Los padres y acudientes sienten cada vez más la presión para que los alumnos regresen a la presencialidad en colegios y escuelas. Este apremio ejercido desde el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Educación, está en el marco del plan de reactivación económica necesaria para el país. Sin embargo, para algunos, es un crudo paso de reanimar la vida social a como dé lugar, un riesgo de inminente muerte.
Antes del inicio de la pandemia por la COVID-19, las Instituciones Educativas del país funcionaban, sin un carácter de salubridad serio, sin edificaciones resistentes, aulas abandonadas por el mínimo decoro y respeto por preservar la comodidad de sus residentes. Denuncias por falta de agua e inseguridad estructural, falta de tableros, de sillas y/o implementos básicos para el buen desarrollo de las clases, y que durante años el Gobierno engavetó, fueron a reventar los cajones de las Secretarías de Educación, un año después de iniciar la pandemia.
El Ministerio de Educación se esfuerza más en redactar circulares y resoluciones donde piden (con tono de exigencia) a las Instituciones públicas y privadas que reanuden las clases presenciales en aulas, que en invertir capital para las mejoras de las instituciones, tales como el mejoramiento de baños, techos y/o pizarrones. Pareciera de lejos que su afán está puntualizado en zafarse de instalar conectividad digital en las aulas y así poder brindar una opción de modalidad mixta entre clases de presencialidad física y a distancia.
El regreso a los salones según el Ministerio, tiene algunas excepciones como que estudiantes o núcleo familiar presenten comorbilidades, además de la capacidad e infraestructura de la institución.
Para la secretaria (e) de Educación de Boyacá, Luz Cruz, en el departamento el 94% de las instituciones ya laboran con este método. 82% en materia de sedes de Instituciones Educativas oficiales «llegamos a 1.634 que están trabajando bajo este modelo». Afirma que cuentan ya con el 62% de estudiantes donde se suman 71.739 niños y jóvenes.
Cruz invita a las instituciones para que brinden las condiciones que permitan el retorno del cien por ciento de los estudiantes.
Circulares a quema ropa
En la ciudad de Tunja, padres y acudientes de alumnos de las Instituciones Normales, se quejan de haber recibido circulares donde las directivas les estarían obligando a enviar a los niños a las aulas. «En cumplimiento a la normatividad vigente continuamos en presencialidad y que, a partir del lunes 6 de septiembre del 2021, las estudiantes deben asistir de manera presencial a la Institución», es lo que dicta una de estas misivas de la Escuela Normal Superior Leonor Álvarez Pinzón.
Ante esto el secretario de Educación de Tunja, José Moreno, anunció a una cadena radial que apenas la ciudad cuenta con 15 mil de los 66 mil estudiantes, «cerca del 45%, es una cifra relevante; pero, pues considerando que el 95% de los docentes están vacunados […] creemos que el ejercicio de la presencialidad se va dando gradual».
«Hay un deber constitucional de que los niños estén en la escuela»
Moreno Villamil asegura que rectores entablan diálogos con los padres de familia para establecer los casos donde por motivos concretos los alumnos no puedan asistir. Aboga el Secretario, por que se recurra a este modelo, pero dice Villamil «no todos al tiempo», si no que se busque una manera de rotación de jornadas.
EL DIARIO ha propuesto una encuesta en sus redes sociales ¿Considera que es momento indicado para la total presencialidad en instituciones educativas? Donde, al momento de publicado este artículo, hay una leve opinión de los usuarios que se inclina hacia el sí.
