
La relación bilateral entre Colombia y Estados Unidos alcanzó un nuevo punto crítico este 3 de julio, cuando Washington llamó a consultas urgentes a su encargado de negocios en Bogotá, John T. McNamara, tras catalogar de “infundadas y reprochables” declaraciones de los “más altos niveles del Gobierno de Colombia”.
Acto seguido, el presidente colombiano Gustavo Petro respondió recíprocamente, convocando a consultas a su embajador en Washington, Daniel García‑Peña, con el argumento de revisar el desarrollo de la agenda bilateral, incluyendo temas como la lucha contra el narcotráfico y la cooperación militar.
Según el Departamento de Estado de EE. UU., el llamado a consultas se resolvió “para evaluar el impacto de recientes declaraciones provenientes del Gobierno colombiano” y como muestra de “profunda preocupación por el estado actual de nuestra relación bilateral”, señaló la portavoz Tammy Bruce.
El episodio ocurre en medio de acusaciones cruzadas
El pasado 26 de enero, una disputa diplomática paralela involucró la prohibición del aterrizaje de vuelos de deportación de EE. UU. a Colombia y amenazas arancelarias por parte de la administración Trump, un episodio ya catalogado como la crisis diplomática más grave desde los años 90s.
El origen inmediato de la tensión actual se relaciona con audios revelados por El País, que señalan un presunto complot liderado por el exministro Álvaro Leyva para derrocar al presidente Petro, supuestamente con apoyo de políticos colombianos y estadounidenses. En este marco, Petro exigió a EE. UU. investigar si hubo implicación de congresistas norteamericanos.
Presidente Petro propone siete puntos para una agenda común con Estados Unidos
En su cuenta de X, el presidente Gustavo Petro propuso siete puntos para el desarrollo de una agenda bilateral entre Estados Unidos y Colombia:












