Si el más reciente reporte de COVID-19 no tiene en alerta a los boyacenses, nada lo logrará. Hoy la situación parece estar saliéndose de las manos, parece estar creciendo a una velocidad que amenaza con volverse incontenible para el sistema sanitario del departamento. 402 casos nuevos fue la cifra que dejó sin aliento a los mandatarios del departamento, que por estas horas deberían estar evaluando medidas para frenar el potencial de la pandemia.
Durante el puente festivo, próximo a terminar, hubo indignación en Villa de Leyva por un apagón mientras el municipio lograba una ocupación cercana al 90%. Y así como muchos no lograron creer que un apagón pudiera extenderse de tal manera en pleno siglo XXI, muchos otros no entendieron como puede alcanzarse casi el lleno total de un municipio en medio de una pandemia.
Claro que no fue una situación exclusiva de Villa de Leyva, se replicó a lo largo y ancho del departamento, pues las filas de turistas pudieron verse en iglesias, restaurantes, parques y plazas de cada uno de los 123 municipios del departamento.
Si bien era un panorama esperado para un sector que se ha visto tan golpeado en los últimos meses, como lo es el turismo, no deja de preocupar que este sea el panorama en el día que más casos se han registrado en Boyacá.
Fueron ni más ni menos que 402, que duplican a los reportes hasta ahora más abultados, y que enciende las alarmas porque el departamento no está ni estará preparado para la propagación del virus a un ritmo tan vertiginoso.
402 casos en una sola jornada evidencian varias situaciones: exceso de confianza ciudadano, relajación a la hora de seguir cuidados y protocolos de bioseguridad, falta de solidaridad para cuidar o pensar en el otro, pero principalmente una apertura que se ha dado de forma irresponsable y quizá precipitada, pasada por falta de rigurosidad o carente de vigilancia sobre su ejecución.
El departamento jamás ha llegado a entrar en alerta naranja por ocupación de camas UCI, pero de seguir registrando días de 400 casos o más, no tardará en llegar ese momento del colapso sanitario.
A esto ha de sumarse que desde finales de la semana anterior el número de pruebas a la espera de resultados no baja de 4.000, lo que a su vez habla de dificultades para el procesamiento y especialmente de un panorama con las cifras distorsionadas, pues la cantidad de ciudadanos portadores del virus podría ser mucho mayor. De acuerdo a las cifras oficiales son 2.370 casos activos, que no es una cifra menor, sino que debe generar alertas pues nunca antes, en todo lo corrido de la pandemia se llegó a una cifra tan alta de casos activos.
Este reciente puente festivo tiene que ser el último recuerdo de una pandemia frente a la que Boyacá pudo haber perdido pero que aún está a tiempo de enfrentar para sacar a la mayoría de sus habitantes sanos y salvos.
Definitivamente es inconsciencia, falta de solidaridad y el materialismo del mundo moderno. Es impresionando ver los parques y otros lugares públicos llenos de gente, sin distanciamiento y medidas de bioseguridad.
Cual apertura irresponsable, señores de los medios de desinformación eduquen no atemorizen a la gente, les ha parecido poco tener la cuarentena más larga del mundo y querer y amenazar con volver a aplicarla? Presisamente es a una conclusión que llegamos que las cuarentena no sirven, los alcaldes se dedicaron a encerrar, ley seca y comparendos y contratos torcidos aprovechando el estado de emergencia. Los efectos y errores del manejo de esta pandemia se verán a un mediano plazo cuando se vean los daños a la salud, economía y educación.
Y cuáles son las alternativas para frenar una pandemia, luego de 160 días de encierro. ?..
Cuando se llega al contagio comunitario con transmisión sostenida se debe dejar que continúe. No hay que alarmar ni asustar con el número de casos, ahora se tienen las pruebas y las instituciones de salud preparadas para atender a los enfermos, cosa que 4 meses atrás no había. Hay búsqueda activa y más del 90% de los casos transcurro con síntomas leves.