Luego de que el ICA exigiera eliminar la cosecha de durazno no vendida, sin detenerse a pensar en el bolsillo de los cultivadores y, formular ideas para que estas frutas puedan ayudar a la alimentación de tantas personas que hoy lo necesitan, ahora somete a los productores a inspecciones de sus cargamentos por las carreteras.
Durante esta crisis por el confinamiento debido al COVID-19, donde el sector agrícola ha sido uno de los más expuestos a la hora de verse obligados a trabajar, puesto que un agricultor es irreemplazable, y las pocas ayudas del gobierno son que el campesino adquiera una deuda bancaria; ahora dice el ICA en comunicado, que los cargamentos de durazno que se movilicen por las carreteras del departamento, deberán someterse a inspecciones fitosanitarias, para mantener el área declarada, de baja prevalencia de moscas de la fruta.
El ICA realizó visitas de inspección, vigilancia y control a cultivos de durazno, en los municipios de Tipacoque y Soatá, en las que, según el Instituto, evaluó cerca de 34 hectáreas en monitoreo de plagas de control oficial, especialmente Ceratitis capitata. Para el Instituto Colombiano Agropecuario, la presencia de este insecto plaga, representa un riesgo para la fruticultura del departamento al ser catalogada como plaga de importancia cuarentenaria y económica para la región.
Sin embargo, el Instituto, no ha querido pensar en las pérdidas monetarias que acarrea el hecho de eliminar la cosecha no vendida, y, menos, da una solución para evitar la quiebra de los cultivadores.
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