La Policía Metropolitana de Tunja dio con la captura de uno de los ciudadanos venezolanos señalados de hurtar el mobiliario del restaurante mientras se lo dejaron a cuidar.
La ocasión hace al ladrón, dice el viejo refrán. Eso lo comprendió a la perfección Michael Urbina, ciudadano de origen venezolano, que fue contratado hace unos meses para brindar apoyo en un restaurante en el barrio La Esmeralda.
Urbina y un compatriota suyo fueron encargados a finales de diciembre para hacerse cargo del restaurante mientras la propietaria, Luz Mary Castro, salía de vacacione. Tanto Urbina como su compañero habían mostrado grandes capacidades y se habían ganado la confianza de su jefa, logrando dicha encomienda en el fin de año.
Pero la tentación pudo más que cualquier otra cosa, y como regalo para Luz Mary, los ciudadanos venezolanos vaciaron el local; sacaron sillas y mesas para venderlas posteriormente. Luz Mary regresó a la ciudad a comienzos de enero, concretamente el 3 de ese mes, encontrándose con la lamentable sorpresa de que el local estaba vacío.
Luz Mary, ni corta ni perezosa, puso en conocimiento de las autoridades dicha situación para tratar de dar con el paradero de los ciudadanos venezolanos en quienes había depositado su confianza pero que por desgracia terminaron robándola.
La Policía Metropolitana de Tunja se puso manos a la obra y encontraron que los elementos hurtados estaban siendo comercializados en un grupo de compra y venta de Facebook
Fue entonces que Unidades Adscritas a la Seccional de Investigación Criminal de la Policía Metropolitana de Tunja procedieron a capturar a Michael Urbina, quien tenía en su poder ocho mesas y 32 sillas decoradas, elementos avaluados 2.600.000 pesos.
Michael Urbina, de 47 años, fue dejado a disposición de la Fiscalía Octava Seccional URI por el delito de receptación.
