Sede nacional para Gabo

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Por | Lorena Rubiano Fajardo

Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidarse es difícil para quien tiene corazón.
Gabriel García Márquez

Hace cuatro décadas, un 10 de diciembre, desde Estocolmo, Suecia Colombia recibió la más grande noticia mundial: al escritor Gabriel García Márquez le otorgaron el premio Nobel de Literatura, lo que dignificó y fue una exaltación al gran creador del realismo mágico.

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A pesar de que permanentemente se hacen homenajes, concursos y foros sobre su vida y obra, es importante que el premio Nobel tenga una sede en la capital del país, con todas sus obras, películas, grabaciones con salones de lectura y tertulias y con un gran archivo fotográfico para resaltar aún más su legendaria obra.

En esa sede también los acuciosos lectores podrán devorar sus libros, escuchar audios, ver las películas existentes sobre varias de sus obras.

Ya en Aracataca, su tierra natal, existe un museo con algunos de sus objetos personales, y faltarían sus obras para que los niños empiecen a leerlo con un suave olor a guayaba observando a la cuna de las mariposas amarillas.

En la sede de la Fundación Gabriel García Márquez, fundada por él mismo en Cartagena y en el Museo del Caribe, en Barranquilla, hay algunas de sus obras y desde 1995 se realizan talleres, premios, becas, publicaciones y lideramos iniciativas para transmitir a las nuevas generaciones era el sueño de Gabo de hacer el mejor periodismo del mundo. Pero la responsabilidad de exaltar su legado cultural la tiene el gobierno nacional.

Patricia Ariza, ministra de Cultura, ha expresado su compromiso de impulsar, en distintas partes del país, el turismo cultural e investigativo, como una de las principales alternativas para acabar con el turismo depredador y prostituyente.

También señaló que la apuesta debe ser por tu turismo académico con una ruta alrededor de la vida de Gabriel García Márquez en las distintas partes del país donde el Premio Nobel de Literatura vivió, lo cual sería muy atractivo para los estudiantes de grandes universidades del mundo que siguen estudiando cada una de sus obras. Una ruta en la que van viajando y leyendo “Cien años de soledad».

Ahora en la Biblioteca Nacional se pueden apreciar varias de los objetos y prendas personales que Gabo utilizó, inclusive cuando recibió el premio nobel. También la máquina de escribir que compró Gabo en México, en 1964, y en ella escribió su más famosa obra: ‘Cien años de soledad’. Fue su primera máquina de escribir eléctrica. Es una Smith-Corona modelo 1957 que requirió una adaptación para incluirle la letra ñ en lugar del signo +.

En Buenos Aires Argentina se creó la Casa Museo de los Premios Nobel latinoamericanos. Contará con objetos que pertenecieron a los Premios Nobel del continente, han sido formados académicamente en la UBA.

Esperamos los seguidores y admiradores de Gabo que muy pronto tenga una gran sede en la capital del país.

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1 COMENTARIO

  1. Saludo al buen criterio de la ministra de cultura en su pretención de erradicar del imaginario colectivo la imagen depredadora, que en realidad debe ser la ventana que muestra al visitante, algunas muestras del patrimonio creadas por personas que al margen del establecimiento, honran el arraigo y la identidad de un pueblo en sus costumbres propias, saberes, expresiones y muestras tangibles de un recorrido histórico baluarte nacional.

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