Escasa ha sido la participación de expositores boyacenses en la Feria Internacional del Libro, que cada vez resulta menos atractiva para entidades gubernamentales y autores del departamento.
La trigésimo primera edición de la Feria Internacional del Libro empezó hace una semana y ha resultado ser una de las más exitosas en los últimos años. Lastimosamente, esta edición cuenta con una escasa participación de boyacenses, que por diversos motivos, considerar que participar en esta no genera los beneficios deseados.
La UPTC y una par de entidades privadas se han interesado por tener presencia y exposición en la feria. Pero como ha sido la constante de los últimos años, las entidades gubernamentales no han participado, tampoco los autores o asociaciones independientes, que habitualmente tienen que hacer grandes esfuerzos para ocupar un stand en alguno de los pabellones de Corferias.
Apenas un puñado se han animado en dar a conocer algo de los rasgos culturales del departamento. Uno de ellos es Juan Camilo Urrego, que ha hecho el lanzamiento de su libro fotográfico Boyacá en bicicleta, un libro en el camino. En este plasma los diversos y ricos paisajes de las montañas boyacenses, y con cada una de las imágenes retratadas en su libro, cuenta una historia del andar de los boyacenses sobre su ‘caballito de acero’.
A diferencia de otras ediciones el Consejo Editorial de Autores Boyacenses no contó con un stand permanente en la vigente edición. Sin embargo, tuvieron un espacio para hacer la presentación de cinco obras literarias que resultaron ganadoras en la convocatoria realizada, y la del libro que contiene los relatos ganadores del concurso departamental la Pera de Oro.