Feligreses piden a la Alcaldía, les permitan vivir con mayor cercanía a esta época y, a través de la medida de Pico y Cédula ya implementada y que aplica para el comercio y el entretenimiento, puedan asistir a los actos que hacen parte de su tradición.
Para esta época de Semana Santa, las calles de Tunja solían estar llenas de propios y visitantes, los templos religiosos eran el atractivo principal y la economía de la ciudad se veía beneficiada económicamente.
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Esta vez y por segundo año consecutivo, la celebración de la Semana Mayor, que en Tunja tiene más de 470 años de tradición, se traslada a Internet debido a la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias en los cambios sociales.
Desde el 26 de marzo se implementaron en la ciudad, nuevamente las medidas para contener los contagios y, entre ellas, el Pico y Cédula para ingresar a centros comerciales, cines, restaurantes y bares y gastrobares; sin embargo, no se pensó en adoptar esta alternativa para vivir la Semana Mayor como se acostumbraba.
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Hace poco más de un año cuando las campañas electorales eran noticia principal en los medios, fueron varias las informaciones que indicaban que Jhon Carrero, principal contrincante en ese entonces del actual alcalde, iba a acabar con la Semana Santa y por eso invitaban a no votar por él, hoy, con las vueltas que da la vida, es el alcalde católico el que no encontró alternativas para salvar la Semana Mayor.
En Mompox y Popayán, las autoridades, cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, han abierto diferentes espacios para que los feligreses sientan más cercana la vida, pasión y muerte de Jesucristo.
En Popayán las imágenes que enaltecían las procesiones serán expuestas frente a cada templo para que los ciudadanos los visiten y oren.
En Mompox el museo religioso también estará abierto para vivir desde allí la Semana Mayor.
En Tunja, si bien es cierto las iglesias por decisión de la Arquidiócesis cumplirán con el aforo permitido para celebrar los actos litúrgicos, las imágenes no saldrán a acompañar a los tunjanos y visitantes que están en la ciudad en esta época de reflexión y penitencia.
Los feligreses piden a la Alcaldía, les permitan vivir con mayor cercanía a esta época y, a través de la medida de Pico y Cédula ya implementada y que aplica para el comercio y el entretenimiento, puedan asistir a los actos que hacen parte de su tradición.
A quienes creyeron en las noticias de que Carrero acabaría con la Semana Santa por no ser católico, nos sorprende ver hoy al concejal asistiendo a los actos religiosos a los que es invitado y en las varias décadas que lleva viviendo en la ciudad ha acompañado la Semana Santa.
