Edilberto Rodríguez Araújo-Profesor investigador de la Escuela de Economía de la UPTC
La economía departamental, después de un inusitado repunte en 2016, registró una sensible caída en los últimos dos años. El peso relativo de la economía y del empleo regional es irrelevante en el país: no rebasa siquiera el umbral del uno por ciento. Algo similar ocurre con su declinante presencia en las transacciones comerciales externas basadas, aún después de la destorcida de los precios de los productos básicos, en los recursos naturales no renovables, reflejando una marginal apertura hacia el comercio internacional – en el que Mercosur es el principal mercado de destino-, derivada de su estrecha estructura productiva, en la que prevalecen los bienes no transables.
Pese al languidecimiento económico, los niveles de generación de empleo, – los sectores de servicios son los principales receptores (83 por ciento en 2018)- , han descendido hasta revertirse el año pasado, cuando se crearon 11.000 nuevos puestos de trabajo. Por el contrario, el desempleo se elevó desde el comienzo de periodo, hasta estabilizarse en 2018 en 46.000 boyacenses carentes de una ocupación conocida. El impacto de la diáspora venezolana aún no se calculado, teniendo en cuenta que las principales ciudades del departamento son tan sólo un lugar de tránsito.
De otra parte, el subempleo se contrajo el año pasado, después de escalarse hasta bordear una tercera parte de la población laboral del departamento. Como se observa a escala nacional la mitad de quienes poseen un empleo se debaten en el rebusque diario. La mayor insatisfacción laboral de los boyacenses se concentra en los ingresos insuficientes, seguido del bajo reconocimiento de las competencias laborales por parte de los empleadores.
Boyacá: evolución de algunos indicadores socio-económicos 2015-2018
Año | Variación PIB (%) | TO (%) | Ocupados (miles) | TD (%) | Desocupados (miles) | TSS (%) | Subempleados (miles) | Pobreza %) | Personas (miles) |
2015 | 5,6 | 59,1 | 607 | 6,2 | 40 | 27,5 | 178 | 35,4 | 451,8 |
2016 | 0,8 | 55,4 | 572 | 7,0 | 43 | 28,9 | 178 | 32,0 | 408,9 |
2017 | 0,8 | 54,6 | 566 | 7,5 | 46 | 29,2 | 178 | 28,7 | 367,3 |
2018 | n.d. | 55,4 | 577 | 7,4 | 46 | 26,5 | 165 | n.d. | n.d. |
Fuente: Dane TO: tasa de ocupación. TD: tasas de desempleo. TS: tasa de subempleo subjetivo.
Asimismo, evidenciando que la caída en la actividad económica departamental no ha incidido determinantemente en las condiciones de pobreza de Boyacá, se aprecia que la mejoría en la superación de la pobreza monetaria (canasta de bienes y servicios calculada en $227.875 por persona mensuales o $911.5000 por familia en 2017), se tradujo en el abandono de 85.000 boyacenses de su condición de pobres durante los últimos tres años..
En fin, en el crecimiento de la economía confluyen tanto los agentes económicos privados como las agencias públicas. Según las Cuentas Nacionales del Dane, tanto la minería como la industria manufacturera han retrocedido, mientras que el sector agropecuario, la actividad constructora y de finca raíz se expandieron. No obstante, las cifras divulgadas por el Banco de la República en el Boletín Económico Regional (BER), indican una tendencia contraria: una reactivación de la producción carbonífera y un aletargamiento de la construcción, vista a través de una merma en el área licenciada, y, en particular, de la destinada para vivienda (apartamentos y casas), en contraste con la destinada para las áreas industrial y comercial.
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