Por | Zully Orozco – Economista e investigadora – Economista Liberal y apartidista
“La situación económica de Boyacá es preocupante, lejos de cualquier estrategia demagógica-populista se necesitará un compromiso verdadero”
A puertas de las elecciones parlamentarias, los candidatos políticos se enfrentan a una contienda decisiva este próximo 13 de marzo para alcanzar las curules a la Cámara de Representantes por Boyacá. Sin importar si son de derecha, izquierda o de corrientes alternativas, todos sin excepción, hacen uso de campañas muy elaboradas de marketing electoral con importantes dosis de demagogia y mensajes emocionales que buscan convencer y conectar con el pueblo. Sin embargo, más allá de la simple estrategia retórica populista que pretende maximizar votos, el departamento enfrenta profundas dificultades por cuenta de la crisis económica; por esta razón, quienes aspiran a ganar las elecciones deberán dejar a un lado las brillantes fantasías y comprometerse seriamente por volver a encauzar la economía hacia una senda de crecimiento sostenido. Empezando por combatir la pobreza.
1. El aumento de la pobreza es quizás uno de los mayores problemas que enfrenta actualmente el departamento. Según el DANE, la pobreza extrema en Boyacá pasó del 7,3% en 2019 a representar el 13,6% en 2021. A un nivel de pobreza que de por sí ya era crítico, la pandemia se encargó de agregar a 97.551 personas más. Un hecho que sobresale de ello, es que la nueva clase de pobres se conforma por personas de carácter más urbano, en contraste con el tradicional perfil de pobreza rural que caracterizaba al departamento. Por este motivo, enfocarse en impulsar la generación de empleo en las ciudades reduciendo las trabas a la libre formación de empresa, bajar la presión fiscal y mejorar la eficiencia del gasto en trasferencias sociales y servicios públicos combatiendo la corrupción y evitando el despilfarro, deberán ser los objetivos a los que se tendrá que apuntar de aquí en adelante, si en realidad se desea combatir el fenómeno de la pobreza.
2. El desempleo y el trabajo informal también constituyen importantes problemas. Más de la mitad de la población ocupada es informal y cerca de un tercio del empleo se encuentra en el sector público. Lo único que reflejan estas cifras del mercado laboral, es una recuperación débil, lenta e improductiva. Fomentar la iniciativa privada que eleve la demanda por mano de obra técnica y profesional, así como adaptar la regulación laboral a formas más sencillas de contratación y despido, son medidas que permitirán generar empleo con fluidez.
3. Por último, frenar la destrucción del tejido empresarial es un objetivo indispensable para garantizar el crecimiento económico de corto y mediano plazo. Solo en 2020 fueron destruidas cerca de 5.981 microempresas y 282 sociedades. Urge tomar importantes medidas en materia de deducciones fiscales y regulación. La mejor política social es aquella que apoya el tejido empresarial. Sin empresas no hay empleo y sin empleo no hay recuperación.
En suma, los candidatos electos no pueden asumir la representación sin implementar medidas pertinentes para revertir el grave deterioro económico que padece el departamento como consecuencia de la crisis sanitaria. Ignorar alguno de estos problemas equivaldría a repetir dos años más de estancamiento y bajo crecimiento.