, en fórmula con De la Calle, más la adhesión de Petro, quienes harían una suma cercana a la de Duque desde la primera vuelta, asegurando el triunfo en la segunda vuelta. Esta es una alianza poderosa como lo afirma el autor del artículo de Semana. Así que todo puede suceder.