Señor Krasnov, debe dar un paso al costado

Foto | Hisrael Garzonroa / EL DIARIO
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Por | Jhonathan Leonel Sánchez Becerra / Historiador con énfasis en Patrimonio y Museología / Exaliado político del alcalde de Tunja

Señor Mikhail Krasnov:

No escribo estas líneas con ligereza ni resentimiento. Lo hago desde la responsabilidad y la ética, consciente del peso que conlleva haberlo respaldado en su camino a la Alcaldía de Tunja y haber creído sinceramente en su proyecto político. En su momento, defendí su candidatura convencido de que representaba la única alternativa que nos habían dejado los mismos candidatos de siempre con sus prácticas clientelistas y corruptas, frente a un modelo de administración que había dejado de escuchar a la ciudadanía. Lo apoyé porque creí que usted encarnaba una promesa de transparencia, eficiencia y verdadera vocación de servicio público.

Hoy, con pesar pero con claridad, debo reconocer y decirle que esa promesa se ha quebrado.

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No ha sido un solo hecho el que me lleva a hacer pública esta solicitud ciudadana de respeto a la justicia. Ha sido una acumulación de señales alarmantes: denuncias, escándalos, y una serie de decisiones arbitrarias y erradas y, sobre todo, una creciente certeza de que usted ha perdido el rumbo que lo llevó al cargo. La administración que encabeza ya no goza de legitimidad ante el Tribunal Administrativo de Boyacá, la Procuraduría General de la Nación, ni la ciudadanía que se siente cada vez más ignorada, decepcionada, maltratada y, en muchos casos, traicionada.

¿Cómo pedirle a la ciudadanía que confíe en sus instituciones cuando usted ha permitido —por omisión o complicidad— prácticas que rayan en lo reprochable?

¿Cómo defender una administración en la que los nombramientos directivos y CPS obedecen más a intereses personales que a capacidades técnicas?

¿Cómo justificar la falta de planeación en la toma de decisiones y que se margine a profesionales valiosos mientras se premia a aduladores políticos?

He sido testigo —y en algunos casos, víctima— de cómo la crítica interna es desestimada y perseguida, el disenso castigado, y las decisiones clave se toman sin consulta ni participación. La alcaldía se ha cerrado sobre sí misma, y en lugar de ser un espacio de encuentro, diálogo y reflexión para su equipo y la comunidad que lo llevaron allí, se ha convertido en un círculo reducido de poder en torno suyo que avanza cínicamente cada vez más alejado de la realidad social.

La transparencia —esa bandera que usted enarboló durante su campaña— hoy es apenas un eco del recuerdo.

¿Dónde están los informes públicos prometidos?

¿Dónde están los empleados a través de la convocatoria laboral del mérito?

¿Dónde está el gobierno abierto que usted prometió?

Señor Krasnov, con la esperanza de que todavía exista en usted un átomo de autocrítica y respeto por el cargo que ostenta. Le pido con firmeza que se aparte de su cargo y permita a los organismos de control que adelantan procesos en su contra, investigar sin obstrucciones. La institucionalidad necesita credibilidad; necesita limpiarse de la decadencia y el desencanto.

La ciudad no debe seguir siendo gobernada por un liderazgo manchado que no convoca ni inspira. Su permanencia al frente de la alcaldía solo prolonga el deterioro de la confianza depositada en usted y profundiza la fractura entre la administración y el pueblo que debería representar.

No hay democracia sin legitimidad. Y hoy, su gobierno la ha perdido. El gesto más responsable, honesto y digno que puede ofrecerle a la ciudadanía es dar un paso al costado, permitir que la institucionalidad se recupere y recomponga lo que se ha dañado.

Confío en que aún es capaz de tomar una decisión valiente. Por el bien de todos los tunjanos.

Por | Jhonathan Leonel Sánchez Becerra
Exaliado político del alcalde de Tunja

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