Estamos en deuda con Nairo Quintana

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Por: Daniel Triviño

Qué generosas son las redes sociales al permitirle visibilizar su opinión a aquellos que no han sido capaces de terminar una etapa ni siquiera por televisión, esos mismos que hoy se atreven a cuestionar a un grande entre los grandes, quizá al mayor de todos los tiempos en la historia deportiva de Colombia.

Esos mismos críticos de cafetín han venido creándole una imagen de mediocridad y conformismo a un deportista que merece el trono de oro en el olimpo del deporte colombiano. Le acusan de tener siempre un pretexto para justificar su derrota, como si ganar siempre en el ciclismo fuera posible.

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La descolgada de Quintana en el Grand Colombier no se debió a incapacidad o mala preparación, se dio porque Quintana está mermado en su forma física por las caídas que sufrió en el Tour de Francia, especialmente la última, de la cual no tuvimos mayores detalles en las transmisiones de televisión, pero que fue lo suficientemente grave como para sacar a Bauke Mollema y Romain Bardet de la competencia.

Quintana no salió, Quintana aguantó como un campeón, de esos que enseñan a caerse y levantarse, a no rendirse jamás, sea cual sea la adversidad.

Tan grande es el espíritu de Nairo Quintana, que en medio de la debacle que significó el ascenso al Grand Colombier, encontró el momento justo para motivar al vigente campeón de la Grande Boucle, Egan Bernal, quien días atrás tuvo una postura crítica injustificada hacia el de Boyacá.

Nairo Quintana empezó a participar en el Tour de Francia desde 2013, se ausentó en 2014 para ir a ganar el Giro, y luego no faltó nunca más a la ronda francesa. En sus seis participaciones tuvo cinco figuraciones en el top 10, tres de ellas en posiciones de podio, con la posibilidad de terminar esta edición también entre los diez mejores.

Eso lo convierte en un fuera de serie, en el mejor ciclista latinoamericano de todos los tiempos, pues no hay nadie más que ostente un registro tan descollante. Es más, en la última década en el planeta entero el único que supera los brillantes registros de Quintana es Chris Froome, que con cuatro títulos de Tour de Francia es considerado una leyenda de este deporte.

Tan atrevidas, indolentes y faltas de criterio han sido las críticas hacia Nairo, que hoy le invitan a dar un paso al costado pues supuestamente está muy mayor para el alto rendimiento, olvidando que Primoz Roglic tiene la misma edad y está a punto de conseguir su primer Tour de Francia. El esloveno, a diferencia de Nairo, no tiene figuración en podios, ni un palmarés tan largo como el del boyacense, pero hoy está muy cerca de conquistar el ‘sueño amarillo’, fuera del pronóstico de todos los pitonizos de redes sociales, que hoy descartan a un Quintana que se vio muy sólido y renovado antes de la seguidilla de accidentes que lo sacó de competencia.

Un día antes de la debacle en el Grand Colombier Quintana lo advirtió, Quintana dio muestras de extremo dolor y de posibles dificultades en etapas venideras. Hoy, aún dolorido y acongojado por la pérdida del título, Quintana ha vuelto a tener la frente en alto para plantearse terminar el Tour de Francia entre los 10 primeros. Si eso nos de admirar, nada más lo es.

Hoy, en su habitual pronunciamiento en las jornadas de descanso, Quintana ha dicho «el objetivo es seguir para adelante. No sabemos so podio o top 5, lo importante es hacer una buena general. A pesar de todas las dolencias que tengo hay que seguir, eso es lo que me identifica». Y eso es lo ha hecho un ejemplo de pujanza y pundonor para la mayoría de colombianos.

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