Por: Daniel Triviño
Nairo Quintana es hoy blanco de críticas para muchos por no haber conseguido el ‘Sueño Amarillo’. Pero realmente, el no haber podido materializar este objetivo, no pasa solo por su capacidad o su preparación; el equipo es parte fundamental para hacerse con un logro de tal dimensión, solo basta con ver lo hecho por el Sky que, viendo que Chris Froome no andaba en las mejores condiciones, optó por conseguir el objetivo a través de Geraint Thomas. A diferencia del Movistar, que no ha sido capaz de respaldar al pedalista que más logros le ha dado en los últimos años.
Días antes del inicio del Tour de Francia 2018, Eusebio Unzué sentó a sus grandes pedalistas frente a la prensa del mundo para afirmar que ninguno de ellos actuaría como líder de filas del equipo en la ronda francesa, sino que sería la carretera y el pasar de las etapas quien dictamine para quién trabaja el equipo.
Nairo Quintana contó con la mala fortuna del primer día, en que una avería mecánica le hizo perder cerca de minuto y medio con los favoritos al título. Mikel Landa no tuvo una gran jornada en el cierre de la primera semana, en la temida etapa de los 15 fragmentos sobre pavé, y para ese momento Alejandro Valverde se perfilaba como el mejor hombre del Movistar.
Bajo la lógica de Unzué, habría sido Valverde el elegido para disputar el título; el trabajo de Quintana, Landa, Rojas, Bennatti, Amador y los demás, debía volcarse en un irrefutable apoyo al pedalista español, pero eso no ocurrió.
Tampoco era Valverde el indicado, a sus 38 años, para pelear hombro a hombro por un Tour que estaba lleno de etapas de alta montaña.
Y quedó evidenciado que después de esa primera semana el Movistar Team fue pura anarquía e improvisación. Tanto Quintana como Landa trabajaron para sí mismos, olvidando el concepto básico en el ciclismo del trabajo en equipo.
Nairo, quien fue el que más se animó en las etapas de montaña, sufrió las consecuencias. Al igual que en años anteriores se le vio solitario, peleando contra el todopoderoso Sky Team, que siempre contaba por lo menos con dos hombres apoyando a su líder.
Quintana contó con el apoyo de Valverde el día que consiguió el triunfo en Saint Lary Soulan, pero en los demás días de competencia no fue así, a tal punto que pareciera que Mikel Landa actuó más como rival del colombiano que como su coequipero.
Eso quizás repercutió en el resto del equipo, que en su mayoría es español y ven a Quintana como un intruso. Landa, como manzana podrida, llegó a reafirmar ese criterio y dificultó las cosas para el pedalista que más triunfos le ha dado al Movistar en el último lustro.
Hoy en la prensa especializada surge el rumor de que Landa cambiaría de equipo al no poder concretar su objetivo de ser líder de filas. Pero tal y como se han dado las cosas, debería ser Quintana quien se aparte de la escuadra española y busque mejor suerte en un equipo que sí tenga claro a quién darle el liderato.
Por ahora, es un objetivo que se le sale de las manos al boyacense, que tiene contrato con el Movistar Team hasta 2019, y que solo podría concretar su salida si llega una muy buena oferta de parte de otro equipo.
Este año aún queda por disputarse la Vuelta a España y unas cuentas clásicas, pero será la competencia ibérica la que dictamine el futuro de muchos de los grandes pedalistas del pelotón internacional. Su desempeño y las ambiciones de los equipos moverán el mercado terminada la competencia en territorio español, y es a partir de ese momento que Quintana tendrá que estar abierto a escuchar ofertas de varios equipos.
De parte de los de mi municipio mil gracias por su participación y por todas las alegrías que nos haz dado, usted se hizo a punta de templanza, coraje y patriotismo.
Los que lo critican cuanto han puesto para su desarrollo deportivo y ademas cuando uno es agradecido lo es en las buenas y en las malas.o O quienes le compraron bicicleta cuando tenias que ir en una chiche bicicleta todos los días a la escuela kilómetros.
Adelante Felicitaciones