Este fue el grito que se escuchó esta mañana del martes 27 de junio, en la Plaza de Bolívar de Tunja en el momento en que los delegados de la ONU, en Mesetas Meta, verificaban la entrega del último fusil hecha por las FARC, en el marco del cumplimiento de los Acuerdos de la Habana, que establecieron el cronograma de la entrega de las armas como uno de los pasos fundamentales para consolidar el proceso.
El acto estuvo encabezado por la Oficina Asesora de Paz en Boyacá, cuya cabeza es Pedro Pablo Salas, quien ha dicho que: el departamento de Boyacá se crece en la paz.
Salas Hernández expresa que con el evento de esta mañana, cuando las FARC hacen entrega del último fusil a las Naciones Unidas, este hecho irrepetible en la historia de Colombia por las forma como se ha desarrollado, crea la posibilidad de que en el país, cuando se piensa en la totalidad de la sociedad, se pueden hacer cosas grandes y más allá de todos los avatares durante estos 54 años de guerra.
El acto de hoy en el Meta, abre las puertas a un futuro que no es ni utópico ni fantasioso; realmente la paz sí crea condiciones de una nueva relación social donde el argumento de la guerra no pude seguir creando las divisiones ni polarizaciones que han impedido que este país se desarrolle hacia un estado de bienestar, donde primen las decisiones que permitan solucionar las necesidades de la gente.
Hoy en Tunja, bajo el liderazgo del gobernador Carlos, en Boyacá se hizo gala de un imaginario colectivo que se ha posicionado en el departamento y es que la paz ha trascendido todas las esferas de la acción estatal. En la ejecución del plan de Desarrollo, no hay política ni acción que no se haga en el marco de ponerle el apellido de la paz, enfatiza el Asesor de Paz.
El mismo gobernador Amaya considera que es por esto que Boyacá es de los departamentos que hoy puede presentar el mayor aporte moral a este proceso.
Para Amaya, el logro de la paz y su consolidación es el acto menos egoísta que pueda hacer cualquier gobernante, y porque este es el camino al fin de los odios, como formas de hacer política y ver al contradictor.
En Boyacá se puede decir que se ha creado este nuevo discurso, que se hizo manifiesto en la Plaza de Bolívar esta mañana, donde cientos de funcionarios y ciudadanos de a pie salieron a este espacio a celebrar lo que estaba pasando en Mesetas, Meta.
Allí un solo grito unió a los asistentes: ¡adiós a las armas, viva Colombia, viva la Paz!
Otro de los mensajes clave de esta jornada desde Boyacá, a juicio del Asesor Salas Hernández, es que “en Boyacá no solamente cuidaremos los frailejones sino que cuidaremos la vida humana como algo sagrado; estaremos movilizándonos bajo el entendido de que la vida es el derecho por excelencia, para que el Estado cumpla con los acuerdos de la Habana, se brinden garantías a los desmovilizados, se les respete la vida y no se vuelvan a repetir los hechos dolorosos de la Unión Patriótica.
Por eso en Boyacá la bandera que nos une es ‘toda vida es sagrada y se respeta’.