Por | Darío Álvarez Morantes
El día 7 de diciembre de 2022, día de las velitas, fecha en que entró en vigencia el nuevo decreto ley que regula el uso de pólvora en el territorio colombiano, “buscando dar especial protección a los niños, niñas y adolescentes, a personas con algunas enfermedades y a los animales, con el que se modifica la parte 2, del Libro 2, del Decreto 1066 de 2015, con el que se reglamentan, además, las Leyes 670 de 2001 y 2224 de 2022 y estipula el cómo se manejará el “uso, la fabricación, la manipulación, el transporte, el almacenamiento, la comercialización, la compra, la venta y el expendio de pólvora y productos pirotécnicos en el territorio nacional y se dictan otras disposiciones”.
El alcalde de Guateque, Camilo Camero Alfonso, en forma ligera e irresponsable, autoriza el establecimiento de un puesto de venta de pólvora de las categorías 1, 2 y 3, (esta última ya recogida al percatarse del craso error), en el sitio denominado las 24 horas, salida principal de Guateque a Bogotá, sobre la vía publica principal de alto flujo vehicular que conduce del Sisga al secreto y comunica las poblaciones de Neira y Oriente, a menos de 50 metros de la nueva estación de servicio BIOMAX y de algunos locales comerciales y tan solo a 25 metros de mi residencia, contradiciendo la promesa de no volver a permitir la venta de estos productos, debido al antecedente ocurrido en año 2018 en el mismo lugar, donde se incendió el puesto de venta de pólvora en esa entonces, causando pánico, pérdidas materiales y estrés de personas y animales, sin que afortunadamente se perdieran vidas humanas.
En esta localidad la estación de bomberos, no cuenta ni con los equipos y mucho menos con el personal suficiente y competente para atender una conflagración de tal magnitud como la que puede ocurrir al estar la venta contigua a la estación de servicio y esta dependencia debió dar concepto negativo a la decisión, ya que la evaluación de los riesgos por simple sentido común y sin necesidad de ser expertos debió considerar el inminente peligro.
Al igual la ANI nunca debe autorizar el establecimiento de esta clase de expendios peligrosos en plena vía donde transitan vehículos particulares, de carga, de pasajeros, ambulancias e inclusive de transporte de combustibles, propiciando la incertidumbre y el temor de usuarios del transporte y transeúntes en un eventual accidente por el mal manejo de la pólvora a manos de expendedores fuera de normas y compradores inexpertos.
También la personería municipal debió advertir sobre los riesgos y dar su concepto como ente encargado de la protección de la vida honra y bienes de los ciudadanos, pero como se evidencia valió mas la imposición de la autoridad a cualquier precio del alcalde, que el interés general de bienestar ciudadano. Nunca he tenido ningún reparo con el gremio de polvoreros, a quienes no los culpo de nada en este caso, porque les dieron el cuestionado permiso, es su profesión y con eso se ganan la vida y solicitaron la autorización, la responsabilidad es exclusivamente de la primera e ineficiente autoridad, que debe conocer la ley y el alcance de sus determinaciones, al contrario exalto el arte de la pirotecnia y su labor, como quiera que el festival de luces de esta localidad es de los más concurridos del país, pero la primera autoridad en nada les ayuda, al facilitarles que infrinjan las normas legales en su propio perjuicio, pues cualquier accidente redunda en restricciones y prohibiciones para su oficio y vistosa tradición.
El permiso según lo reconoce el propio Alcalde fue radicado el 5 de diciembre sin los requisitos legales, pero en menos de 7 horas hábiles todo se subsanó, para intempestivamente aprobar la inviable solicitud, diligenciada sin la antelación suficiente y sin tener en cuenta la opinión de la comunidad afectada en el sector, lo que dificultó la información y el rechazo oportuno y si se hubiera hecho formalmente por medio de derecho de petición u otro recurso de expresión ciudadana, se habría premeditado la dilatación a conveniencia del proceso para que la orden quedara en firme al precio que fuera.
Nunca una autoridad puede dar autorizaciones de acciones y desempeños recordando al solicitante la total responsabilidad en la ejecución de una orden ya firmada precisamente sin el lleno de los requisitos legales para la protección de las comunidades involucradas, las responsabilidades del funcionario público no se delegan a particulares.
Solo con el ánimo de que esto no vuelva a ocurrir hago publica esta denuncia y ojalá el Señor Alcalde Camero, se entere y a conciencia rectifique su actuación, ordenando inmediatamente el traslado del mencionado sitio de venta de la pólvora, para las celebraciones decembrinas y del mes de enero, procurando la sana convivencia la tranquilidad y el entendimiento, en motivación de una feliz navidad y un próspero año nuevo, con los mejores parabienes para toda la población Guatecana y sin la doble moral que tanto daño le ha hecho a nuestro país.
Atentamente, Darío Álvarez Morantes, de Chiscas – Boyacá.