Boyacá, Plan de Desarrollo y Área Metropolitana

“La pandemia de COVID-19 no significó el fin de las ciudades,
sino una transición hacia futuros urbanos resilientes”,
ONU-Habitat, 2022

Colombia y el mundo se han transformado en sociedades urbanas, de ciudades. Las migraciones rurales se ubicaron, primero, en las grandes ciudades y, con la globalización, la violencia y la pandemia del Covid-19, se localizaron en medianas y pequeñas ciudades. El mercado global integró redes de grandes y pequeñas ciudades en Áreas Metropolitanas.

En Colombia, las Áreas Metropolitanas han avanzado solo en algunos aspectos formales –el DANE identifica solamente nueve Áreas Metropolitanas-, cuya conformación es más un hecho práctico real y cotidiano que institucional – a excepción de Medellín AM-, como ocurre también, en la diversidad de hechos y actividades que conurban a Tunja y los más de 23 municipios circunvecinos. Por tanto, la iniciativa de conformar esta Área Metropolitana (aquí nació Colombia), debe centrarse en adoptar programas estratégicos, como los enunciados abajo, al tiempo que retomar los aspectos positivos y desechar lo negativo, en las experiencias de las regiones creadas en pasados planes nacionales de desarrollo.

El Gobernador de Boyacá, Ing. Carlos Amaya, convocó a los alcaldes de los municipios por cada una de las 15 provincias del departamento, para recibir propuestas y señalar prioridades en obras de impacto territorial, que serán incluidas en el Plan de Desarrollo Departamental, 2024-2027. El miércoles 20 de febrero, se realizó el encuentro con los Alcaldes de los 15 municipios de la Provincia del Centro.

El encuentro se caracterizó por su cordialidad, signado, en particular, por la fraternidad del saludo entre el Alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov y el Gobernador Amaya. Al enunciar las siete obras de su mayor interés, Amaya destacó: actualizar la tecnología de la PTAR, para su plena operación -$31 mil millones-; acceso y salidas del terminal – al menos 200 mil millones; adición mayor a los 30.600 millones ya invertidos en el Parque Agroalimentario(¡!); actualización tecnológica a la Clínica Materno-Infantil – una suma superior al costo original de 24 mil millones, y; la Torre de Alta Complejidad del Hospital de la ciudad; el deprimido de la glorieta norte -un costo mayor a $235 mil millones; amén de obras de menor costo en colegios rurales de la provincia.

De materializarse, la operación de la PTAR beneficiaría a todos los municipios del altiplano boyacense y, de manera especial, podría ser el inicio de la limpieza que requiere el Rio Chicamocha. Con ello, podrían reutilizarse sus aguas para el regadío de cultivos hortofrutícolas y pastizales que alimentan la economía bovina para su transformación en cárnicos y lácteos: Ello exige también, adecuar las PTAR de las grandes industrias y los municipios de la cuenca, para que sus aguas residuales no contaminen más el Chicamocha. Además, constituiría una avanzada en la integración territorial alrededor del agua, como lo delinea el Plan de Desarrollo “Colombia potencia de la Vida”, del Gobierno Petro.

Como se esperaba, la propuesta del Alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov, colmo la atención, por su iniciativa de crear y organizar el Área Metropolitana, entre Tunja y los 14 municipios de la Provincia del Centro, extensible a más de 23 municipios circunvecinos, con identidad histórica en otras provincias.

El Alcalde Mikhail Krasnov tiene toda la razón (de razonabilidad). Ningún problema estructural que la Alcaldía de Tunja busque resolver, se circunscribe unilateralmente a su territorio: la conurbación física, urbanística, en salud, laboral, de mercados, financiera, cultural y deportiva, etc., entre Tunja y los municipios circunvecinos, es un hecho material y real. Los problemas y necesidades que de ello se derivan –incluida la seguridad- requieren, para su atención y solución, de la organización y operatividad del Área Metropolitana de Tunja, la planeación y concurrencia activa de sus más de 23 municipios circunvecinos.

La Provincia del Centro, tiene hoy una población de 300,294 habitantes (DANE 2024). La mayoría de los ciudadanos de sus municipios, alrededor de 280 mil, viven o estudian, gestionan o trabajan de día en Tunja, y convierten sus municipios en pueblos dormitorio. Esto es, que un elevado porcentaje de estos ciudadanos y de las provincias de Márquez, alto y bajo Ricaurte y Tundama, amén de visitantes de otras ciudades y provincias, hacen uso de los servicios públicos, de su ambiente, de sus calles y demás infraestructura física, institucional, médico asistencial y, cultural y religiosa, de Tunja.

Por fortuna, hoy Colombia cuenta con insumos normativos, constitucional y legales, que favorecen las autonomías territoriales, mediante asociaciones municipales y Áreas Metropolitanas.

La Ley 1625 de 2013 (Abril 29) , estableció el Régimen político, administrativo y fiscal, que regula la gestión autónoma de las Áreas Metropolitanas, en el marco del cual, es posible, viabilizar y hacer realidad los proyectos de desarrollo territorial.

La Ley señala expresamente que, “las Áreas Metropolitanas son entidades administrativas de derecho público, con personería jurídica, autonomía administrativa, patrimonio propio, autoridad y régimen administrativo y fiscal especial; formadas por un conjunto de dos o más municipios, integrados alrededor de un municipio núcleo, vinculados entre sí por dinámicas e interrelaciones territoriales, ambientales, económicas, sociales, demográficas, culturales y tecnológicas que, para la programación y coordinación de su desarrollo sustentable, desarrollo humano, ordenamiento territorial y racional prestación de servicios públicos requieren una administración coordinada.”

El Área Metropolitana de Tunja y sus más de 23 Municipios circunvecinos, se convertiría en el instrumento social y comunitario, e institucional y legal, para encontrar, en mancomunidad, soluciones a problemas evidentes que hoy amenazan la propia existencia legal, fiscal y demográfica de los municipios; es un claro horizonte para asumir con responsabilidad la participación ciudadana, mediante las consultas populares que deben surtirse en cada municipio interesado y que su alcalde entienda la importancia de participar en el Área Metropolitana.

Cada uno de los programas y sus proyectos atenderán a necesidades estratégicas, identificadas por el gobierno y las comunidades de cada municipio metropolitano, soportados en diagnósticos con sustentos técnicos y científicos actualizados, el pleno de los requisitos y fases legales, y los alcances de los beneficios e impactos de su ejecución, en el desarrollo y bienestar cotidiano de comunidades atendidas.
Entre algunos de los problemas que requieren la atención mancomunada de las comunidades y alcaldes del Área Metropolitana de Tunja y sus más de 23 municipios circunvecinos, tenemos:

• El Agua como fuente de consumo humano e insumo productivo agrícola e industrial. Para lo cual es necesario diversificar las fuentes y manantiales, el cuidado, protección y recarga del acuífero, así como la integración de la red de acueductos urbanos y veredales.
Éste problema requiere de soluciones estructurales mediante proyectos de alto impacto en el corto, mediano y largo plazo. Su materialidad, depende de la capacidad de gestión para encontrar los recursos financieros, técnicos, físicos y humanos, requeridos y suficientes, con regalías y el presupuesto nacional.

A propósito, el Alcalde Mikhail Krasnov asume un proyecto de alto impacto para reforestar los contornos físicos de la ciudad, que, a la vez, impacta sobre los bordes territoriales de Ventaquemada, Samacá, Chíquiza, Cucaita, Sora, Motavita, Cómbita, Oicatá, Toca, Chivata, Siachoque y Soracá, principalmente. Con éste proyecto, además de recuperar el medio ambiente territorial, se propician nuevas condiciones para alimentar el acuífero -en deterioro por el urbanismo, el cemento y amenazado por contaminación de lixiviados-, cuyos bolsones flotan desde la vereda Barón Gallero, se extiende por el valle de Tunja y abre sus brazos por Paipa y hasta el mismo Valle del Sogamoso.
Pero a la vez, la recuperación del segundo mar interior en Colombia –el Alto del Sote-, el gran lago que tenía Boyacá hasta el Siglo XVI -junto con Tota- y desecado durante los siglos XVI a XX, se convierte en el proyecto de alto impacto, para surtir de agua, por gravedad, a gran parte de los municipios del Centro, de Márquez, de Tundama y del Alto y bajo Ricaurte, por lo que la gestión que se realice desde el Área Metropolitana resultará prioritaria.

• La disposición de residuos y el fomento a la economía circular. Al igual que la PTAR, evidencian un alto impacto ambiental, pues los dos están ubicados y operan en territorios de Tunja –Pirgua- y Oicatá, y afecta a otros municipios, en particular, Cómbita, Chivata, Soracá, Tuta y Pesca.

La clasificación y transformación de los residuos, en su origen, puede constituir una industria con altos impactos sociales y económicos, y la circulación del dinero, en favor del empleo y el bienestar de familias y comunidades. Su relación con el cuidado y recuperación del medio ambiente, mostrará, en el corto y largo plazo, altos impactos en la salud de los boyacenses. ¡Pero cuidado! porque la fuga de Lixiviados podría contaminar el gran Acuífero del altiplano boyacense.

• El Turismo histórico, académico, ambiental, religioso y recreativo: El primer insumo es su gran riqueza material y espiritual que atrae a cientos de miles de visitantes. Éste puede convertirse en una fuente estratégica del desarrollo y bienestar de las comunidades, si y solo sí, se integran en una gran red metropolitana, todo el inventario de caminos, festividades, ciencia, patrimonio inmueble y otros recursos que constituyen la gran riqueza cultural del centro de Boyacá.

La organización e impulso al turismo, supone la concurrencia de expertos turísticos y académicos, con empresarios, iglesias, universidades, colectivos culturales y deportivos, etc., para capacitar guías y empresas turísticas, organizar proyectos recreativos y culturales, y eventos de alto impacto, adecuar escenarios, elevar la calidad y capacidad de la hotelería y la gastronomía, y alcanzar metas ciertas en bienestar, empleos e ingresos.

• La modernización tecnológica y la digitalización de la vida cotidiana, ha de estar a tono con la calidad en la gestión empresarial, académica urbana, rural, científica y técnica, que desde cada administración municipal se materialice a través de procesos, en particular, apoyar la eficacia en la gestión pública.

Ampliar y facilitar la conectividad a todos los ciudadanos exige introducir el acceso a la red de internet, mediante las tecnologías que proporciona y facilita el sistema 5-G. Ello exige realizar un salto tecnológico que implica capacitar y adiestrar en el manejo de softwares específicos, a maestros, tenderos, industriales, mecánicos, hoteleros, hosteleros, cultores, deportistas, funcionarios y demás profesiones y ocupaciones, en particular con softwares académicos, financieros y tecnológicos.

La conectividad, en los barrios populares y en los municipios, podrá apoyarse en empresas familiares, cuyos centros que, a la manera Café Internet –financiados por la gestión metropolitana-, facilite a cada alcaldía municipal, suministrar tiempos de acceso a equipos y redes, de manera gratuita, a escolares, universitarios, madres cabeza de familia, trabajadores y demás vecinos.

En síntesis, éstos y otros campos de la transformación estructural metropolitana, potenciarán la voluntad política de comunidades y gobiernos locales, fortalecerá la descentralización y la desconcentración de recursos y decisiones, y consolidará las autonomías locales, con la aplicación de recursos financieros en aquellos proyectos que apunten a superar los desequilibrios sociales y eleven el buen vivir de ciudadanos y comunidades. Así, se vincula a Tunja y los territorios con el mundo. ¡Es la esencia del desarrollo y del Área Metropolitana!