Las políticas para garantizar mejores condiciones de movilidad en la capital boyacense se encuentran estancadas, la ciudadanía no avizora en el horizonte soluciones prontas a un problemática que día a día adquiere mayores dimensiones. Tunja sufre del mal de la eterna planeación y la nula ejecución.
Ya se cumplió un año desde que se aprobó el Plan de Desarrollo ‘Tunja en Equipo 2016-2019’. Este plan contempla cuatro ejes de desarrollo para la ciudad, compuestos por 12 políticas, siendo ‘Dignas condiciones de movilidad’ la segunda de ellas.
EL DIARIO quiso comprobar que tanto avanzó la Administración Cepeda en la implementación de los subprogramas que comprenden esta política. El resultado global dejó ver una ciudad que está prácticamente igual a como estaba cuando Pablo Cepeda inició su mandato.
El objetivo macro de esta política busca mejorar las condiciones de movilidad tanto para la red vehicular como para quienes utilizan medios de transporte alternativo; objetivos como la eliminación de nudos viales, ampliación de red vehicular y andenes, y mejoramiento de la malla vial se han convertido en tareas que requieren de mayor atención para conseguirlo ¿pero qué tanto se ha dado en los primeros 16 meses de Cepeda al mando?
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El panorama no es muy alentador, nudos viales como el de la glorieta norte siguen presentándose, incluso con mayores proporciones. Pero para la Alcaldía no se trata de algo preocupante. Según le explicó Alexander Herrera, secretario de tránsito de Tunja, a EL DIARIO; ese es un problema que depende de muchos otros factores, por lo cual su solución no se da de la noche a la mañana. Según comenta Herrera, es determinante para la ciudad evaluar el inventario que se tiene de señales de tránsito, tanto verticales como horizontales, para luego definir en cuáles zonas de la ciudad se hace necesaria la utilización de determinada señal. Según dijo, esta evaluación ya se ha venido adelantando; posterior a ella se harán diseños de las señales necesarias y luego se implementarán. Para Herrera este es un punto de arranque absolutamente necesario para cambiar las condiciones de movilidad en la ciudad.
Muchos aplaudirán que se haga este análisis juicioso en el que se busca determinar las causas de los principales problemas de movilidad; sin embargo, el grito más fuerte es el del grupo ciudadano que reclama ejecución. Más vías, más andenes, más puentes, más ciclorutas, más paraderos; en fin, más soluciones para una ciudad que cada día se ve más colapsada.
Según el diagnóstico que se realiza en el Plan de Desarrollo, la gran mayoría de la población en Tunja se desplaza a pie (42%), pero ese alto porcentaje de desplazamientos a pie no se ve reflejado en una ciudad más “amigable” con el peatón. Es cierto que la Administración Cepeda viene realizando grandes esfuerzos en la recuperación del espacio público, pero este aún no es lo suficientemente transitable. Según palabras del concejal Héctor Sánchez, el centro de la ciudad sigue viendo como comercio formal e informal sigue adueñándose de las aceras, dificultando la libre movilidad por las calles del casco histórico y generando verdaderos problemas en las personas con algún problema de movilidad reducida.
En el Plan de Desarrollo se proyecta la construcción de cinco kilómetros de nuevos senderos peatonales, los cuales aún está esperando la ciudadanía. Siendo así, y viendo que aún queda tiempo para hacer plausible esta meta, la Administración Cepeda deberá dedicar esfuerzos a la realización de esos andenes que tanto reclama la ciudadanía; especialmente en zonas como la Avenida Universitaria, donde las aceras brillan por su escasez y en donde cada vez se presentan más accidentes debido a la falta de espacios para peatones y ciclistas. Pero aunque se trate de un pedido popular, la tarea no es tan sencilla; muchas de las zonas donde se requiere la construcción de un andén son de algún particular que se niega a ceder el terreno.
Al parecer, la implementación del Plan Bicentenario será la que dictamine las prioridades en materia de vías peatonales para la ciudad. Desde la Administración Cepeda tienen claro que la peatonalización del casco histórico es un proyecto que tarde o temprano se va a dar; con este se buscará que el centro de la ciudad sea una zona peatonal en gran medida. Esto traería consigo una descongestión de esa zona y motivaría al uso de medios alternativos de transporte como la bicicleta. Sin embargo, llevaría a que el flujo vehicular se concentre en las vías aledañas al centro de la ciudad, haciendo que vías como la carrera 14, que ya vive un auténtico caos, se congestionen más. La solución para ello, según le ha explicado Herrera a este medio, es una correcta organización de la ciudad; mejor señalización, quizás un cambio en la orientación de las vías y, por supuesto, la ampliación de la malla vehicular. Pero como bien dice, “eso requiere de una buena planificación de la ciudad”. Para el Secretario de Tránsito es fundamental determinar las zonas de la ciudad que proyectan un mayor crecimiento o que por sus características resultan generando un atractivo y siendo un punto de concentración para la ciudadanía.
Tunja no tiene una cultura del uso de la bicicleta
El año pasado la Administración Cepeda y un amplio porcentaje de la ciudadanía celebró la firma de un convenio con el cual llegaban 53 bicicletas públicas a Tunja. Pero hoy no se registra un beneficio por la llegada de las mismas. No se puede decir que haya habido una falta de voluntad por parte de la administración municipal para que Tunja sea una ciudad para ciclistas. Sin embargo, la falta de ciclorutas, la ausencia de un sistema que permita garantizar el correcto funcionamiento en la prestación de las bicicletas y la falta de una cultura en el uso de la bicicleta han sido los argumentos principales para que el sistema de bicicletas públicas en Tunja siga siendo un proyecto. Pero también hay que aclarar que el Plan de Desarrollo contempla la creación de seis kilómetros de ciclorutas y la construcción de cicloparqueaderos; tareas que al día de hoy van más que atrasadas. Alexander Herrera explicó que las ciclorutas no han sido construidas porque primero se ha de determinar cuáles son las zonas de la ciudad que requieren con mayor urgencia de estas.
No hay quien vea por los discapacitados
Recientemente el alcalde de Tunja, Pablo Emilio Cepeda, ha dicho que ha recibido felicitaciones por parte del Ministerio del Interior, por el excelente trabajo de inclusión que viene haciendo su administración. Pero otro es el parecer de la ciudadanía, especialmente de aquellos que presentan algún tipo de movilidad reducida, falta de visión o audición, entre otras. Según dicen, la ciudad es poco y nada incluyente; carece de suficientes aceras con baldosa podotáctil, no tiene un sistema de transporte público, ni colectivo ni individual, pensado en aquellos que no pueden ver o tienen que desplazarse en una silla de ruedas. Desde la Secretaría de Tránsito aseguran que se ha venido trabajando fuertemente en modificar el sistema de transporte de modo que ellos queden incluidos, pero para ello hay que reevaluar la ubicación y funcionalidad de los paraderos, hay que adaptar el parque automotor de modo que sea viable que una persona con movilidad reducida pueda utilizarlo, también hay que realizar capacitaciones con los transportadores para que no le huyan a la responsabilidad de brindarle un servicio de calidad a todo los usuarios.
La implementación del sistema de recaudo unificado en veremos
la implementación del sistema de recaudo unificado se ha visto entorpecida por cuenta de los empresarios del transporte público colectivo
En el Plan de Desarrollo Municipal se menciona la necesidad de crear un sistema de recaudo unificado para el transporte público colectivo, con este se permitiría realizar trasbordos gratuitos o a bajo costo y jornadas de trabajo razonables para los conductores. Sin embargo este objetivo va a tener que aplazarse porque hasta el momento lo único logrado es la implementación de un sistema de geolocalización para los vehículos de transporte público colectivo. Según le comentó el concejal Héctor Sánchez a EL DIARIO, la implementación del sistema de recaudo unificado se ha visto entorpecida por cuenta de los empresarios del transporte público colectivo. Los conductores reclaman su implementación ya que con este se dejaría de manejar dinero y se utilizaría tarjeta para el pago, y esto le facilitaría la labor al conductor; no tendría que manejar y dar cambio al mismo tiempo, se evitaría cualquier intento de robo, y solo tendría que concentrarse en lo indispensable, prestar atención a la carretera. Hasta aquí la implementación del sistema de recaudo unificado va en primera y no parece que esta administración sea capaz de meterle el cambio para que en 2019 sea una realidad. Sin embargo, el Secretario de Tránsito de Tunja asegura que se está trabajando en estudiar los casos de otras ciudades donde ya se ha implementado este sistema, con el fin de no cometer los mismos errores.
La ‘noble y leal’ no tiene cultura
se siguen viendo fallas como que la ciudadanía no respete las señales
El Secretario de Tránsito de Tunja cree que la ciudad va avanzando por buen camino en materia de movilidad; sabe que el proceso es largo y que los cambios no se dan de la noche a la mañana. Cuando se le consultó por el aspecto en el que la capital boyacense va más colgada, Herrera contestó sin bacilar que se trata de la cultura ciudadana. Según señaló el secretario, en Tunja se siguen viendo fallas como que la ciudadanía no respete las señales, las desconozca, no use los puentes, no use los paraderos, o irrespete a los conductores por no parar donde el ciudadano pide, así esté prohibido.
Lo cierto es que la Administración Municipal tampoco ha realizado grandes esfuerzos para que la ciudadanía cambie sus prácticas. Hasta ahora la única campaña realizada es la de los funcionarios de los chalecos azules, quienes se ubicaron en zonas estratégicas de la ciudad para indicar a conductores y peatones las fallas que cometen como ciudadanos, en las que exponen su vida y la de los demás. Pero al parecer la campaña no generó los efectos deseados porque esas fallas que comentan desde la Secretaría de Tránsito, imprudencias al cruzar los semáforos, no utilización de puentes, no cruzar sobre la cebra, no utilizar los paraderos, entre otras, siguen presentándose.
A la falta de campañas para educar o generar cultura en la población, hay que sumarle la falta de inventiva para llegarle a cierto tipo de públicos; no se educa igual al ciclista que al conductor, del mismo modo que no se enseña igual al conductor de 60 años que al de 25; ahí hay un enorme fallo por la falta de exploración de alternativas y plataformas para generar cultura entre toda la población.
Los ciudadanos piden más trabajo
Si bien es cierto que los problemas de movilidad de una ciudad no se cambian de la noche a la mañana, los ciudadanos consideran que hace falta mucho trabajo por parte de la administración local. EL DIARIO, a través de sus redes sociales consultó a la ciudadanía si considera que en los últimos 16 meses la movilidad de Tunja ha mejorado. La respuesta fue contundente, un 73 por ciento considera que no. En las calles se consultó a los ciudadanos sobre sus principales molestias al momento de desplazarse por la ciudad y las respuestas más frecuentes fueron la excesiva congestión en el centro de la ciudad, el no establecimiento de horarios para el descargue de todo el sector comercial en el casco histórico, la falta de autoridad para hacer respetar paraderos, señales y normas de tránsito. La carencia de vías fue otro de los factores que los ciudadanos consideró determinante para emitir un criterio negativo sobre la movilidad en Tunja. También lo fue la falta de métodos alternativos de transporte así como la inexistencia de infraestructura para que estos puedan surgir en la ciudad.