La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca es la autoridad ambiental encargada de cuidar y vigilar el cuerpo de agua dulce situado en la localidad de Fúquene, entre los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. Durante décadas el embalse ha estado en proceso de deterioro y los ambientalistas consideran que podría desaparecer.
Un movimiento ambientalista del Occidente de Boyacá y de varias localidades de Ricaurte Alto y Bajo acaba de pedir a la Alcaldesa de Bogotá, a la Ministra de Ambiente y a los gobernadores de Boyacá y Cundinamarca acabar con la Corporación Autónoma de Cundinamarca, CAR, encargada de cuidar y vigilar la laguna de Fúquene y tomar las acciones para salvar ese embalse.
La petición fue elevada por el colectivo ‘Por Fúquene todos en Acción; Red de Pueblos Hermanos; Movimiento por la Protección del Territorio; Colectivo Ambiental de Tinjacá’.
La carta, firmada por 128 personas de 11 municipios de Boyacá, fue enviada a Claudia López, alcaldesa de Bogotá; Susana Muhamad, ministra de Ambiente; Nicolás García Bustos, gobernador de Cundinamarca; y Ramiro Barragán, gobernador de Boyacá.
La laguna de Fúquene es la principal fuente de agua para 80 mil habitantes de Chiquinquirá y para más de 70 municipios de la cuenca del río Suárez el cual nace en esa laguna.
A pesar de haber sido una de las lagunas más grandes de Los Andes Suramericanos, hoy se encuentra en peligro inminente de extinción. De una extensión de más de 30.000 hectáreas, sólo quedan en este momento menos de 500 hectáreas de espejo de agua y en menos de 15 años la laguna podría desaparecer. Desde hace años, la población queda sin agua en verano y en invierno el agua les llega demasiado contaminada.
Dicen en la misiva que “la CAR le fue encomendada la tarea de proteger la laguna y su entorno, pero lo que ha hecho es contribuir a su desecación, dilapidando miles de millones de pesos en proyectos absurdos de adecuación hidráulica, descuidando la carga de contaminantes por ausencia de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales, problemas de erosión y pérdida de bosque”.
“La CAR de Cundinamarca ha sido catalogada como la segunda más corrupta del país, al servicio de la politiquería regional e intereses particulares. Se han hecho cantidad de denuncias ante los organismos de control y medios de comunicación, que no han dado los resultados esperados”.
Es por eso que los firmantes, defensores de la Laguna de Fúquene, dicen que se suman a la propuesta que la Alcaldía de Bogotá y la Gobernación de Cundinamarca acaban de hacerle al presidente Gustavo Petro para acabar con la CAR, sustituyéndola por una nueva autoridad ambiental.
“Así mismo, proponemos que se reforme a fondo el Sistema Nacional Ambiental con una política ambiental que permita proteger nuestros ecosistemas, quite Autonomía a las CAR, promueva la soberanía alimentaria y sistemas de producción que no contaminen la laguna. Y para que los criterios científico-técnicos prevalezcan sobre los intereses del clientelismo, la burocracia y la corrupción que ha caracterizado a la mayoría de las CAR en el país”, dicen en su comunicado.
La carta es firmada por líderes ambientales de Chiquinquirá, Villa de Leyva, Tinjacá, Caldas, San Miguel de Sema, Moniquirá, Gachantivá, Ráquira, Saboyá y Simijaca.