Por: Pedro Pablo Salas y Juan Pablo Cely
Se esfumó el optimismo
Actualmente, la pandemia del Covid-19 ha generado pérdidas humanas y económicas a su paso por todo el mundo. Los pronósticos proyectaban que el año 2020 se iba a caracterizar por moderado crecimiento económico. A pesar de que Colombia para el año 2019 tuvo una tasa de crecimiento de 3,3% y que para el presente año se esperaba un crecimiento de 3,5 %, la realidad contrasta con la situación actual.
Estimaciones iniciales realizadas por bancas de inversión como Fitch, Goldman Sachs, e IIF, pronostican que la tasa de crecimiento para Colombia estará rondando entre -0,4% a 1,0% en este año. A su vez, el Banco Mundial pronostica una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 2%, y la OCDE prevé una parálisis parcial o completa de la actividad económica aproximada al 23 % del PIB. Sin embargo, estas cifras no solo están explicadas como consecuencia de la pandemia del Covid-19, sino también por la fuerte caída del precio internacional del petróleo.
Por los anteriores dos choques (expansión del Covid-19 y caída en los precios del petróleo), entender los choques macroeconómicos dará los elementos para calcular el efecto que tendrán sobre las regiones y, en particular, para el departamento de Boyacá. Para Mejía (2020), la pandemia vincula, en la oferta, suspensión del comercio internacional e interrupción de las cadenas de valor, al tiempo que en la demanda las medidas de confinamiento en la población darán origen a reducción de la actividad económica mundial (reducción actividad turística, transporte, financiera, industrial, etc.).
Estos estudios aún carecen de la suficiente rigurosidad para saber el impacto que estos choques pueden causar en las economías regionales. Sin embargo, recientemente, en el esfuerzo por evaluar los impactos económicos regionales y sectoriales por las medidas tomadas por el Gobierno Nacional en época de contener la propagación del virus, han surgido estudios como el realizado por Bonet et al. (2020), quienes realizan una investigación minuciosa a través de un modelo insumo-producto para detectar los posibles choques que enfrentarían la estructura económica del país.
Por lo tanto, este informe buscará complementar este análisis, profundizando el impacto regional y sectorial que el Covid-19 puede ocasionarle al departamento de Boyacá. 1
Contexto nacional
Inicialmente, Bonet et al. (2020) presentan siete escenarios de aislamiento los cuales simulan para evaluar los entornos a los que se pueden enfrentar las diferentes economías regionales. Estos escenarios son los siguientes:
El escenario 0. Cuenta únicamente con la permanencia en aislamiento de trabaja- dores mayores de 70 años. Los escenarios del 1 al 6 se definen en un aumento gradual en el porcentaje de ocupados en confinamiento desde el 10 al 60%. En contraste, los informales y formales serán definidos según el sector económico que representen en la mayoría de ocupados. En este sentido, en el caso extremo -escenario 6- con 60% de los ocupados aislados, (42% de informales y 18% de formales aislados), será nuestro escenario de referencia.
En la medida de que el confinamiento se agudiza, es claro que más sectores de la economía tendrían pérdidas importantes. Por lo tanto, Bonet et al. (2020) -en el escenario 6- estiman que en alrededor de 59 billones de pesos (6,1% del PIB) estaría rondando la pérdida económica mensual del agregado nacional (incluyendo el valor agregado por sector). En el escalafón por pérdidas económicas por sectores según los escenarios, el panorama estaría de la siguiente manera: (0) Minería (por caída del 25 % de las exportaciones a partir de la participación en las ventas al exterior), (1) Alojamiento y servicios de comida, (2) Actividades no esenciales (inmobiliarias y servicios administrativos, profesionales y técnicos) junto con la construcción, el comercio, y el sector de alojamiento y de servicios de comida, participarían en gran parte en las pérdidas económicas, manteniendo estos cinco sectores en el escalafón en lo que resta de los escenarios.
Por lo tanto las regiones con mayores aportes al PIB nacional serán las que concentren mayores pérdidas, sumado a la dependencia local que enfrentan estas regiones según lo expone Hahn (2016). Por lo anterior, como se observa en la figura 1, Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca aportarían las mayores pérdidas en todos los escenarios, teniendo en cuenta que también son quienes más contribuyen en la actividad económica nacional, siendo la mitad de las pérdidas ocasionadas por las medidas de contención del contagio en el país. Las actividades de servicios no esenciales y el sector de la construcción serían las que mayor participación tienen en estas regiones.
Por otra parte, la Figura 2 distribuye la pérdida total a través de grandes ramas de actividad, evidenciando la concentración según se fundamente su actividad productiva. En este sentido, los servicios sería la actividad con mayor pérdida económica, posicionándose como el gran perdedor por la diferenciación que presenta en todo el territorio colombiano y por su participación en la estructura económica de cada uno de los departamentos.
Bonet et al. (2020) finalizan el estudio calculando un índice de vulnerabilidad en donde advierten que la participación de cada sector y departamento en la pérdida económica está sujeta a la proporción del valor agregado de la economía; es decir, el impacto económico que se constituye por los encadenamientos productivos intra e interregionales de los sectores (hacia atrás indican la demanda de un sector a otro y hacia adelante hace referencia a la importancia de bienes y servicios a otros sectores).
Por lo tanto, los encadenamientos productivos indican que parte importante de la oferta de bienes y servicios es demandada por el sector de construcción; a su vez, el sector minero, por las reducciones en sus exportaciones, explicada por la caída del comercio y su posterior reducción en la demanda final, los convierte en altamente.
Figura 1: Pérdida mensual (Miles de millones) y participación de ingresos de los trabajadores en aislamiento por departamento (Escenario 6) vulnerables no solo por las restricciones de aislamiento, sino también por el rol que poseen en la cadena de valor.
En el escenario más extremo de confinamiento aparecen Antioquia, Boyacá, San Andrés, Santander y Valle del Cauca como los departamentos más vulnerables, dado que la destacada participación de las actividades de servicios no esenciales y comercio en su actividad productiva los hace ser los principales afectados. Así mismo, éste hecho tendrá relevancia al observar que los ingresos de ocupados por medidas de confinamiento poseen una mayor proporción de los ingresos laborales totales a partir de los departamentos ya mencionados (Figura 1 (Burbujas)).
Figura 2: Participación por ramas en la pérdida total mensual por grandes ramas por departamento (Escenario 6)
La vulnerabilidad que representa el aislamiento preventivo que ocasiona en la estructura económica, principalmente en el departamento de Boyacá, nos conduce a revisar con mayor detenimiento los principales sectores afectados en el siguiente apartado.
Impacto sectorial en Boyacá
El escenario menos favorable para Boyacá indica que tendría pérdidas mensuales cercanas a los 2 billones de pesos. El 62,2 % correría por cuenta de servicios, seguirían manufactura, minería y agricultura con 16,1%, 10,9% y 10,7%, respectivamente (Figura 3).
Figura 3: Pérdida mensual en Boyacá según grandes ramas (Miles de millones)
En el año 2018, junto con el investigador Cristian Sanabria se adelantó un estudio con el fin de identificar los sectores con mayor impacto en términos de producto, empleo, e ingreso, dentro de la economía de Boyacá. Se obtuvo la clasificación de cada sector según corresponde los encadenamientos hacia atrás o hacia adelante, tomando importancia al momento de detectar las potencialidades de nuestra estructura económica.
En este sentido, por la importancia que tienen los encadenamientos productivos en la vulnerabilidad de la economía, según las medidas promulgadas por el Estado para contener el Covid-19, analizar la incidencia en las pérdidas económicas en cada sector de Boyacá a partir de los aportes realizados por Sanabria & Cely (2018) y Bonet et al. (2020), podrán dar mayor claridad en lo que respecta la apertura o la continua restricción de los sectores. Por lo tanto, este apartado se encarga de revisar las pérdidas se los sectores clasificados en claves, impulsores, independientes y base (clasificación realizada por Chenery & Watanabe (1958)).
Sectores claves
Los sectores claves se caracterizan por tener altos encadenamiento tanto hacia atrás como hacia adelante, siendo fuertes demandantes de bienes intermedios y paso obligado de flujo de la economía regional. Para Boyacá, los sectores claves son (Figura 4): la industria, el comercio y servicios de transporte terrestre (Sanabria & Cely, 2018).
En el escenario más complejo establecido por Bonet et al. (2020), el comercio tendría mayores pérdidas, alcanzando 9,4 % sobre el total de los sectores. En seguida, servicios de transportes terrestres con 4,7%, y por último la industria con 1,3% (Teniendo en cuenta que es para el total nacional clasificado en sectores claves). Los ingresos de los ocupados en aislamiento por cada sector, es similar en los tres sectores, siendo del 71%. Sin embargo, el sector clave considerado por su mayor vulnerabilidad ante las medidas establecidas por el Gobierno Nacional será el de servicios de transporte terrestres, seguido de una vulnerabilidad media-alta en la industria y el comercio. Por su alto valor de encadenamientos tanto hacia atrás como adelante, estos sectores podrían incrementar la vulnerabilidad de otros sectores, así como de la vulnerabilidad de sectores que les provee bienes y servicios pueden resultar afectados. Cabe recalcar que la vulnerabilidad se considera por la pérdida económica de cada sector y su participación en el valor agregado.
Sectores impulsores
Los sectores impulsores cuentan con bajo encadenamiento hacia adelante y alto hacia atrás. Son sectores que muestran un consumo intermedio elevado, así mismo que su oferta de productos serán direccionados hacia consumidores finales (sectores de manufactura final).
Entre los sectores impulsores con mayor participación en la economía de Boyacá, otros productos agrícolas, y extracción de petróleo crudo y gas natural presentan vulnerabilidad media-alta, con la posibilidad de tener pérdidas cada una en 3,7% sobre el total de los sectores y con ingresos de los ocupados aislados en 49 %. Por otra parte, a pesar de que entre los sectores impulsores tengan menor participación en la economía en general y menores encadenamientos, minerales no metálicos, alojamiento, servicios de comida y construcción presentan más alta vulnerabilidad, asociado a la pérdida económica en 2,8 %, 5,4 % y 9,6 %, respectivamente. Así mismo, representan entre el 70 % y 90 % de los ingresos laborales ocupados en aislamiento.
En contraste, la administración pública y defensa mantendrían baja vulnerabilidad y por el contrario se esperaría efectos positivos con respecto a la posibilidad de ejecutar mayor gasto público.
Sectores independientes
Los sectores independientes presentan bajo encadenamiento hacia atrás y alto hacia adelante. Además, se caracterizan por ser sectores que consumen pocos in- sumos de otros sectores, y se dedican principalmente a productos que satisfacen la demanda final.
En general, cada sector no superaría más de los 2,5% en pérdidas económicas, contrastando la vulnerabilidad que tendría cada sector con los ingresos de los ocupados aislados. En este sentido, el sector de energía eléctrica -más importante de esta clasificación por su gran participación en la economía de Boyacá- a pesar que tendría una vulnerabilidad media con pérdida económica de 1,4 %, no se verían afectados los ingresos de los ocupados por confinamiento. Sin embargo, sectores que no tienen mayor participación en el PIB de Boyacá como carbón mineral y servicios de reparación de automotores, tendrían además vulnerabilidad media-alta, a su vez que los ingresos de los ocupados se verían estancados en 71% cada uno. Finalmente, el gran perdedor en términos económicos seria el sector de asociación y esparcimiento, ya que asumiría pérdidas en 2.5% del total de los sectores y se caracterizaría por tener una vulnerabilidad alta.
Sectores bases
Por último, los sectores bases identificados por Sanabria & Cely (2018), permiten servir como entradas a otras industrias, es decir, no constan con eslabonamientos tanto hacia atrás como hacia adelante. Estos sectores se caracterizan por tener entre vulnerabilidad media-alta a alta.
La participación de los servicios inmobiliarios y de alquiler de vivienda en la economía de Boyacá es sobresaliente, sin embargo, por consecuencia del aislamiento preventivo sería quien más afectado pueda estar. Con pérdidas económicas de alrededor del 12 % sobre el total de los sectores e ingresos de los ocupados por medidas de contención del Covid-19 en 85,9 %, explicarían la alta vulnerabilidad del sector.
En resumen los sectores más afectos por el confinamiento se encuentran entre los sectores clave y los sectores base, es decir, quienes tienen mayores encadenamientos hacia atrás y hacia adelante, y los que no poseen encadenamiento alguno. En este sentido, los servicios sería la rama de actividad con mayor afectación en pérdidas económicas, involucrando alojamiento y servicios de comida, servicios inmobiliarios, construcción y comercio.
Por lo tanto, entender la incidencia que tienen los encadenamientos productivos en el departamento de Boyacá, así como el grado de informalidad y participación de los ingresos laborales en época de confinamiento, pueden generar elementos a evaluar en una posible reactivación gradual de los diferentes sectores.