Por | Miguel Ángel Peña Moreno / Asesor TIC / @MiguelPTIC
Es muy probable que si usted es padre o madre en algún momento se haya preguntado qué será lo que tanto hace mi hijo o hija en internet, esa curiosidad que a muchos asalta sobre todo en las noches o cuando ven conductas de ciberdependencia en los menores de edad. Lo que la mayoría piensa al enfrentarse a esta situación es ¿cómo hago para darme cuenta de lo que realmente hace?, porque generalmente la respuesta a la pregunta ¿qué haces? es casi siempre la misma “Nada”.
La solución a esto tiene muchas aristas, en primer lugar según el ICBF no es nada recomendable que una persona menor de 14 años tenga acceso a dispositivos móviles con internet, de hecho, muchas redes sociales aceptan la creación de perfiles o cuentas a partir de los 13 o 14 años de edad. Pero la justificación para entregarle el celular o dispositivo a un menor de edad es muy común entre los padres de familia, “Tengo que comunicarme con él o ella”. No es para menos, los índices de inseguridad en la ciudades y los atroces crímenes en contra de niños, niñas y adolescentes en principio son una buena justificación para saber cómo están sus hijos; Pero, en otros casos, son los infantes quienes presionan tanto a sus padres por adquirir un dispositivo móvil smart que incluso se dan el tiempo de investigar marcas, características y diseño, como si de una tarea académica se tratara.
Entregar tecnología con acceso libre a internet a una persona que muchas veces no distingue entre una noticia falsa y una real, o no diferencia del todo las conductas sociales positivas o negativas, o sin ir tan lejos, no gestiona sus emociones de forma adecuada ni pide ayuda con ellas, puede ser un grave error.
Los controles parentales son herramientas tecnológicas que se instalan como aplicaciones en los dispositivos móviles de las personas menores de 18 años para: Gestionar el tiempo de actividad con el dispositivo, medir el uso en tiempo de las aplicaciones, restringir el uso del dispositivo a determinadas horas sin evitar que pueda hacer llamadas de emergencia a familiares, entre muchas otras, pero tal vez la funcionalidad más interesante es conocer la ubicación en tiempo real. Saber exactamente en qué calle o sitio se encuentra el dispositivo y su dueño puede ser una bondad o un tormento, dependiendo de muchas variables, pero principalmente de los métodos de crianza, las relaciones interpersonales a nivel de familia y sobre todo la confianza que exista tanto de padres hacia hijos como de hijos hacia padres.
La primera sugerencia que hago antes de siquiera pensar en obsequiar tecnología a sus hijos es examinar muy bien esa relación de confianza y la buena o mala comunicación que tengan, tratar de comprar el aprecio o cariño de los hijos con regalos costosos casi siempre sale muy caro. Hablar abiertamente sobre el uso adecuado que se le dará a la tecnología en el hogar y en sitios públicos es necesario, establecer las reglas o compromisos es indispensable, dejar claro el correcto comportamiento en redes sociales o entornos digitales como los videojuegos y el trato respetuoso con cualquier persona debería ser un requisito para acceder al mundo digital.
Los controles parentales se encuentran para descarga en las tiendas de aplicaciones de su celular, los hay de pago, gratuitos, con diferentes características, etc. Depende de cada quien saber si el servicio que le ofrecen es el más adecuado. No se imaginan la cantidad de personas que me preguntan “¿Esto se lo puedo instalar al celular de mi pareja?”. A manera de consejo y con mucho cariño les doy mi opinión, eviten pensar que este tipo de aplicaciones son la principal opción para tener tranquilidad si sospechan que su pareja no es del todo sincera con ustedes.
Amplío el tema en mi Podcast y les dejo un vídeo tutorial en mi canal de YouTube de cómo instalar family link, el control parental más usado. Agradezco tus comentarios en esta columna y en mis redes sociales.