Decenas de habitantes del municipio se movilizaron hasta la capital boyacense y se manifestaron en la Gobernación de Boyacá, esperando se resuelva esta crisis sanitaria.
Alrededor de 25.000 cerdos viven hoy en Tibaná, casi tres veces más que la población del municipio, que apenas alcanza las 9.000 personas. Esto, por supuesto, ha derivado en una crisis sanitaria, de la cual sus habitantes esperan salir pronto y para ello buscan la ayuda del Gobierno Departamental.
Al finalizar la semana varios de los habitantes del municipio se movilizaron hasta la Gobernación de Boyacá, primero que todo para hacerle conocer a Tunja y al resto del departamento su descontento, y también para buscar soluciones, pues han sido casi dos décadas en las que el municipio ha tenido que soportar esta situación.
Si bien la llegada de las granjas porcinas dinamizó la economía en el municipio, el detrimento ambiental supera todo, pues los olores fétidos son pan de cada día para los habitantes de este municipio de la Provincia de Márquez.
Los hedores a orina y estiércol de cerdo son los que predominan desde hace 20 años en Tibaná. Y esto ha traído consigo la multiplicación de moscas y otras plagas que encuentran comodidad entre tanta podredumbre.
Tan nauseabundo es el olor que producen las marraneras, que hasta dolores de cabeza, ardor y picor en nariz y ojos, mareos y nauseas, son algunos de los síntomas que producen entre los habitantes del municipio.
Sin embargo, la problemática parece no tendrá fin en el corto plazo, pues si bien los olores fétidos son molestos para la población, no se puede establecer que estos o la misma presencia de los cerdos esté ocasionando enfermedades. “No tenemos argumentos de juicios valederos para relacionarlos con enfermedades de las personas”, indicó Germán Pertuz, secretario de salud de Boyacá.
Pero a pesar de que no haya forma de comprobar la relación de las marraneras y la aparición de enfermedades, lo que está claro es el manejo irresponsable de algunos de los empresarios, que en las labores de limpieza de las marraneras terminan vertiendo aguas sucias al río Tetatinos.
El gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya, evidenció el bloqueo que los habitantes de Tibaná hicieron al Palacio de la Torre, por lo que se comprometió a reunirse con la junta directiva de Corpochivor para acordar reuniones con la comunidad y así escuchar todas las posiciones.
Desde el ExParlamentario Rafael Romero, ahora precandidato a la Gobernación, pasando por 5 o 6 administraciones, que han cedido su responsabilidad al compadrazgo, amiguismo y paisanaje, en contra de los derechos de toda la comunida, no solo de Tibaná, sino de los municipios circunvecinos: Jenesano, Úmbita, Turmequé y otros, afectados por la contaminación ambiental en todos los aspectos: aire, suelos, aguas y lo más grave la salud de todas las personas del área de problema. La Corporación Autónoma Regional de CHivor , CORPOCHIVOR, es la primera autoridad RESPONSABLE, pues dentro de su Misión señala:» Ejecutamos la política nacional ambiental ejerciendo como autoridad y buscando la conservación del ambiente».
Han generosamente PREVARICADO, tanto autoridades ambientales como Alcaldes, Concejales y Personeros, no se sabe a qué precio se pudo silenciar a tanto servidor público. Y al Parlamentario que desde la Comisión VII, vinculada a la salud, anuló todos su sentidos para reclamar.
O si es miedo que infunden, pues que dichos empresarios sean claros, pero no pueden saltar en garrocha los límites de la legalidad.