José Mancilla, casanareño y boyacense de corazón, estudiante de Negocios Internacionales en la Uniboyacá, aprendió la receta familiar de arepas de peto, proyectó su negocio en la ciudad de Tunja y ahora genera empleo.
La historia de José Ricardo Mancilla Garzón es única. Esta joven de 22 años, oriundo de Yopal, es hoy la cabeza de Chepeto arepas, un emprendimiento que inició hace cuatro años. «Cuando iniciaba mis estudios en Negocios Internacionales en la Uniboyacá, mi tía Isabel y mi madre tenían un negocio de arepas precocidas; pero, por cuestiones de salud mi mamá tuvo que devolverse a Yopal y mi tía se dedicó a otras cosas».
Sin embargo, las semanas pasaban y los pedidos por arepas seguían llegando. «Entonces mi madre me enseñó cómo hacerlas y yo inicié a prepararlas para los clientes».
Aunque Mancilla inició un primer año con pocas ventas como dijo a EL DIARIO, pudo ver en el negocio una proyección de ventas de puerta a puerta. «Por un año los pedidos semanales eran mínimos y solo usaba las ganancias para entretenimiento. Pero después vi proyección en este negocio e inicié las ventas puerta a puerta con mis vecinos, lo cual me sirvió para perder el miedo total de vender y de hablar en público».
Este ejercicio le serviría para visibilizar en el futuro una oportunidad para otros. «Vi viable dar trabajo a muchachos para que tocaran puerta a puerta. Nuestra forma de venta no es generar lástima, es ofrecer un producto saludable y totalmente artesanal y sin químicos, ya que esa es nuestra ética de trabajo».
Para elegir a los vendedores José dice que no necesitaban que estos tuvieran experiencia, «yo les enseñaba cómo vender desde cero y a que perdieran el miedo. Nos gustaba que estuvieran estudiando algo. En este momento tenemos a tres vendedores, un estudiante de Filosofía de la UPTC, un estudiante a punto de graduarse de Educación Física de la UPTC y, un estudiante a punto de graduarse de Arquitectura de la Santo Tomás». Este generación de empleos le ayudaría a crear dos líneas de ventas que son los vendedores y las tiendas.
El reto de la pandemia
Mancilla resaltó los problemas que tuvo el negocio el año 2020 con el aislamiento obligatorio por la COVID-19.
«Para ningún emprendedor fue fácil afrontarla. Fueron cuatro meses sin vender nada porque el brote estaba vivo y, para cuidar a los vendedores, por salud preferimos no vender. Para el quinto mes luego de iniciar la pandemia, se abrió el primer puesto físico de Chepeto arepas, ubicado en el Peslac al frente de la Plazoleta de San Francisco, donde duró dos meses por cuestiones de la Alcaldía. Tuvimos que reubicarnos frente a la pista de karts junto al Centro Comercial VIVA, allá duramos cinco meses».
El puesto físico en este momento no está «por la situación que estamos pasando. Pero desde que iniciaron a funcionar el puesto, nuevamente remontamos la tarea de seguir ofreciendo arepas puerta a puerta y en las tiendas«.
José Ricardo Mancilla Garzón envió un mensaje a los jóvenes, «no esperen nada e inicien lo más pronto para alcanzar sus sueños».
En este momento no Chepeto arepas no cuenta con un establecimiento propio; sin embargo, los pueden encontrar en WhatsApp 3123731554, en redes sociales en Instagram y Facebook. Igualmente, los vendedores recorren permanentemente los barrios del norte de Tunja.
Genial! Realmente es un gran servicio prestado con el sudor de la frente. Ojalá se conozcan las arepas Chep- eto por toda la ciudad y posteriormente por diferentes regiones del país. Con estos fríos, qué rico una arepa con aguadrpanelita sumerced!