Asociación de productores de Agrás de Ráquira: nuevas formas de producción sin la industria química

El laboratorio para obtener insecticidas y fungicidas orgánicos, en la finca de Parmenio Buitrago. No solo los productos son completamente amigables con el medio ambiente, sino que le ahorran al agricultor entre el 70 y el 80% de los costos frente a los que se compran en el mercado, producidos por las los grandes fabricantes de insumos. De Izquierda a derecha: José Belisario Salinas Mendieta, José Reinel Galeano, Alejandro Valencia, Parmenio Buitrago Silva (Presidente de la Asociación), Juan Pablo Salinas y José Fernando Salinas, miembros todos de la Asociación de productores de Agrás y protagonistas de las nuevas formas de producir. Foto | Hisrael Garzonroa
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La gobernación de Boyacá a través de la Oficina de Diálogo Social y Paz, en cabeza de Pedro Pablo Salas Hernández, renueva el apoyo a esta asociación, cuya trayectoria y resultados son otro ejemplo de lo que se puede alcanzar cuando el trabajo, la cooperación, la solidaridad y la decisión de cambio aparecen en las comunidades.

Es el gran objetivo: con laboratorios caseros donde se pueden fabricar insecticidas, fungicidas y abonos naturales, la Asociación de Productores de Agrás de Ráquira, va camino de liberarse en buena parte del uso de los abonos y pesticidas de la industria agroquímica, cuyos costos se han vuelto impagables y los perjuicios, en el largo plazo, resultan inevitables para el medio ambiente, afectando las fuentes de agua, deteriorando los suelos, erosionando el patrimonio de las semillas tradicionales y arrebatando las exiguas utilidades que la agricultura, hoy, le deja a la mayoría de los campesinos.

Con la asesoría de Isaías Rodríguez, un líder raquireño, Técnico Agropecuario y Administrador de Empresas, que durante muchos años estuvo vinculado a la Fundación San Isidro, en Duitama, y con el liderazgo de agricultores como Parmenio Buitrago, un biólogo, químico y genetista empírico, basado en su trabajo y experiencia diarios, en su finca, el camino hace rato se empezó a andar, con resultado palpables en todos los frentes: cultivos sanos y abundantes, fuentes y acopios de agua respetados y sin contaminación, más rentabilidad en el manejo de los cultivos, e inclusive, la posibilidad de obtener ganancias adicionales con la comercialización de un buen número de insecticidas, fungicidas y abonos de origen orgánico y natural producidos en cada finca, en la medida de que las prácticas se vayan extendiendo y perfeccionando.

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Cómo transformar para mantener la tradicional finca campesina

Parmenio Buitrago. Foto | Hisrael Garzonroa

Parmenio Buitrago, en su finca de la Vereda de Torres, ha logrado todo un nuevo sistema de manejo y mejoramiento de cada uno de los cultivos, encabezados por el agrás, del cual es uno de los principales productores en la región. Parmenio a través del tiempo ya tiene la trazabilidad del cultivo del agrás, sabiendo del comportamiento de la planta en condiciones naturales, sin beneficio especial, pasando por la clasificación de variedades, manejo de los suelos, fertilización, periodos de siembra, tiempos de desarrollo del cultivo, productividad del mismo e identificación de nuevos métodos de manejo; mientras que mujeres lideresas como Emilce Chacón, también Productora, ha dado un paso más y hoy está al frente de un trabajo de adopción tecnológica para darle valor agregado al agrás, mediante los distintos usos que pueda tener.

Emilce Chacón. Foto | Hisrael Garzonroa

Pero también en su finca, que no pasa de tres hectáreas, donde tiene su vivienda, Parmenio experimenta y diversifica. Lo primero, con el montaje de un laboratorio rudimentario para producir los insumos: abonos, fungicidas e insecticidas, mientras que en áreas pequeñas pero estratégicas, produce variedad y calidad de alimentos como maíz, arveja, haba, fríjol, caña de azúcar, frutales, plantas aromáticas, entre otros.

La parcela de cultivos asociativos permite en primer lugar, el autoabastecimiento de la casa, sobrando algunos excedentes para el mercado, pero en especial para el intercambio con los vecinos, cuyo fin es que cada día hayan más hogares en estas veredas a los que no les hagan falta alimentos en sus despensas. Foto | Hisrael Garzonroa
Estanque Zamorano. Foto | Hisrael Garzonroa
Parmenio delante de su huerta de arveja bajo invernadero. Foto | Hisrael Garzonroa

Producción limpia para el mercado

En este lugar, están depositados los ingredientes para obtener el mejor fertilizante para los cultivos de la finca de José Reinel, cuyo secreto principal es el aprovechamiento de los microorganismos del bosque que aquí comienza. De Izquierda a derecha: Parmenio Buitrago, Alberto Arévalo, Pedro Pablo Salas, Asesor de diálogo social y paz de la gobernación de Boyacá, Arturo Aguilar Gómez, José Belisario Salinas, Isaías Rodríguez, José Fernando Salinas y Juan Pablo Salinas. Foto | Hisrael Garzonroa

El ejemplo de Parmenio Buitrago, también presidente de la asociación de los cultivadores de agrás, ha llevado a que el vecindario vaya transformando sus prácticas y sistemas de beneficio de los cultivos, lo que les permite mejorar las condiciones de productividad, de sostenibilidad y de rentabilidad, permitiendo que excedentes importantes se puedan llevar al a los mercados locales más cercanos como la misma Ráquira, Chiquinquirá y Sutamarchán.

Agricultores, pertenecientes a la Asociación, son ejemplos magníficos, como sucede con la experiencia de José Reinel Galeano, quien en una finca, más abajo, también de unas tres fanegadas, ha establecido un lote de producción con “papas de año y criolla”, con arveja colgada, tanto bajo invernadero, como a la intemperie, fríjol y hortalizas. Estas áreas son fertilizadas con abonos orgánicos obtenidos en la finca, y sostenidos con insumos aún más innovadores como es el caso de la producción de fertilizantes a partir de la mezcla de elementos naturales y reforzados con los microorganismos del bosque donde las mismas piedras del entorno contribuyen a formar fenómenos químicos que hacen que los productos finales sean más efectivos para aumentar la producción, mientras que son completamente amigables con el medio ambiente.

Debe leer: El de Ráquira, ¿Un alcalde que calumnia y persigue a su propia comunidad?

José Reinel y su Señora exhiben con orgullo el producto de su trabajo y el ejemplo que son para la región con el manejo de sus sembrados.

Panorámica de los cultivos orgánicos en la finca de José Reinel. Foto | Hisrael Garzonroa
Reinel Galeano. Foto | Hisrael Garzonroa
Isaías Rodríguez. Foto | Hisrael Garzonroa

Oriundo de Ráquira, Isaías Rodríguez, con la experiencia de más de  20 años de trabajo con la fundación San Isidro, periodo que le ha permitido consolidar sus conocimientos y capacidades de liderazgo, que ahora los pone al servicio de su municipio para asesorar  e impulsar el proceso de asociación de los productores de agrás y propiciar el cambio de mentalidad de los agricultores para que sean ellos mismos quienes apropien conocimientos para cambiar las formas de producción.

A Isaías lo emociona la idea: “a pesar de las circunstancias, los productores de Ráquira siguen sembrando surcos de vida alrededor de la agroecología para que pronto cosechemos los frutos de la esperanza y la justicia”.

Cuenta que desde hace más de cuatro años se ha iniciado un proceso de transformación y cambio de un modelo convencional a un modelo de producción más amigable con el planeta, donde se combina el saber campesino con la ciencia e investigación académica.

Resalta cómo este proceso se ha venido acompañando desde la Fundación San Isidro, con sede en Duitama, organización campesina con más de 40 años de experiencia que no solo es el punto de referencia para los campesinos de Ráquira ahora, sino que lo ha sido para miles de productores en todo el país que a lo largo delos años han sido beneficiados con la acción de la Fundación.

Para Isaías Rodríguez, el compromiso también es con el medio ambiente, la salud de los productores y de nuestros consumidores ya que lo que producimos es con base en rocas fertilizantes, extractos de plantas, biopreparados y microorganismos eficientes. Con la fertilización y control de plagas y enfermedades en los cultivos, con este modelo, los productores ahorran hasta un 70% en los costos de producción.
Además del aporte de vida que hacemos al suelo, el fortalecimiento de la soberanía alimentaria y la importancia que tiene la economía campesina en la cadena de abastecimiento alimentario

Los apoyos del gobierno

Para la Asociación de Productores de agrás de Ráquira, los apoyos oficiales se han dado en todos los órdenes; quizá no en la proporción debida, pero ya son recursos que suman una buena cantidad. Vale precisar que dichos apoyos, los del gobierno nacional, se dieron en el periodo pasado de Juan Manuel Santos y que en lo que va del periodo actual del presidente Duque, a pesar de haber contado con una boyacense en la Agencia de Desarrollo Rural, no se logró ningún tipo de recurso. 

En el programa Alianzas Productivas que ha sido impulsado por el gobierno nacional, coordinado por el regional y con el apoyo del mismo municipio, se han invertido por parte del Ministerio de agricultura, 196 millones 400 mil pasosos; por la gobernación de Boyacá, 24 millones 800 mil pesos, y la alcaldía de Ráquira 15 millones, mientras que los productores han aportado 231 millones 228 mil pesos; para el Centro de Acopio, los recursos públicos destinados han sido del orden de los 177 millones , de los cuales la Agencia de Desarrollo Rural ha aportado 130 millones y la gobernación 47 millones 348 mil 355 pesos, lo que quiere decir que son más de 600 millones de pesos logrados para alcanzar lo que hoy puede presentar con orgullo la Asociación de productores de agrás; esto, a su vez, podría ser motivo de reconocimiento y un mayor apoyo por parte del alcalde actual, quien, en vez de la persecución y el rechazo a la asociatividad, tendría la oportunidad de impulsar su propia imagen y la de su municipio, presentando estos resultados.

Para empezar loque debería hacer el alcalde José Hernán Sierra, es devolverle a la Asociación el Centro de Acopio, con el sencillo acto de quitar los candados.

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