Darío Naranjo, multiplicado

Imagen | Archivo personal
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Por | Pedro Alejandro Ríos

El pasado 31 de marzo murió Fabio Darío Naranjo, líder social y sindical del municipio de San José de Pare. Lideró el sindicato de trabajadores de la caja agraria durante años, fue concejal del municipio de San José de Pare y lideró la asociatividad en Boyacá; su última participación, fue en la creación de Coagroespar, cooperativa de víctimas del conflicto armado de San José de Pare. Aquí una carta de un amigo.

El pasado 31 de marzo de 2022, por medio de un mensaje de WhatsApp, mi hermano me comunicaba del fallecimiento de Fabio Darío Naranjo, solo pude echarme a la cama a llorar, sin más. Me dolía el misterio de la muerte; lo enigmática y sorpresiva de la misma, y allí, en la cama, en medio de la confusión de las palabras, en mi memoria iniciaron a contarse una vez más las historias que compartimos con Darío; su paso por la caja agraria de Colombia, su liderazgo desde el sindicato de trabajadores, sus inicios como promotor del progresismo en Colombia, sus días de intensos debates; sus noches de escritura hasta entrada la madrugada; su triunfo como concejal en San José de Pare, así, fue construyéndose en mí, esa biografía rápida, que se mezclaba con los muchos días que habíamos compartido en los últimos meses. Todo dolía, porque habíamos soñado con más, y dolía porque allí, en esa cama empezaba a entender para mis adentros, que Darío Naranjo cada día había entregado todo.

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Al día siguiente, caminando, las calles tenían su rostro, el rostro de Darío, y de fondo, me parecía escuchar a Fals Borda y vallenatos de Máximo Jiménez, (pudo ser, porque todo ha sido posible), y ese día, todo me sabia a Darío Naranjo, por ello quizá mi oído se agudizó para escuchar cosas que me recordaran a él y, así pasó, por eso Máximo Jiménez debió volver del exilio de la muerte y recordarme, de una vez por todas que Darío, como él, eran infinitos;  Porque las causas de Darío lo hacían infinito, así como son infinitos los vallenatos de  Máximo, por ello le recordé, de inmediato, en un vallenato de protesta, en una calle de cualquier ciudad, en el rostro de quien ríe a fondo, allí le recordé.

Todo para Fabio Darío Naranjo había sido en pro de la defensa de los derechos Humanos; la dignidad laboral para los empleados de la caja agraria y liderar, todo había sido liderar, tenía eso, lideró cada jornada de paro panelero, social y estudiantil, gritaba fuerte, decía las cosas tan claras, que aun, las puedo escuchar en este aire que sopla a favor nuestro, porque a memoria de este gran líder, y en memoria de cada líder sindical y social, Colombia, en masa y razón, girará su historia y pondrá la vida en el centro; en el eje de prioridades nacionales y amar la vida del otro será revolución diaria en la búsqueda de la paz total; eso soñamos cada día, la multiplicación del mensaje y la resolución amable de cada conflicto, y desde luego, como lo soñó Fabio Darío, estar listos para una gran conversación de país, donde todos podamos vernos a los ojos y reconocernos como aliados para vivir sabroso.

En las jornadas que nos esperan, le veré a Darío multiplicado, en los ojos de miles que con ilusión ven al mañana, y le construyen con amor, desde el colectivo; desde esta gran juntanza que agrupa las letras, las voluntades y el debate diario.

 ¡Nos seguiremos encontrando, Fabio Darío!

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