Por | Tarcicio Cuervo, El Iguaqueño
Contados son los gobernantes buenos que ha tenido la humanidad, en mi mente tengo tres: Gandhi, Mandela y Pepe Mujica, (los tres son del último siglo); claro que existen otros, los menos malos, y los malos, que son la inmensa mayoría.
Las cifras dicen que para sostener el poder se gastan tres millones de dólares por minuto en armas para la guerra y así imponer el poder.
Estas armas matan, destruyen, caen segundo a segundo vidas de seres humanos y los que no mueren los torturan, los someten, los roban o los desplazan a granel: son genocidas.
Por eso hablar de políticos, es hablar de corruptos, de seres indignos, de maleantes, de unos seres que explotan física y moralmente a los seres humanos incautos, utilizando toda clase de perversidades.
Todo esto lo vemos a diario; lo que no entiendo es por qué somos ciegos y sordos, para no ver estos casos macabros y hacemos caso omiso a tanta ignominia, a hechos disímiles de tanta ferocidad y maltrato con los seres humanos, peor que a las más temibles bestias de la tierra; sí; existe una “Sociedad Protectora de Animales” y cumple unas funciones, y se hacen ver, y sentir cuando maltratan o matan a un animalito, pero cuando torturan o matan un ser humano, poco y nada se escuchan protestas. ¿Será que hace falta una SOCIEDAD PROTECORA DE SERES HUMANOS?
Ahora bien, Colombia ha ocupado el primer lugar como país violento y violador de los derechos humanos. La desgracia se completa con la creación de partidos que aúpan estas acciones como filosofía propia; y, lo peor, su máximo jefe ha sido ponderado como el mejor gobernante que ha tenido este país en doscientos años de vida patria. Y, hoy, de voz viva, este personaje ataca la paz y promueve la guerra, y gran cantidad de ciudadanos lo ponderan y le aman entre ellos; algunos de estos, seguidores de Cristo, aquel maestro que dejó como enseñanza, LA PAZ.
Se aproximan las elecciones presidenciales, hay partidos políticos y candidatos amigos de la guerra donde la consideran como el único medio para gobernar. Hemos vivido una guerra duradera y amarga de más de medio siglo: mataron y robaron; los ricos se volvieron más ricos y los pobres más pobres; la corrupción se volvió otra forma de gobernar; en todas las instituciones del Estado roban y roban, y no pasa nada; nuestros ladrones siguen gobernando y los pobres son la mayoría de ciudadanos que votan por los mismos de siempre. La deducción es sencilla: “Los ladrones eligen sus víctimas, el pueblo elige los ladrones”.
Los hechos son tozudos, sin embargo, no los queremos aceptar, apoyamos al maligno: la mentira, el engaño, la hipocresía, la perversidad, todo lo podrido, todo lo que sepa y huela a mal; sí, LA BAZOFIA.