Se hunde elección directa de
Al filo de la medianoche de este sábado 2 de junio terminó la votación virtual de los nueve consejeros integrantes del Consejo Superior de la UPTC, votación que decidía la suerte de la reforma a la designación de rector en la universidad. El resultado fue adverso a la opinión mayoritaria de la comunidad universitaria, que de manera unánime reclamaba mayor democracia: cuatro votos a favor, cuatro en contra y una abstención.
Conocida la votación del sábado, a primera hora del domingo, el representante de los docentes escalafonados ante el consejo superior, Daniel Humberto Cárdenas Guevara, decidió presentar renuncia irrevocable a tal representación al reconocer “que se ha cuestionado mi desempeño como integrante del Consejo Superior, lo cual evidencia que existe inconformidad, por parte de algún sector de la comunidad académica, con relación al ejercicio de la representación que ostento”. Esta renuncia no hace más que acabar de ensombrecer la conducta de Cárdenas Guevara, quien con su voto negativo acabó de hundir el proceso de reforma.
La ‘patrasiada’ del Consejo Superior
Como se recordará, esta instancia universitaria había modificado el 22 de mayo, -mediante otro Acuerdo, el 046 de 2018,- el Acuerdo 040 de 2018, que establecía una hoja de ruta, con procedimientos y cronograma, para construir una propuesta unificada, la cual se sometería a dos vueltas, para su aprobación final.
El Acuerdo 046 dio al traste con las posibilidades de democratización del proceso de designación de rector, trayéndose a colación, entre otros argumentos deleznables, que las sesiones debían realizarse en privado. Contrario a lo dispuesto en el Acuerdo 040, esta nueva disposición le dio un vuelco total al proceso, pues ya no se hablaba de propuesta unificada, sino de propuestas; a su vez, ratificaba que cualquier decisión se tomaría a puerta cerrada. Esta decisión coincidió con el relevo como delegado de la de la ministra de Educación Yaneth Giha, de Jaime Vargas –uno de los artífices de la apertura democrática en el manejo de la universidad- por Alejandra Ramírez.
Las asambleas y los bloqueos se sucedieron a lo largo de la semana pasada. La comunidad universitaria empoderada como protagonista de primera línea, esperaba que, tal como se había solicitado, inclusive con oficios dirigidos a la ministra de Educación, que la sesión en que se tomara cualquiera que fuere la decisión, fuera pública. Pero, no fue así. El jueves 31 de mayo, desde las dos de la tarde, estudiantes, profesores, empleados administrativos y egresados, en una multitudinaria y caldeada asamblea, estaban impacientes esperando el desarrollo de la sesión. Al declinar la tarde, los nueve consejeros fueron desfilando por el recinto donde deliberaban los estamentos universitarios, para hacer un destemplado anuncio: se derogaban los dos Acuerdos y, después de tres meses de agitados debates sobre la designación de rector todo se desvanecía. Los procedimientos acordados y el calendario fijado se hacían añicos.
Después de que este sanedrín universitario se rehusaba a aceptar una deliberación pública, ahora la aceptaba forzadamente. El debate se prolongó hasta tres horas después y quienes intervinieron cuestionaron beligerantemente el comportamiento de cada uno de los consejeros, enrostrándoles su incoherencia e irresponsabilidad, frente a esta crucial coyuntura. Quienes fueron destinatarios de los emotivos y vehementes señalamientos, fueron los representantes de: los estudiantes, los profesores, los ex rectores, los gremios, así como la delegada de la ministra de Educación, quien parecía estar en el lugar equivocado.
Después de esta agitada sesión, quedó en la retina de los asistentes que no todo estaba perdido.
Que aún había lugar para cierta dosis de esperanza. La comisión designada para elaborar un nuevo proyecto de Acuerdo, integrada por el representante de los egresados y el de los profesores, con el acompañamiento de la Oficina Jurídica, elaboró un proyecto de Acuerdo, que restablecía el espíritu del Acuerdo 040 y fijaba dos fechas (el 6 y el 28 de junio) para discutir y aprobar, de manera pública, la propuesta consensuada por los cuatro estamentos universitarios. Su aprobación dependía de los resultados de la votación virtual que debía darse el sábado pasado.
Las expectativas estaban centradas en la posición que asumirían, tanto el representante de los estudiantes como el de los profesores. Desde diferentes orillas de la comunidad universitaria, aún había esperanzas de que, tal como lo manifestaron en su forzada presencia en la asamblea del jueves, cumplirían su compromiso con sus representados. No fue así, el representante de los estudiantes prefirió abstenerse, y el de los profesores, votar en contra, pese a que había participado en la redacción del proyecto de marras. Para estudiantes y profesores, este torcido proceder, fue el equivalente a una perversa traición.
Hoy solo se palpan la decepción y la rabia de estudiantes, profesores, egresados y funcionarios, quienes se resisten a aceptar que la democratización de la vida universitaria dependa de micropoderes externos, que han convertido a la institución en un feudo de su codicia clientelista.
La comunidad universitaria llegó a creer que eran sujetos transformadores de una institución con una férrea estructura de poder refractaria, proclive al inmovilismo y a la burocratización, bajo una falsa fachada modernizante.
Sin embargo, no todo está perdido. Más temprano que tarde la universidad retornará a su cauce y la democracia deliberativa prevalecerá. Quienes actuaron a espaldas de los estamentos que representan tendrán que dar un paso al costado. Eso fue, lo que parece ser, ocurrió con el representante de los profesores, Daniel Cárdenas, cuya mala conciencia lo obligó a renunciar. Es un acto de contrición tardío, pues contribuyó, conscientemente, al naufragio de la elección directa del rector. Los profesores y los estudiantes tienen la palabra.
La renuncia del representante de los docentes ante el CS
Entregada a primera hora de este domingo, la renuncia de Cárdenas Guevara va a terminar de caldear los ánimos en la semana que comienza este martes, ya que los observadores del proceso estiman que lo correcto en la conducta del dignatario no era salir a renunciar, sino mantener la palabra ante sus representados de ser el garante de la reforma que es necesaria para mejorar y profundizar la democracia para la formación del gobierno de la Universidad.
El siguiente es el texto de la Carta de renuncia:
Tunja, 03 de junio de 2018
Señores
COMITÉ ELECTORAL
Ciudad
Respetados Señores:
Presento renuncia irrevocable como representante de los docentes escalafonados ante el Consejo Superior, posición para la cual fui elegido según consta en la Resolución Rectoral 3689 fechada el 27 de marzo de 2017.
En recientes asambleas y reuniones se ha pedido “mi renuncia” y en diversas declaraciones en medios de comunicación, orales y escritos, se ha cuestionado mi desempeño como integrante del Consejo Superior, lo cual evidencia que existe inconformidad, por parte de algún sector de la comunidad académica, con relación al ejercicio de la representación que ostento.
Ejemplo de ello es la manifestación hecha en la reunión del Consejo Superior con los Estamentos universitarios en la Sala de proyecciones el pasado jueves 31 de mayo de 2018, cuyo audio se difunde por las redes sociales, refiriéndose a varios consejeros, entre ellos al Representante profesoral ante la Corporación, haciendo proposiciones aplaudidas por los asistentes (asentimiento de las mayorías):como: “…declarar a esos cinco miembros del Consejo Superior como personas no gratas, traidoras y no representativas…”, entre otros planteamientos y afirmaciones.
Considero que, en una comunidad académica, no es necesario esperar el desenlace exitoso de un proceso de “revocatoria” o soportar hasta el cumplimiento del periodo para el cual se eligió al representante, para dejar en libertad al estamento profesoral de elegir a otro.
Reconozco y agradezco al profesorado y a la comunidad académica los aportes y apoyo dados a diversos procesos cuyo desarrollo favorable fue posible y especialmente a los 218 docentes de planta que votaron por mí, para representar en el Consejo Superior a todo el estamento.
Cordialmente,
Daniel Humberto Cárdenas Guevara
Profesor UPTC