Si no hay verdad no vamos a poder avanzar en dejar atrás el conflicto.
Con la decisión de la Corte Constitucional de ampliar a nueve meses el mandato de la Comisión de la Verdad para profundizar, entregar y socializar el informe final, ha iniciado a través de unas actividades denominadas “Acciones Vivas” que se desarrollan desde del arte y la cultura, como preparación para la recepción del Informe Final. Además de la conmemoración de los cinco años de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno Nacional y las extintas Farc-EP, los tres años del cumplimiento del mandato de la Comisión de la verdad.
La Comisión a través de las expresiones artísticas de la danza, música, pintura, arte y las exposiciones itinerantes, busca relatar el trabajo que ha desarrollado en los territorios y generar expectativa a la entrega del informe final.
Desde que la comisión inició el despliegue territorial en 2019, en la región centro andina, parte de los hallazgos encontrados fue la importancia que tiene la ruralidad en el conflicto armado porque se ratifica en el marco del informe que los campesinos y campesinas de la región fueron los más afectados por el conflicto armado en el territorio y a la vez, invisibilizados con unos silenciamientos profundos.
La labor de la comisión durante los últimos años ha sido, entre otras cosas, escuchar a quienes no han sido escuchados. Han conocido desde la voz viva de los territorios las diferentes afectaciones y los impactos que ha dejado el conflicto armado en la ruralidad, además de esas afectaciones han conocido las experiencias de afrontamiento, resistencia y resiliencia de las comunidades y por eso, por medio los espacios artísticos buscan visibilizar las “Acciones vivas”.
“La verdad tiene Rostro Rural” es el nombre que se le dio a las “Acciones vivas”, y con base en ese nombre se pensó que los territorios y en las organizaciones de víctimas e instituciones aliadas que han participado y acompañado a la Comisión desde 2018, hoy, pensando en estas instalaciones o performances itinerantes que siguen y participan de manera conmemorativa las dos fechas que recogen el concepto, rescatan la importancia de la ruralidad en el marco de la Comisión de la Verdad.
El DIARIO habló con Martha Patricia Obregón, Coordinadora en la microrregión Centro-andina, compuesta por los departamentos del Huila, Tolima, Cundinamarca y Boyacá. Y quien coordina los procesos y metodologías que se desarrollan en los territorios para el cumplimiento del mandato de la Comisión de la Verdad.
EL DIARIO: ¿En qué consiste la actividad de hoy?
Martha Obregón: Tenemos unas exposiciones del artista boyacense Ismael Manco, acompañados de expresiones musicales autóctonas y un recorrido organizado con la Corporación Zoscua, que es una organización de la sociedad civil y han sido víctimas del conflicto armado y que han venido tejiendo esos procesos desde antes de la Comisión de la Verdad y consideramos como aliados territoriales para fortalecer esos procesos a través del mandato de la comisión.
ED: ¿Cuál es el trabajo de la corporación Zoscua en Boyacá?
MO: Ellos han venido recogiendo, sensibilizando y dejando como mensaje en clave, de que no quieren que se repita el conflicto armado en el territorio y quieren verdad, entonces alrededor de estos procesos organizativos que tiene el territorio pensamos que este recorrido inicia en la Plaza Real hacia la plaza de Bolívar en donde se hará el performance alrededor de las obras del artista para recoger el sentido de la importancia de las obras que hemos tenido en cuenta para esta “Acción Viva” y que esto permita también que las personas que no conocen acerca de la Comisión de la Verdad, como los transeúntes y las personas incluso escépticas a estos procesos, que pueda preguntar ¿y esto que es? Y a través de nuestra voz viva y aliados del territorio contar que es lo que estamos haciendo.
Además de que el misma performance lo narra, permitir decirlo y contarlo, aclarar y generar interés en la comunidad, porque consideramos que es importante instalar el sentido del mandato de la Comisión en la conciencia de las personas, porque el que no conoce la Comisión está perdiendo un momento histórico muy importante porque los colombianos tenemos derecho a la verdad porque es un derecho y bien público el derecho a la justicia, reparación y a la no repetición. Este evento es una voz colectiva no solo de las víctimas, sino de las organizaciones de derechos humanos, de las instituciones que abrazamos el proceso, como la Defensoría del Pueblo, La Procuraduría y aquí la Gobernación de Boyacá y la Alcaldía Mayor de Tunja.
La guerra rompió la confianza entre la institucionalidad y la sociedad civil, y es relevante empezar a rescatar la confianza rota y quebrantada por los efectos del conflicto y los hechos que vivimos alrededor de esto.
ED: ¿Cuáles son los hallazgos de la Comisión en Boyacá?
MO: En Tunja y en varios municipios de Boyacá y Cundinamarca han realizado alrededor de 700 entrevistas en estos tres años, a propósito que el mandato está cumpliendo en este mes de noviembre. Todas esas voces escuchadas han sido objeto de análisis para la elaboración del informe, de contrastación para lograr priorizar en la elaboración del informe final.
ED: Incluidos los hallazgos de los demás territorios, ¿Qué hace la comisión con toda esta información?
MO: Si bien la comisión no podrá responder a todas esas verdades particulares por lo corto del mandato, si los hemos intentado recoger y darles un sentido y sé que se verán reflejadas en el informe final. El sentido es entender los cuatro grandes objetivos: El esclarecimiento de la verdad; reconocimiento de la dignidad de las víctimas y de sus derechos, reconocimiento voluntario de responsabilidades individuales y colectivas, convivencia y no repetición.
ED: ¿Quiénes más están participando aparte de las instituciones?
La corporación Zoscua, los integrantes de la mesa de víctimas y algunos invitados de algunos municipios como Otanche, Duitama
ED: ¿Cuál es el propósito de este evento?
MO: Justamente se hace para dar mayor visibilidad, se hace porque necesitamos la verdad para poder transitar hacia la convivencia y hacia la no repetición del conflicto, si no hay verdad no vamos a poder avanzar en dejar atrás el conflicto.
ED: ¿Qué tendrá el informe, porque es importante y como que formato tendrá?
MO: El informe tendrá diferentes capítulos donde vamos a hablar de los “enfoques diferenciales” tendremos un capítulo de dirección de pueblos étnicos, un capitulo que habla sobre niños, niñas y adolescentes, sobre los impactos relacionados con el reclutamiento y todas las afectaciones que vivieron entre otros que por ahora son reservados. Y el informe será tan relevante para la academia como también importante para la sociedad civil y para las organizaciones porque será una herramienta de hecho para la toma de decisiones y las construcciones de los planes de desarrollo en las regiones a través de sus gobiernos. Tener las voces de un país, de un territorio que permitirá profundizar las investigaciones que se seguirán haciendo en la academia. Tendrá múltiples formas de presentarse, el informe escrito y el transmedia, las herramientas digitales son valiosos.
ED: ¿Termina la Comisión, se presenta el informe y qué pasa después?
MO: Estamos fortaleciendo el trabajo en red, de aquí en adelante debemos juntarnos como sociedad civil, así se le dará sostenibilidad a los procesos. Las herramientas metodológicas de la comisión son cruciales para los reconocimientos de responsabilidades por parte de los actores del conflicto y el reconocimiento a la dignidad de las víctimas.
En la microrregión desarrollamos unos procesos de reconocimiento de responsabilidades como en el Huila, en donde FARC reconoció las diferentes afectaciones de múltiples hechos desarrollados por el grupo bloque sur y en ese reconocimiento tuvimos unas faces en las que estuvieron en preparación tanto los firmantes del acuerdo como las víctimas y esto requiere pasar por diferentes momentos, alrededor de un año y medio se necesita para llegar a un encuentro para la verdad. No es hacer un evento y salgan y digan verdades, además por respeto a las víctimas que son nuestro eje central como Comisión de la Verdad, ellas merecen la verdad, pero una verdad que las cuide.
Entonces la Comisión se ha pensado con un enfoque psicosocial, el desarrollo de las fases, los procesos individuales con las víctimas y aparte a los responsables. Poder reconstruir el contexto y la lectura de lo que paso, los principales hechos, sus afectaciones, como este afecto las dimensiones de sus vidas y como se sube a una mirada lectiva para el cambio de un territorio. Muchos de los perpetradores no están vivos y ahí vemos la grandeza humana, cuando los no responsables directos de los hechos, aunque si hacían parte del grupo, asumen la responsabilidad material.
El momento de la verdad y hace en un espacio público, en donde ya con toda la preparación los comparecientes y las víctimas pasan a contar su testimonio y se expresan las respuestas-.
El diálogo es una de las formas para resolver el conflicto y distinta al uso de la violencia y el uso de las armas y es el nivel de reflexión que debemos llegar las personas.