Por Tarcicio Cuervo / El Iguaqueño
Todo el mundo sabe que en Colombia los carteles de la mafia y los paramilitares eligen presidentes: El cartel de Cali patrocinó a un San Per con miles de dólares como lo dice el famoso “Proceso ocho mil”. En el año 2001 en Ralito se reúnen cien individuos integrantes de la clase política y los paramilitares y firman un acuerdo: Para refundar la patria, y en el año 2002 es elegido “Varito”, alias de un señor que había exportado narcóticos a los EEUU, según registros de la DEA.
Este ‘Gran Colombiano’ se hace reelegir comprando votos en el congreso para torcer la constitución, conocido como “La Yidispolitica”. Para las elecciones del 2006 es reelegido y el paramilitarismo ubica 26 curules en el parlamento haciendo parte de la bancada de gobierno. Salvatore Mancuso, jefe paramilitar de aquellos años, declara que las AUC le aportaron plata y votos para elegir presidente del doble periodo constitucional 2002-2010.
A partir del año 2009 la multinacional ODEBRECHT y el grupo Luis Carlos Sarmiento Angulo patrocinaron a los presidentes que nos han gobernado. En el año 2018 se elige el último de los presidentes donde se vino a saber que los narcoparamilitares en común acuerdo con el candidato y su mentor compraron votos para la elección, fenómeno que se conoce como “Ñeñepolitica”. De todos estos hechos existen evidencias: escritos, fotos, videos, grabaciones, testigos, más sin embargo los implicados y responsables de tanta fechoría, lo niegan, y una justicia corrompida los encubre.
Las noticias y las fundaciones registran medio centenar de exparlamentarios -Senado y Cámara de Representantes- presos y/o destituidos. También un expresidente registra como expresidiario. Pero con todas estas verdades públicas: el pueblo mentecato sigue eligiendo a bandidos.
En Colombia la mayoría de la población es pobre, en ese entendido, las mayorías deberían estar en el poder; pero lamentablemente estas son las mayorías que venden el voto a las mafias de los narcos y las de la oligarquía que han manejado el poder, a punta de plomo de los ejércitos regulares y ejércitos privados, comúnmente llamados paramilitares, entonces: la plata y el plomo son los mejores electores.
