El debate de los peajes

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Pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla, dice la sabiduría popular y eso parece ser una constante en el Valle de Tenza y el Piedemonte Llanero, unas veces porque no se atienden las necesidades regionales y otras porque cuando tenemos lo que hemos pedido, queremos imponer la fuerza para desconocer las condiciones acordadas durante la concertación de los proyectos de desarrollo.

Por | Luis Heriberto Bohórquez
X: @luchocalidad
Ingeniero de Vías y Transportes – UPTC. Catedrático universitario, experto en calidad de materiales y producción industrial de concretos.

Hoy es una realidad la pavimentación de la Vía Alterna al Llano, desde que el Estado a través de la ANI confiara los estudios y diseños para su construcción y posterior operación a la Concesión Transversal de Sisga, hoy con un avance del 99,52% de ejecución y una inversión en obra pública nunca vista en la región. Quizás muchos no recuerden, o tal vez no tengan idea qué para cristalizar este sueño, fue necesario que la sociedad civil se organizara en forma definitiva en 2014, para exigir al gobierno de turno una solución al desastroso estado de la vía.

Luego de plantones, protestas y mucho diálogo, en 2015 se realizó en Guateque el acto protocolario de firma del Contrato de Concesión, poniendo punto final a una espera de 25 años, para remediar la problemática de conexión vial entre Cundinamarca, Boyacá y Casanare. No en vano, Salud Hernández Mora en una de sus columnas, se refirió al peaje de Machetá como “la madre de todos los atracos viales” y sin duda estaba hablando de la entonces destartalada carretera y no de una autopista.

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Meses mas tarde, tuve la oportunidad de asistir como espectador a un par de las reuniones que con cierta periodicidad realizaba la Concesión, para informar sobre el avance de los trabajos y escuchar las inquietudes de la comunidad regional y ahí siempre se tuvo claro que habría una segunda estación de peaje en San Luis de Gaceno. En honor a la verdad, no oí queja alguna contra el funcionamiento de dos peajes en el corredor vial y bastaría con revisar las actas y grabaciones respectivas, para verificarlo. Así que, partimos de un hecho estrictamente contractual e ineludible, para el Estado y la Sociedad Concesionaria.

Con estos antecedentes, es inexplicable que la comunidad a pesar de las mesas de trabajo intersectoriales, pretenda continuar exigiendo el desmonte del peaje, cuando ya de sobra existen los argumentos técnicos y jurídicos que no lo permiten. Lo mas conveniente y prudente es que cada actor de la controversia, asuma el papel que le corresponde y aporte propuestas razonables, para mantener la operación normal de la vía y permitir que todos seamos ganadores y beneficiarios del proyecto.

La comunidad debe recordar la historia y entender la evolución del proyecto, y es lógico que reclame tarifas diferenciales para los usuarios frecuentes y con justificación de vecindad y actividad socioeconómica para su aplicación, pero de ahí a pensar en eliminación del recaudo o disminución general de tarifas imposible, salvo que acudan a la solución atávica de incendiarlo y hostigarlo a punta de bala, como se está acostumbrando ahora ante la ausencia de autoridad.

El llamado es a parlamentarios, diputados, gobernadores y alcaldes, para que actúen como mediadores y catalizadores de cualquier brote de desorden, pero en primera instancia a hacer respetar la ley como es su obligación y sin recurrir a actitudes populistas buscando réditos electorales. Gobernantes, legisladores y sociedad civil deben conformar un frente común a favor de la vía, que es diferente a ir en contra de la Concesión y promover su permanente modernización, impulsando los trabajos necesarios de estabilización de taludes, ampliación de túneles y tratamiento y solución definitiva a sitios críticos. Es apenas obvio, qué por tratarse de obras adicionales fuera del objeto del Contrato de Concesión, se requiere la intervención de la ANI, Planeación Nacional y algo de voluntad política, donde además se analice la incorporación a la Concesión, del tramo Las Juntas – Garagoa.

Así pues, actuemos con sensatez y objetividad frente a la realidad de que es sacar adelante una concesión vial y ojalá los protagonistas de protestas y negociadores ajenos, pudiesen acompañarnos en los avatares de una obra de esta magnitud, unos cuantos días, más bien pocos, para conocer y entender su alcance y todo lo que hay tras el escenario final de un proyecto ejecutado con responsabilidad social.

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