Alexander Buitrago Torres solo alcanzó a disfrutar de la vida por cortos 11 años, pero estos fueron suficientes para ganarse el cariño, el afecto y el aprecio de todos en su municipio.
No era para menos, pues al pequeño Alexander siempre se le vio muy cercano y comprometido con las actividades de carácter social y comunitario que organizaba el Ejército Nacional.
Fue una relación que se fue consolidando, Alexander se ganó el respeto de los soldados, mientras que ellos se ganaron su afecto y especialmente su entrega, pues siempre estaba presto a participar de las actividades organizadas por el Ejército.
El COVID-19 no lo venció, pero si lo hizo una leucemia que le arrebató la posibilidad de cumplir todos sus sueños. Claro que antes de partir, Alexander se aferró a la vida para cumplir sueños como hacer motocrocismo.
Su deceso se dio el viernes pasado, y dado el cariño que le tenían, en su pueblo organizaron uno de los funerales que más se recordarán en el tiempo. El Batallón del Ejército Chiquinquirá organizó un desfile en su honor, y una multitud de ciudadanos se unió a la manifestación de afecto hacia el pequeño y sus familiares, que a pesar de la tragedia guardan un bonito recuerdo del homenaje que le rindieron al pequeño Alexander el día que abandonó este mundo.
La siguientes fotos se publican con la expresa autorización de los familiares.