Terminaron cuatro años al frente de la Gobernación de Boyacá, en un ejercicio de una intensidad inusual de principio a fin, con muchas controversias, dudas, adversidades, decisiones arriesgadas, quizá omisiones y errores, pero en todo caso una línea de acción que buscó siempre llegar al mejor resultado a favor de Boyacá y en especial de las mayorías, tratando de lograr tres propósitos fundamentales: enraizar la paz y consolidar un nuevo ambiente de convivencia y respeto, cerrar la brecha de la desigualdad y superar la pobreza, y transformar la visión nacional sobre Boyacá. Estos propósitos se lograron en buena medida: Carlos Amaya, de acuerdo con las mediciones de las encuestadoras finaliza el cuatrienio registrando la mejor imagen entre los gobernadores de los 32 departamentos, propicia el mejor resultado electoral que cualquier líder o partido hayan alcanzado en la historia del departamento, mientras se evidencia que los colombianos hoy tienen sus ojos puestos en esta parte del territorio colombiano como tierra para visitar, para hacer negocios e inversiones y quienes se fueron y en algún momento evitaron decir su origen boyacense, hoy con orgullo reclaman y exhiben sus vínculos con esta tierra.
EL DIARIO habló con Carlos Amaya, al final de este camino de cuatro años y lo hizo en medio de un los últimos actos que presidió en lo profundo de la provincia boyacense entregando una de las obras que impulsó en el municipio de Úmbita, cual fue la pavimentación de un importante tramo de la carretera que de allí conduce hacia la Doble Calzada.
EL DIARIO: Las experiencias son diversas, son múltiples pero los tiempos son muy cortos, pero todo comienza y termina.
Carlos Amaya: Así es. Y termina muy bien. Creo que este es un final feliz. Dicen que los gobiernos no terminan tan felices pero me ha pasado que es un gran final: muy feliz de recibir tanto cariño de la gente. Creo que el mayor privilegio que uno puede tener, más que los premios y reconocimientos, es tanto afecto y ver vidas transformadas. Empezó muy duro esto. Le confieso que a la arrancada sentía que no iba a pasar, que no iba a poder, incluso muchas veces, llorando, les decía a mi hermana, a mi hermano y a mi papá que yo sentía que le había mentido a los boyacenses creándoles esperanzas falsas. No había recursos, era una situación difícil pero bueno Dios nos ayudó y hoy puedo estar acá feliz de decirle a todo el pueblo de Boyacá que la esperanza florece más que nunca y que no fue un cuento, que en la sorprendente historia del departamento no ha existido nada falso sobre la esperanza y que lo que hemos logrado es eso: representar la esperanza.
E. D: Y rematarlo en medio de la gente, en el campo, en la vereda, en el espacio que nos distingue a los boyacenses. Eso me parecer también interesante.
C. A. A. R: Claro, es hacer lo que los gobernadores no hacían. Y eso da resultados: la última encuesta nos dio una favorabilidad del 86 por ciento; se ganaron las elecciones de manera contundente, pues el candidato representa la continuidad de este gobierno. Él (Ramiro Barragán) fue parte de mi equipo; hizo campaña diciendo que quería seguir avanzando, que Boyacá siguiera avanzando, que quería continuar con los proyectos de este gobierno. Entonces, me dedico a recorrer este departamento porque mi recompensa mayor es esta, poder estar, cómo hoy, al lado de campesinos, ver cómo se hizo esta vía, una vía que prometieron muchos años. Estar sentado acá en medio del pavimento, esto era impensable para estos campesinos por muchos años: una vía de alta calidad, bien hecha que va a durar muchos años con todas sus alcantarillas, sus cunetas, obras de arte, con el bus escolar, el tractor, la gente feliz. Decirle a la gente que si aquí vinieron a darles cerveza y ofrecerles dádivas porque votaran. Yo nunca vine aquí, ni a ofrecerles una cerveza ni a hacer promesas falsas. Hoy vengo a ofrecerles una cerveza de mi salario para decirles gracias por creer y porque ustedes son mis jefes. Estoy muy feliz y esta es mi recompensa mayor, el cariño de los boyacenses en los municipios que visito, eso me llena de alegría.
E. D: Insistir en las vías. En el año del Bicentenario, el problema sigue siendo la falta de buenas carretera.
C. A. A. R: Nosotros pavimentamos 363 kilómetros de vías, Histórico. Ningún otro gobierno había pavimentado tantas vías. Requirió mucho trabajo y destinar recursos de regalías pero lo logramos. Muchos dicen, “ah pero es que solo vías”. Tal vez, pero es que las vías conectan y transforman vidas y realidades, porque eso ha permitido la felicidad de la gente. Un señor, casi llorando, me dijo “mire yo tengo la finca aquí cerca, le doy las gracias porque me ha cambiado la vida”.
E. D: ¿El gobierno que sigue va a continuar este proceso?
C. A. A. R: Sin duda, creo que el departamento queda en buenas manos, Ramiro es un gran ser humano, con unas capacidades excepcionales; no por nada ganó el premio a mejor alcalde de Colombia en las oportunidades que fue alcalde de su natal Nobsa; creo que hará una gran labor, el Departamento va por buen camino, ahora hay que meterle más duro y recibir apoyo del gobierno nacional para seguir haciendo obras. El Presidente generosamente nos ha ayudado para todas esas vías y en los próximos cuatro años se van a realizar las obras más importantes en materia de infraestructura en Boyacá. 3.7 billones para 7 corredores viales.
E. D: ¿Seguro que se va a cumplir?
C.A.A.R: se va a cumplir. Esto ya está cargado en regalías, hay un documento vinculante desde el punto de vista jurídico relacionado con las vías. El pacto bicentenario, que fue con el Presidente Santos, el presidente Duque nos va a ayudar a adicionar, que son las vías del Alto de Sagra, Socotá; Tasco-Paz del Rio; Tunja – Chivatá, que ya está inaugurada; Paipa – Palermo y vías urbanas de Paipa; la vía Villa de Leyva – Santa Sofía – Moniquirá, Tenza – El Crucero; y la vía de Buena Vista a Cantino, hasta la entrada de Coper, se van a terminar completamente.
Ahora bien, en el pacto Bicentenario están las vías que no contrata el Departamento sino la Nación y en este sentido van a ser, nada más y nada menos, que los siete corredores estratégicos que tiene Boyacá para conectarse con el resto del país. Estamos hablando de: Belén – Socha – Sácama – La Cabuya; Chiquinquirá – Otanche – Puerto Boyacá, que le cambié el orden, que parece una cosa boba, ahora la idea es partir del Gran Río, así que es Puerto Boyacá- Otanche – Chiquinquirá; la vía de Zipaquirá – Ubaté- Chiquinquirá en doble calzada; la vía de Vado Hondo -Labranza Grande-Yopal, sobe la cual ya pavimentamo9s 16 kilómetros, para llegar Yopal y convertir este recorrido en el mejor corredor turístico, porque es más fácil llegar a Yopal por ese lado que por la el Cusiana, aunque también al Cusiana le vamos a poner 100 mil millones de pesos. El corredor Duitama Charalá tendrá 560 mil millones de pesos; esta es una vía berraquísima. La vía de La Soberanía, que es la que comunicará Cubará – Toledo- Pamplona, es una vía trascendental que llegará a comunicar el departamento de Boyacá por la región del Sarare con Norte de Santander. Y, se terminará Sisga- Guateque- El Secreto. La única que queda pendiente que ahí no lo logramos, donde el departamento ha invertido cómo 120 mil millones de pesos es la vía desde Ramiriquí – Miraflores – Páez – El Secreto. Cuando quede esa vía terminada estamos hablando de que Boyacá queda conectado con todas regiones del país. En cuanto a vía Puente Camacho-Garagoa, que también es departamental, con seguridad continuará; la comunidad del Valle de Tenza debe tener confianza en el nuevo gobernador quien con seguridad hará todo lo posible por concluir esta obra. Y para sellar, quedan 110 mil millones de pesos para que la BTS sea de verdad la BTS y llegue a Sogamoso. Esto queda absolutamente establecido.
E. D: En los cuatro años, sin lugar a dudas, la transformación que se vivió en Boyacá a nivel de consciencia en torno a los valores de la paz, la convivencia y el rescate de la dignidad no fueron de menor cuantía…
C.A.A.R: A mí me preguntan que cuál es el mayor legado y yo creo que es ese. Sí hicimos obras; tal vez ningún otro gobierno ha llegado con tantas obras a los municipios. Pero, para mí, fue la oportunidad de poder llegar a cambiar la conciencia colectiva de las personas, la manera de pensar y no solo alrededor de cuidar lo público, de la educación, como lo más importante, de no maltratar a las mujeres, sino alrededor de defender el derecho que tenemos de vivir en paz. Yo creo que ese es un mensaje contundente desde Boyacá. Usted ve el plebiscito y el único en el que ganó el Sí fue en Boyacá. Lo que sí puedo decir es que hace 20 años ningún analista político ni ningún político podía decir que en Boyacá pasara algo como lo que hoy pasa. Creo que este es mí mayor legado: Boyacá cambió y cambió para siempre y eso me alegra infinitamente y creo que hoy hay un departamento digno, orgulloso, echando pa’lante, optimista, entendiendo que somos todos los que sacamos adelante esta tierra.
E. D: Un trasfondo en todo este proceso, a lo que le hemos apostado todos los boyacenses, y en lo que usted ha insistido es la educación. Nosotros tenemos talento y una estructura, una base sólida sobre el tema. Hagamos el análisis sobre ese punto.
C. A. A. R: Yo creo que el mayor potencial que tiene Boyacá, es el talento humano, pero en Boyacá hay una particularidad y es que ese talento está bien educado y culturalmente la gente le da valor a la educación; eso no pasa en otras regiones de país tan fácil, incluso la gente respeta a aquel que se educa y que con esfuerzo lo hace; acá a la gente no le regalan nada pero con esfuerzo sale adelante, como en mi caso, y se gradúa y es un ejemplo para los demás. La gente dice: al que se educa lo respetamos, lo valoramos y esa educación y ese talento humano bien educado es el de Boyacá. Ahora, lo que hay que hacer es que ese talento tenga oportunidades, para que puede quedarse acá trabajando; creo que hay un reto de este nuevo gobierno y es cómo se puede generar empresa y se puede generar desarrollo económico desde la región. Hoy hay 3 millones y medio de boyacenses orgullosos en Bogotá en un extraordinario momento, que vienen los fines de semana a visitar a sus familias, que invierten recursos, que traen platica, así que si combinamos esto con ese talento humano que tenemos en la región es una gran bendición que el Departamento tiene. Un pueblo educado es un pueblo que no se deja engañar.
E. D: Aquí vamos al siguiente nivel que es la oportunidad económica, la oportunidad de hacer de esta región una de las regiones claves del desarrollo económico sostenible además porque somos el eje ambiental en la cordillera oriental de medio país. Esas dos cosas combinadas son de un enorme potencial. Usted cómo lo analiza que ha recorrido el departamento metro por metro.
C. A. A. R: Este departamento tiene un potencial increíble. En todas las provincias hay unos potenciales inimaginables; unos más desde la agricultura; otros, incluso, desde la minería, que es un renglón económico importante, que hay que acompañar cuando se hace bien, en unas regiones; en otra es imposible hacer minería por las condiciones hidrológicas y de riqueza de biodiversidad, pero cada cual tiene su riqueza; este es un Colombia chiquito. Hay que meterle empuje a esto para que esta región se consolide como un ejemplo del país. Yo creo que el departamento va a volver a ser ese departamento que fue hace cincuenta años cuando sumábamos 15 expresidentes, cuando el primer televisor llegó acá, cuando había tantas cosas que pasaban primero en Boyacá. Estamos en un buen momento, el departamento se está consolidando; una región próspera, donde hay que aportarle a la vocación productiva de cada territorio. Por eso me voy a estudiar economía para ver cuál es la vocación de cada territorio e impulsarla desde la vocación, desde un talento humano preparado.
E. D: ¿…Y la industria?
C. A. A. R: Sin duda, la industria es un renglón trascendental en Sogamoso, en Duitama; pero que no solo se debe fortalecer en esas dos regiones sino estar pensando en hacer procesos industriales y agroindustriales, por lo menos, en regiones cómo Valle de Tenza, Lengupá o Márquez, regiones tremendamente ricas. La transformación de Boyacá pasa el fortalecimiento de sus procesos industriales y agroindustriales: vender comida y vivir de vender comida. Y los excedentes que nos dé la minería, invertirlos en esa modernización económica y tecnológica que necesita el campo y los demás sectores productivos.
E. D: incluso, más allá del concepto tradicional de la producción del sector agropecuario, el conjunto de la biodiversidad que es otra riqueza que me parece que apenas despunta y que puede ser otra gran oportunidad.
C. A. A. R: sin duda; ¿por qué nos inventamos el Centro de Ciencia?, por eso, por la riqueza tan grande que tiene Boyacá en diversidad; en páramos es incalculable la riqueza económica que tiene. Y ahí le metimos 5 mil millones de pesos al tema del Centro de Ciencia. Al gobernador Ramiro le entregan esos estudios el otro año en junio, él debe conseguir la plata y salir a contratar ese centro que vale 35 mil millones de pesos. El Jardín Botánico (en Tunja) que era parqueadero de volquetas, se transformará en ese Centro de Ciencia; va a ser el primer centro de ciencia de América Latina de ese tipo y el más importante centro de ciencia del mundo en biodiversidad de páramos. Esto es una cosa inmensa: vamos a tener hoteles llenos, investigadores del mundo viniendo a conocer este lugar; así que lo que hay que hacer es meterme empuje a eso, porque los que somos jóvenes, que creemos en una nueva manera de hacer política y de manejar la economía, sabemos que alrededor de eso hay un riqueza más grande que la del petróleo. Algunos nos quieren vender el falso dilema de que si no hay fracking nos quebramos y nos morimos de hambre; ¡no, no, no! Dediquemos la poquita plata que nos queda de las reservas de petróleo a invertir en biodiversidad y en preparar este país para poder ser un referente mundial en cuidado de recursos naturales y del medio ambiente, y ahí vamos a tener una gran potencialidad.
E. D: Y no solamente las zonas de páramo sino las del piedemonte llanero, las zonas hacia el Magdalena Medio, que son otras fábricas gigantescas de agua y otras reservas biodiversas que están prácticamente olvidadas y en franco deterioro.
C. A. A. R: De acuerdo; y el bosque alto andino, el Páramo de Rabanal, por ejemplo. Así que hay que meterle a eso; por eso la Secretaría de Ambiente es tan extraordinariamente importante. Yo le dije a Ramiro: ‘mire, yo creo que la decisión más importante que usted debe tomar es una buena secretaría, un buen secretario de Medio Ambiente. Cuando me pidió un consejo sobre qué era lo más importante, le dije: “es ahí, en la biodiversidad, el centro de la atención”. (Al momento de esta entrevista no se conocía el nombre de Fabio Guerrero, ex director de Corpochivor, como nuevo Secretario de Medio Ambiente).
E. D: Secretaría que debe complementarse con las cuatro corporaciones: Corpoboyacá, Corpochivor, Corporinoquia y la Car.
C. A. A. R: Logramos tener personas calificadas, también por supuesto pertenecer al equipo que esperamos hagan una buena labor y se puedan hacer inversiones conjuntas.
E. D: Volvamos al tema económico. Muy interesantes las palabras con las cuales Claudia López introdujo su intervención en la inauguración de la Casa de Boyacá en Bogotá. Lo primero que dijo fue que se sentía totalmente orgullosa de pertenecer a una familia boyacense y que los mejores momentos de su niñez los había pasado en Cucaita, la tierra de su padre. Ese planteamiento de la alcaldesa, con nuestra colonia en Bogotá, que ahora si se reconoce cómo boyacense, eso puede tener enormes y muy positivas consecuencias.
C. A. A. R: Es una maravilla. Vea, Juan Carlos Martínez (exsecretario de educación y ahora funcionario del Ministerio de Educación) me dice: ‘oiga, me estoy enterando que en Bogotá el 50 por ciento del ministerio es boyacense. Le dije “¿cómo así?” ‘Sí; es que antes no lo decían; ahora todo el mundo es feliz contando que es orgulloso de Boyacá’. Creo que este es un logro importantísimo en este tiempo de Bicentenario, que hoy nos reconocemos boyacenses. Eso tendrá implicaciones muy favorables en todo sentido. Hoy la Alcaldesa y grandes empresarios están asumiendo eso, no solo de “me pongo una ruana con orgullo”, sino además, “venga, cómo invierto, cómo apoyo al departamento”. Así que ahí hay una movilización económica; es decir, había un gigante dormido. Así que lo que se viene para Boyacá son los mejores tiempos; lo mejor está por venir.
E. D: Ahí es cuando se exige talento, capacidad, intuición, olfato, liderazgo, obviamente desde la estructura regional; pero toca ir más allá, sin temor, con arrojo, con la decisión y con la sagacidad y la capacidad ¿Dispuesto a asumirlo?
C. A. A. R: Sin duda. Ahora el paso debe ser nacional; es decir, yo no voy a asumir como alguien me dijo: ‘vuélvase a lanzar a la gobernación’. Yo creo que si uno pasó la materia no la vuelve a repetir; además porque vienen nuevos líderes maravillosos. Me dicen ‘¿volvería a la Cámara?’ No; ya estuve. ¿Qué sigue para Carlos Amaya? Todos dirán que es frase de cajón, pero es lo que Dios disponga y lo que sea su voluntad. Pero, por supuesto que vamos a dar la pelea nacional, mostrando que lo que aquí hicimos tiene sentido en Colombia; estamos seguros que daremos mucho de qué hablar, que tenemos mucho para aportar a Colombia.
E. D: ¿Pero, mientras tanto, al exterior?
C.A.A.R: Un añito, mientras hago la maestría en economía, que serás tiempo para leer, reflexionar y aprender. Voy a escribir mi libro. Ya lo empecé. Se llamará ‘El poder de creer’. Pero además, a cambiar pañales, a darle tetero a David, a llegar en bicicleta a la universidad, a estar feliz, no tener escoltas, salir a la calle y que no me conozcan, vivir en el anonimato en una casa o apartamento pequeño; volver a tender la cama y lavar la losita. Eso es bueno, eso ayuda para reconocerse y tener presente lo que dice el vallenato, que la grandeza y la fama, “no viven en mí, porque así como llegan, así se van.”
E. D: Y al regreso el problema, escalar en el orden nacional no es fácil, son élites muy complicadas, muy cerradas.
C. A. A. R: Sí; allá estamos hablando de otros niveles difíciles, que llevan enquistados en el poder cientos de años, pero ese es el reto. Aquí me decían que era imposible que yo pudiera ganar la gobernación y que se consolidara. Hoy mi partido es mayoritario en Boyacá, eso era impensable hace apenas pocos años, este departamento era clara y profundamente conservador; así que esto cambia muy rápido y probablemente algún día cambiará para favor de otros nuevos, no solo aquí sino a nivel nacional. Entonces hay que asumirlo, saber leer el contexto del país y estar conectado, con la realidad.
E. D: Una cosa que no se puede permitir es que el departamento retroceda. Esto cambió y tiene que seguir cambiando.
C. A. A. R: Creo que Boyacá cambió para siempre. Yo lo entiendo así y lo veo en cada visita que hago a los municipios, en lo que dice la gente. Uno lee tanta sabiduría en las personas. Los políticos de la vieja escuela vienen e invierten miles de millones y pierden su plata. Esto cambio para siempre.
E. D: De los cuatro años, ‘qué pudo haber sido y no fue’. Eso que queda como espina en el corazón.
C. A. A. R: Muchas cosas, muchas que faltaron por hacer, Creo que quedo con muchas deudas. Por ejemplo, hay un sector en el que me parece que yo pude haber hecho mucho más, -desafortunadamente no pude consolidar un buen equipo- fue en la Secretaría de Turismo. Creo que esa secretaría es muy clave, debe tener muchos recursos y que sea una punta de lanza del departamento. Boyacá se llenó de vehículos pero no tenemos bien organizado el tema. Villa de Leyva, por ejemplo, ahora los fines de semana son tres horas y media para llegar desde Tunja. Eso es durísimo; ahí toca pensar en planes de movilidad de choque. Hay que prepararnos para eso. ¿Espina en el corazón? No haber arrancado con más arrojo. Yo arranqué sin pelear tanto. Debí arrancar con toda. Perdí mucho tiempo con los políticos: en algunas secretarías dije, ‘bueno que representen estos sectores’ y eso no salió bien.
E. D: ¿Se perdió fuerza en el Bicentenario?
C. A. A. R: Perdí fuerza por ponerme desde el comienzo a empujar; sin embargo, me siento satisfecho por el Bicentenario que hicimos, fue un Bicentenario a la altura. Probablemente se pudo haber hecho mucho más, pero estuvo a la altura.
E. D: Con Santos cómo le fue finalmente, además, con los mitos que sirvieron para todo.
C. A. A. R: Bien. Plata efectiva que llegó a Boyacá, 250 mil millones, pero fueron importantes. Con Duque me fue muy bien, a pesar de que todos decían que iba a ser increíblemente terrible. Obviamente yo hubiera esperado más del presidente Santos, pues lo considero mi amigo. Estaba saliendo y no era tan fácil. Por eso hay que igualar los periodos de gobierno de los gobernadores con el presidente para que no pasen esas interrupciones y extender el periodo. En 4 años es imposible lograr grandes transformaciones. Yo creo que un gobernador y un presidente deberían gobernar 6 años, o 5 mínimo. Sin reelección.
E. D: Esa es otra cosa, la reelección tampoco funciona.
C. A. A. R: Para mí es un gran error. La reelección es la que -perdón que use esa palabra- ´apicha´ la democracia. El que tiene el poder, por reelegirse, hace muchas cosas indebidas; la historia ha demostrado que es así.
E. D: Volvamos al tema de la educación. Acaba de dejar un mensaje claro a los jóvenes aquí en Úmbita.
C. A. A. R: Lo más importante que uno puede hacer como líder es enseñar, es hacer emerger lo mejor de las personas; si uno hace obras y dice ‘ahí les dejo las obras’, no tiene ningún sentido; pero si se cambia la manera de pensar, si de estos muchachos (los que se graduaron en Úmbita) que eran 40, y 30 van a la universidad, eso es lo más importante. Si un estudiante de Paz del Rio que se graduó con 40 más, entendió eso y acaba de ser el gobernador y transformó a Boyacá, ¿cuánto pueden hacer los 40? ¡Cambian el mundo! La educación, decía un francés, no cambia el mundo, pero sí cambia a las personas que pueden cambiar el mundo. La gente tiene que entender que si no estudia, no sirve; que si no se educa, no sirve. Hay que estudiar; la educación transforma todo, ahí está el secreto, ese es mi secreto.
E. D: Casi se queda la evaluación sobre lo que ha pasado en el país desde el 21 de noviembre con la movilización del Paro Nacional.
C. A. A. R: Le dije al presidente en la Casa de Nariño (al Presidente le tengo afecto, puedo decir que lo quiero; es un tipo bien intencionado, es un joven que probablemente le faltó mucha formación de liderazgo), Presidente, no tenga miedo a salir a hablar con los del paro, eso no le va a socavar la autoridad como dicen algunos de sus asesores; al contrario, le va a fortalecer su legitimidad. ¿Qué he hecho yo? Sentarme con la gente. Acabo de inaugurar un colegio en Toca donde me hicieron un paro, bloquearon la vía en su momento, yo llevaba tres meses de gobernador y un profesor me acusó de ser el culpable de la ruina del colegio que estaba caído desde hacía tres años. Claro que a uno de gobernador no le gusta que le echen la madre, pero fui y con humildad entendí. Les dije, perdonen, denme tiempo, y ahí está el colegio inaugurado. Creo que falta humildad a quienes gobiernan y creo que no hay que tenerle miedo a la democracia. La democracia es eso, se expresa en las calles. Hay que rechazar la violencia, no permitirla, pero hay que permitir las marchas, es un síntoma de buena salud, es cómo cuando el niño está gritando, es una señal de salud, de vitalidad. Entonces, que los jóvenes estén marchando, aun sin entender qué es, es muestra de que estamos pasando por un buen momento, es muestra de que la democracia en Colombia funciona. Eso sí, sin violencia, sin radicalismo, sin dañar los bienes públicos, como lo hemos mostrado en Boyacá. Sin violencia no hay ESMAD, dejémoslo guardado. Si se necesita, habrá que tomar medidas. Mensaje al presidente de la república con todo afecto y con todo cariño: tiene una gran oportunidad para corregir el rumbo de Colombia; y, el joven, el presidente más joven de Colombia, tiene cómo hacerlo. Creo que hay que tomar distancia de los radicales, irse al centro de donde creo que es él y sentarse a dialogar. Creo que eso no le va a quitar autoridad; al contrario, va a fortalecer su liderazgo.
E. D: Al final, resultó un ejercicio muy especial haber seguido de cerca su gobierno…
C. A. A. R: Bueno Pedro, siempre sus críticas las recibí con una reflexión y con una profunda decisión de poder corregir. Desde Inglaterra extrañaré los tintos que nos tomábamos para echar carreta un rato. Esta es la única entrevista de cierre de gobierno. Reitero que Boyacá tiene un futuro más grande que su historia pasada y eso lo alcanzaremos entre todos.
Ojalá en Inglaterra, la nostalgia le haga recordar a Jorge Villamil, en Oropel, allí cuando dice:” Amigo cuánto tienes cuánto vales…”, para cuando esté de regreso en su tierra se olvide de esa práctica absurda de conformar pequeños grupos y autoprotegerlos , como monopolios de poder. Por ejemplo: Firmas de Ingenieros con más de 10 contratos en un solo año y 500 Ingenieros, capaces e idóneos, desempleados, azotados por el sol de la Plaza de Bolívar. Ingenieros de sistemas, Industriales, Ambientales, Médicos, Abogados, Adm. De Empresas, etc, etc .Eso no es ni puede ser justo. Por eso, repito, se olvide o se acuerde mejor de J Villamil: Amigo, cuánto tienes, Cuánto vales.
El único punto negro, Gober Amaya. Faltó generar oportunidades para todos. Ud que es enemigo de las dictaduras y amigo de la Democracia.
Feliz viaje, Pronto Regreso.