Durante la socialización de los estudios de vulnerabilidad realizados por la UPTC al proyecto de vivienda Estancia El Roble, se dio a conocer que ninguna de las torres habitadas tendrá que ser demolida Sin embargo, no hay estructura alguna que se salve de un trabajo de restauración. Se calcula que restaurar todo el proyecto tendría un costo de 47 mil millones de pesos.
Oscuro y turbulento es el panorama para el proyecto de vivienda Estancia El Roble, del cual se conocieron los resultados de estudios de vulnerabilidad recientemente, y los cuales dejaron llenos de inquietudes, malestar y preocupación tanto a sus beneficiarios como a la Administración Municipal.
En cabeza del alcalde Pablo Cepeda se llevó a cabo la socialización de los estudios. Allí el mandatario aseguró que el municipio no cuenta con tantos recursos, y recalcó que ni siquiera en las obras ejecutadas hasta la fecha se ha hecho tal inversión. Y es que los resultados son alarmantes, no hay estructura alguna en la urbanización Estancia El Roble que no tenga que ser intervenida; son en total 77 estructuras fijas a reforzar y 33 puntos fijos a demoler.
Los estudios arrojaron que las principales falencias del proyecto se encuentran en la calidad de los concretos utilizados, la gran cantidad de humedades detectadas, el bajo recubrimiento de losas de entrepiso, entre tantos.
“Encontramos un número importante de falencias en la calidad de los materiales, especialmente en lo que tiene que ver con la mampostería y con los concretos. La conclusión a la que llegamos es que todo esto es resultado de una falta de control en la ejecución de las obras (…) hay lesiones que afectan específicamente lo que es el confort, por ejemplo la humedad; con el tiempo pueden llegar a tener afectación sobre la resistencia de los materiales y pueden llegar a ser (daños) estructurales”, señaló Gonzalo Riaño Salamanca, coordinador del proyecto de estudios de vulnerabilidad.
Sin embargo, esto es solo lo más diciente de las fallas cometidas en la construcción de este proyecto de vivienda, ya que también se encontraron irregularidades en la resistencia de grafiles, los tipos de ladrillos utilizados, que están por debajo de la medida estándar de resistencia; los sistemas de drenaje, ausencia de bajantes de aguas lluvias, carbonatación o pérdida de PH en placas de concreto, zonas deportivas sin drenaje, entre otras irregularidades.
Así las cosas se calcula que la vida útil de estas edificaciones oscila entre los 10 y 20 años, cuando normalmente debería ser de unos 50 años aproximadamente. Este es el mismo tiempo que se utilizaría para la reubicación de las familias que hoy habitan las torres entre la A y la G; que ha aclarado la Alcaldía se haría gradualmente, ya que resulta insostenible e inviable realizar todos los trabajos de reforzamiento al mismo tiempo.
La mayor preocupación frente a esta situación pasa por los costos, que estarían cercanos a los 47 mil millones de pesos. Por eso, al comienzo de la socialización el Alcalde fue claro al comentar que el municipio no cuenta con esos recursos, que se gestionarán ante el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, y vía empréstito. Actualmente el municipio ha destinado 3.000 millones para atender la emergencia en los dos proyectos de vivienda siniestrados: torres del Parque y Estancia El Roble.