Inquietudes rondan sobre los procesos en la Secretaría de Cultura, Turismo y Patrimonio Territorial de Tunja. En esta carta, el sector cultural de la ciudad expone lo que ellos llaman «desatinos» durante los primeros cien días de gobierno de la Alcaldía de Tunja.
La siguiente es la carta:
«El más sonado es el caso de la fundación somos humanos y cooperamos, que ha sido el operador de la feria de ANATO y la Semana Santa 2024 entre otros, la cual es la consentida de Mikhail Krasnov. Esta fundación no registra dentro de sus códigos CIUU la realización de actividades culturales, uno de ellos es el 4711, Comercio al por menor en establecimientos no especializados con surtido compuesto principalmente por alimentos, bebidas (alcohólicas y no alcohólicas) o tabaco y el 4659 Comercio al por mayor de otros tipos de maquinaria y equipos. Al parecer se trata de una de las mismas que contrataron eventos de la pasada administración de Alejandro Funeme (por no decir que son los mismos). Como si fuera poco aparece en su registro mercantil con domicilio en Yopal, Casanare.
Muchas quejas de sonidistas, logísticos, contratistas y artistas locales del maltrato y la extralimitación en trámites a la hora de cumplir con las obligaciones contractuales. De por sí, en el SECOP no aparecen contrataciones o procesos licitatorios a su nombre que demuestren su experiencia para soportar técnicamente las razones para ser los operadores de la actual administración. Por citar un ejemplo, no aparece actualizado en el SECOP II las contrataciones con la Alcaldía de Tunja. Y vuelven las críticas, pues al alcalde electo no le sirve ninguna organización local o al parecer ninguna cuenta con la experiencia. Parece que eso de “conectar al municipio con el mundo”, se refería a otro municipio y lo de “potenciar el desarrollo económico local”, no era de esta localidad.
En un segundo tema aparece el caso del funcionario de la Alcaldía Mayor de Tunja que fue señalado de acoso sexual contra mujeres. Y no da para más, pues el señor Miguel Ángel Ruiz no fue removido de su cargo, sino que fue trasladado a la Secretaría de Cultura, turismo y patrimonio territorial. Es decir que allá se acepta de todo.
Por otra parte, en redes sociales fue muy evidente el descontento con la convocatoria artistas locales música, danza, teatro y cinematografía 2024, pues según los artistas locales, fue improvisada, sin planeación, sin tiempos coherentes y que extrañamente tuvo dos resoluciones de preseleccionados: una con un listado de 16 postulantes fechada el 23 de marzo y otra con 28 postulantes el 26 del mismo mes.
Ni hablar del teatro bicentenario, que volvió a ser el escenario perfecto de las iglesias protestantes y destinado únicamente a ser el auditorio de eventos institucionales de la Alcaldía de Tunja, sin programación de valor ni claridad sobre el uso de este bien público.
Se dice que la primera dama toma las decisiones sobre la sectorial. Y que otro de los consentidos y que le habla al oído al alcalde en temas de cultura para el plan de desarrollo y la contratación es el señor Constantino Cano Torres quien reporta, 29 procesos de causas menores, es decir incumplimientos varios, por moras y deudas. Amigo íntimo y de rumbas que él mismo publica en sus redes sociales.
Para colmo de males, aun no arrancan los procesos formativos que anualmente oferta la administración municipal, tímidamente se conoce una convocatoria que no ofrece mayor información a la ciudadanía sobre cómo van a ser estos procesos, en qué lugar se van a desarrollar, ni horarios, intensidad, ni el perfil de los maestros y docentes encargados. Lo que sí se dice es que será administrada y direccionada por la consentida fundación de Yopal. Seguramente tampoco serán artistas y docentes locales los encargados de tal proceso, ojalá sean del Casanare para que pongan a todos a bailar joropo que es lo más parecido al Vals Beriozka Ruso.
Se avizora que no hay cambios, no hay empatía con la ciudadanía ni con los artistas locales y vuelve todo a lo mismo, porque el pasado pesa mucho. Krasnov, no seas tan Funeme».