El sector comercio ha sido uno de los más golpeados por la pandemia, y esto ha derivado en la imposibilidad de pago por arriendos comerciales, por lo que hoy en la ciudad se observan más locales vacíos que en funcionamiento. Muchos de los propietarios se niegan a bajar el precio establecido por el arriendo, pero tarde o temprano la situación de mercado les obligará a reconsiderar el canon de arrendamiento.
Basta con recorrer alguna de las calles del centro histórico de Tunja para notar el impacto en las dinámicas comerciales e inmobiliarias que ha tenido la pandemia del COVID-19.
Calles emblemáticas para el comercio como el Pasaje de Vargas hoy tienen vacíos sus locales. Pero la problemática no es exclusiva del centro, sino que se extiende por toda la ciudad.
El problema es evidente para todos. La pandemia y su consecuente cuarentena han limitado las posibilidades de trabajo, funcionamiento y dinámica del comercio tradicional. Una gran porción de los comerciantes han buscado renegociar el canon de arrendamiento establecido con inmobiliarias y con propietarios de los inmuebles. En otros casos ni siquiera ha existido dicha renegociación, pues la falta de ingresos hace imposible el pago de cualquier clase de arriendo.
Una constante en los cerca de tres meses y medio de cuarentena es la inamovible postura de los propietarios de inmuebles, que se niegan a renegociar cánones de arrendamiento, partiendo de la premisa de que seguramente logran arrendar nuevamente el inmueble en uno o dos meses. Pero la incertidumbre es lo que reina hoy en medio de la pandemia. No se sabe cuánto durará, por lo que la recomendación hecha de parte de las inmobiliarias es la de renegociar, pues de no hacerlo, locales, bodegas y apartamentos durarán vacíos por un tiempo prolongado.
Pasó por ejemplo con uno de los tantos D1 ubicados en la ciudad. Hoy ya no está más, pues por el pago del local se pagaban alrededor de 20 millones de pesos. El arrendatario buscó que el precio de ese arriendo bajara a 15 millones, pero el propietario no cedió.
El centro es la zona de la ciudad donde quizá se hace más evidente esta situación pero no es la única. En los centros comerciales ubicados al nororiente de la ciudad está pasando exactament4e lo mismo, algunos de los comercios están cerrando sus puertas al público por la imposibilidad de pagar arriendos de ocho o diez millones de pesos mensuales. Y ocurre lo mismo con el comercio situado en sus alrededores, pues lo que hacía atractivo el arriendo de uno de estos locales era el alto flujo de personas que logra un centro comercial, pero ante su limitado funcionamiento, ese volumen de transeúntes ya no existe.
El golpe también lo han sentido las inmobiliarias, que han visto caer el volumen de personas que habitualmente les llamaban buscando sus servicios. “Los arriendos en el tema comercial bajaron mucho. Yo tengo publicaciones de locales por los que antes nos llamaban por lo menos siete personas a la semana, ahora no están llamando”, comenta Juan Manuel Espinosa, gerente de Gestor Inmobiliario.
La proliferación de locales vacíos puede desencadenar en la caída de los precios de los arriendos, pues llegará el momento en que la necesidad por arrendar obligue al propietario a bajar el canon, e incluso a competir con otros basado en ese criterio.
Esta situación encuentra respaldado en un informe recientemente presentado por la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas), que establece que el promedio de incumplimiento de pago de arriendo para 2019 estaba entre el 8 y el 10 por ciento, mientras que para junio de 2020 esa cifra creció al 22 por ciento para el caso de inmuebles residenciales yal 38 por ciento para locales comerciales.
Castigo divino , se jodieron los agiotistas arrendadores enseñados a ganarsela mamey con el trabajo y sacrificio de otros , ahora sí van a saber lo que es candela , bien hecho jua jua jua 🤣 😂
Son unos abusos los cánones y abusivos los propietarios pendejos los arrendatarios pagar la gana, pero bueno todo es relativo oferta y demanda, pero ya en poco todos vacunados y la vida continúa igual. Robos miseria y abusos