¿Quieres dar un buen regalo? Piensa mal…

Publicidad

Por | Carolina Piñeros Ospina / Directora ejecutiva de Red PaPaz

En estas fiestas, el regalo que más ilusiona a niñas y niños podría ser, justamente, el
que más daño les hace. Antes de envolver un celular o un juguete “inteligente”,
conviene pensar mal: la evidencia muestra que la tecnología personal temprana no
trae magia, sino riesgos.

A nosotros nos encantaban una bicicleta enorme o unos patines que siempre eran dos
tallas más grandes —para que nos duraran más en la lógica adulta de la época, sin
importar que significaran caídas más fuertes—, pero hoy el regalo “soñado” viene con
forma de pantalla.

Se trata de un celular inteligente, que entregamos a edades cada vez más tempranas y
muy pronto usan a la perfección. El problema es que no llega solo: viene con riesgos
documentados. La evidencia muestra que el uso de un dispositivo electrónico personal
antes de los 14 años aumenta la falta de sueño, la ansiedad y la depresión, y
disminuye las habilidades socioemocionales, como la autoestima y la regulación
emocional. En pocas palabras, cuanto más temprano se tiene un dispositivo de uso
personal, mayores son los riesgos de desarrollar estas condiciones.

En Red PaPaz entendemos que, cuando se trata de educar y cuidar a niñas y niños,
debe primar el principio de precaución. Es especialmente útil en estos tiempos, cuando
la novedad nos tienta a ser los primeros en regalar un juguete con inteligencia
artificial. Parece inofensivo, pero, a diferencia de nuestras raspaduras de rodilla,
los impactos que puede traer son mucho más complejos y no se curan con un “sana
que sana, colita de rana”.

Recordemos, además, que la industria tecnológica —al igual que muchas otras—
construye sus estrategias de mercadeo enfocada en las ventas y la dirigen a
las niñas y los niños, sus potenciales consumidores. Su objetivo no es su seguridad
ni su bienestar, sino vender.

Todo esto nos lleva a una conclusión importante: no basta con que los colegios
restrinjan el ingreso y uso de los celulares a edades tempranas; nosotros también
debemos evitar que aparezcan envueltos en nuestro árbol de Navidad.

Pensemos dos veces antes de dar un regalo a una niña o un niño. Nuestro reto es
enorme: hacerlos felices sin causarles daño, en un mercado saturado de productos
que, por el márquetin y la publicidad, se presentan como ideales, aunque no siempre
lo sean.

Feliz Navidad con niñas y niños más conectados con su familia y con la naturaleza, y
menos a las pantallas. Y no olvidemos algo esencial: ningún dispositivo sustituye el
papel de los adultos en su bienestar. El algoritmo puede esperar; la infancia, no.

    Publicidad

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.