Por | Silvio E. Avendaño C.
Ella, Carmen, quien trabaja en una fábrica de cigarros, se enamora y conquista a José, un cabo. Mas en el lugar de trabajo, Carmen hiere a una mujer. El capitán la detiene y apresa y, encarga a José para que conduzca a Carmen ante la autoridad.
Por el camino la deja escapar, pues enamorado y presa de emoción, no le importa dejar a un lado el deber por el amor que lo une a ella. Sólo que ese hecho, por dejar a un lado el deber, José es degradado y enviado a prisión. Allí permanecerá pero en la imaginación y fantasía, espera salir del calabozo e ir en busca de Carmen.
Pasan varios meses y cuando José sale de la prisión va en busca de la mujer amada. Al hallarla, mientras él vive en la emoción erótica, ella no va por el mismo camino. Y el encuentro con Carmen no lleva a otra cosa que a desertar de la vida militar, en otras palabras, deja a un lado el deber. Él, por cuestiones de amor, termina por abandonar vida militar y hace parte del grupo de contrabandistas, al que pertenece ella. Surge lo trágico pues, si bien José abandona el deber y la ley, sucede que ella no ha jurado, en ningún momento, el amor para siempre. Carmen es libre.
Además, la misma existencia de Carmen transcurre en una pasión que no la ata a nada ni a nadie, sino que sigue sus sentimientos, mientras que José pretende que ella viva con él, así ella no lo ame. José hostiga en el convencimiento que ella debe vivir con él. Desconoce, no se da cuenta que Carmen vive en el apasionamiento de lo inesperado. Ella persigue el dictado de su corazón. Es libre de amar, pues no está sometida al deber del amor para siempre.
Mucho peor, cuando se da cuenta que los sentimientos de ella no están atado a ninguna obligación, sino que Carmen sigue el camino de sus deseos, José se desespera porque el amor no le corresponde, dado que ella se ha enamorado de otro hombre. Más el llamado de la madre agonizante de José lleva a que abandone a los contrabandistas. Con el tiempo vuelve en busca de ella. Ante la negativa de amor, José desesperado le insiste en que tiene que amarlo. Pero Carmen es una mujer libre, y desesperado José la apuñala.
A partir del relato Carmen, escrito por Prosper Merime, (1847), hicieron el libreto de la obra Henri Meilhac y Ludovic Halévyy el compositor Bizet realizó la ópera: Carmen (1875)