Por: Edilberto Rodríguez Araújo-Profesor de la Escuela de Economía de la UPTC
En este mes se cumplen cinco años de la puesta en marcha del tratado del libre comercio (TLC) con los Estados Unidos, acuerdo comercial que desató una oleada de protestas como el paro agrario registrado en 2013. Muchas fueron las expectativas que se generaron alrededor de sus presuntos beneficios e impactos negativos, máxime cuando este país es el principal socio comercial, comoquiera que en 2016 representó el 31,8 por ciento de las ventas externas. Durante el periodo 2000-2016 Colombia ha experimentado un persistente déficit en la balanza comercial, que, contrario a lo que se esperaba no ha podido ser remontado con los 13 tratados vigentes. El año pasado el saldo negativo del sector externo alcanzó cerca de $ 56 billones, equivalente a 13,8 millones de dólares.
Como se recordará, el proceso de negociación y aprobación del TLC con los Estados Unidos, estuvo acompañado de un debate nacional sobre la conveniencia de desgravar el comercio exterior, a cambio de unos dudosos beneficios en torno a la dinamización del crecimiento de la economía y la generación de empleo, discurso falaz que los promotores del libre comercio propagaron a diestra y siniestra.
Hoy, cumplido su primer quinquenio, los resultados no son alentadores. Se anticipaba una expansión de las exportaciones hacia ese mercado de destino, encontrándose, por el contrario, una caída libre, en tanto que las importaciones, a pesar de que se han desinflado, siguen superando las ventas colombianas, arrastrando un saldo en rojo para el país. Se esperaba una reducción del desempleo en dos puntos, durante los primeros cinco años de vigencia, y esto no ocurrió. La creación de empleo anual ha estado por debajo del año precedente al despegue del acuerdo comercial. Aún no se conoce qué proporción corresponde al componente TLC.
Evolución de los principales indicadores del TLC Colombia- Estados Unidos
Año | Exportaciones (US millones de dólares) | Importaciones (US millones de dólares) | Balanza comercial (US millones de dólares) | Variación porcentual del PIB | Tasa de desempleo (%) | Incremento/ disminución del empleo total (miles de personas) |
2011 | 21.969 | 13.549 | 8.420 | 6,6 | 10,0 | 798 |
2012 | 21.833 | 14.242 | 7.591 | 4,0 | 9,6 | 689 |
2013 | 18.459 | 16.337 | 2.122 | 4,9 | 8,9 | 346 |
2014 | 14.200 | 18.193 | -3.993 | 4,4 | 8,5 | 472 |
2015 | 9.843 | 15.512 | -5.669 | 3,1 | 8,2 | 530 |
2016 | 9.870 | 11.878 | -2.008 | 2,0 | 8,6 | 111 |
Fuente: MinCIT/Dane.
De otra parte, en la canasta exportable hacia los Estado Unidos, a pesar de la caída de 20 puntos en este periodo, siguen predominando los rubros minero-energéticos, aportando cerca del 62 por ciento. Como era previsible, a la par del aumento de las importaciones de bienes industriales, que representa alrededor del 80 por ciento, los productos agroindustriales se triplicaron durante los últimos cinco años, en particular el aceite, frijol y tortas de soya, el maíz, leche y trigo, producto que, indudablemente, desplazaron la producción nacional.
Al examinarse la incidencia del TLC con los Estados Unidos en el sector externo de Boyacá, se encuentra que el tamaño de este es muy marginal, al copar menos del 1 por ciento del agregado nacional. En contraste con lo que se observa a escala nacional, la balanza comercial de Boyacá con ‘Trumpolandia’ ha arrojado, permanentemente, un saldo a su favor en 2016 de, aproximadamente, 69 millones de dólares. Pese a que Estados Unidos absorbe 26,7 por ciento de las exportaciones boyacenses, su principal comprador es el Mercosur (45,8 por ciento), seguido de Venezuela, México y la Unión Europea. La presencia estadounidense en las importaciones del departamento, el año pasado, fue de 5,9 por ciento.
Mientras persista una estrecha especialización en las exportaciones, las posibilidades de acceder a nuevos mercados, aún con toda la parafernalia aperturista, serán nulas o escasas. Boyacá no ha podido diversificar su oferta exportable concentrada, excesivamente, en esmeraldas y carbón: 95,4 por ciento. Esta situación se agrava, al considerar que el 63 por ciento de las compras externas está representado en productos intermedios, barras, alambrón, perfiles y chatarra de hierro y acero.
En fin, no se puede desconocer los efectos letales que tiene el TLC sobre algunas actividades, particularmente, agrícolas, que han languidecido ante la indiferencia gubernamental, tal como se alertó hace cinco años.