Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
La divulgación, por parte del DANE del comportamiento de la inflación del mes pasado no dejó satisfecho a nadie. La tendencia alcista del nivel de precios muestra la confluencia de una economía cuyo moderado crecimiento está acompañado de una trepada de la inflación, ligada a problemas de restricciones asociadas con la demanda, costos e infraestructura, entre otros, pese a la reactivada producción industrial nacional, -en la que según la ANDI la capacidad instalada aprovechada bordea el 80 por ciento-, desbordada por la expansión incontenible de las importaciones.
El año pasado las importaciones crecieron 28,7 por ciento frente a unas menguadas exportaciones que lo hicieron en 14,8 por ciento y un Producto Interno Bruto (PIB) que rebotó en 10,7 por ciento.
El mes de agosto presenció el mayor incremento en la variación de precios de la canasta familiar durante la última década (1,02 por ciento), alcanzando, asimismo un nivel impensable durante el periodo enero-agosto de este año (9,06 por ciento) y, lo que es más preocupante, la inflación anual (10,84 por ciento) anuló el reajuste del salario mínimo decretado para 2022. El principal detonante de la espiral alcista son los alimentos y bebidas, gravitando con mayor incidencia, según la agencia estadística, en los hogares pobres y vulnerables, que sobreviven con ingresos inferiores a dos salarios mínimos y en los que la variación de precios anual ya superó 12 por ciento.
Pero, si la inflación no da tregua en Colombia, sorprende que Tunja haya registrado la menor variación en agosto, ya que esta se situó en 0,70 por ciento, frente a Barranquilla donde este guarismo fue de 1,94 por ciento. Los rubros que ejercen mayor presión en Tunja son la energía eléctrica y el gas domiciliario, que contrastan con los arriendos, así como algunos tubérculos, verduras y hortalizas, que mitigan el presupuesto familiar de los tunjanos. Gran parte de alimentos y bebidas continúan copando los disminuidos ingresos de los tunjanos. En el año corrido la inflación en la ciudad alcanzó 9,96 por ciento por encima del promedio nacional (9,06 por ciento), ocupando el noveno lugar, mientras que la inflación anual fue de 11,98 por ciento, ubicándose en el octavo lugar, muy distante de la variación anual en el país que marcó una cifra de 10,84 por ciento.
El panorama descrito no es nada esperanzador, pues implica un deterioro en la capacidad de compra de los colombianos, y, por consiguiente, en el acceso a una canasta de bienes y servicios, lo que conlleva una mayor pauperización de la población colombiana.
En lo atinente a Tunja, la súbita caída de la inflación en agosto no desvirtúa la carestía que no cede en esta ciudad, que se evidencia en lo transcurrido del año y en el intervalo agosto de 2021/agosto de 2022.
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