
Respetado Sr. Gobernador
Durante la última semana hemos hecho seguimiento al pronunciamiento suyo, así como de diferentes actores de la política y de la sociedad de Caldas, respondiendo a la legítima aspiración del pueblo de Boyacá de que las tres unidades generadoras de Paipa sean entregadas para su manejo por parte de los boyacenses.
Comienzo por recordarle Sr. Gobernador que la empresa Gensa S.A., E.S-P. de Manizales nació en 1993, con el objetivo de operar la Hidroeléctrica La Miel 1.
Dice Usted que cambiar la sede de Gensa es desconocer el liderazgo energético que ha tenido el departamento de Caldas, pero desconoce que más de 20 años antes del nacimiento de Gensa, Boyacá ya se había consolidado como un departamento líder en generación de energía y tenía una Electrificadora que generaba energía en Termopaipa y manejaba de manera complementaria los negocios de comercialización y distribución llegando a casi todos los municipios y regiones apartadas de nuestro departamento y de Casanare, lo que se logró también con el aporte de las comunidades que en todas partes hicieron bazares y actividades de todo tipo para ayudarle a su empresa a electrificar y llevar el servicio a más y más usuarios.
Pero después vinieron tres hechos desafortunados para los boyacenses: un negocio totalmente leonino contra los intereses de la nación y de Boyacá, ideado y patrocinado por el Gobierno de Ernesto Samper ante la vista ciega de los congresistas boyacenses,
que pactó con la Compañía Eléctrica Sochagota un negocio de compra de energía en dólares a precios muy superiores de los del mercado y ese pasivo se lo cargaron a la Electrificadora de Boyacá; luego la escisión de esa empresa, a la que le quitaron el negocio de la generación y el oportunista traslado a Gensa de Manizales, por parte del caldense Óscar Iván Zuluaga, de las tres unidades de generación de Termopaipa, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Como complemento, el Gobierno de Juan Manuel Santos vendió o casi que regaló a particulares, la que ahora se denominaba Empresa de Energía de Boyacá, que del departamento solo tiene el nombre y que ahorca a los usuarios con sus onerosas tarifas.
Se quejan ustedes los caldenses de que ‘desarraigar’, como lo llaman a Gensa de Manizales es afectar a esa región, porque la empresa ‘genera 200 empleos técnicos o profesionales de calidad’ en Caldas; pero desconocen que esos cargos casi que burocráticos se pagan con recursos que se generan en Boyacá, por la simple razón de que las ‘termos’ de Paipa equivalen al 90 por ciento del patrimonio total de la compañía, calculado en unos $900.000 millones; y que es en el centro de Boyacá en donde realiza la casi totalidad de la actividad productiva de esa empresa.
Mientras en Manizales sobran empleados en un edificio en donde no cabe un escritorio más, en Paipa no hay obreros suficientes para adelantar las actividades de operación y mantenimiento, como ha sido denunciado varias veces en reuniones del Comité de Relaciones Laborales.
También se quejan dirigentes gremiales de Caldas que Gensa es la empresa o una de las empresas más importantes de ese departamento, que factura cerca de un billón 500 mil millones de pesos en Manizales, lo que a todas luces resulta absurdo, inequitativo e injusto porque, si la producción se hace en Paipa no puede ser que los tributos de paguen en la capital caldense.
Gensa paga irrisorios impuestos a Paipa y a Corpoboyacá y los grandes porcentajes de los impuestos a sus transacciones a Caldas, porque la empresa está registrada en Manizales, cuando es en el centro de Boyacá en donde se sienten los efectos de la contaminación de aire, agua y tierra, efectos de la generación de energía.
Lo normal sería que, proporcionalmente, el 90 por ciento de los impuestos se pagaran en Paipa pues es allí en donde se generan las fuentes de sus ingresos.
A todo lo anterior agréguenle los recursos que se deberían invertir en Paipa y en los municipios del centro de Boyacá por Responsabilidad Social Empresarial de Gensa, para mitigar en algo el impacto de las actividades que realizan, lo que no se hace.
Y también los contratos irregulares que Gensa de Manizales ha firmado en los últimos años para supuestamente garantizar la operación y el mantenimiento de las plantas de Paipa, sobre los que hay muchos cuestionamientos y ninguna investigación por parte de los organismos de control.
Más de 100 mil millones se han invertido en una torre de enfriamiento, que busca disminuir el efecto de la operación en el río Chicamocha y las obras no han entrado en operación y no hay muestras de que quieran culminarlas.
También hay reparos a obras de mantenimiento por miles de millones de pesos de generadores, rotores y turbinas, que ya no se contratan con Mitsubishi y ahora se hacen por empresas hechizas de Manizales, que tiene en dificultades la operación en Paipa y que cada vez generan más contaminación.
Por todo lo anterior los directivos de Gensa de Manizales han dicho descaradamente que las plantas de Paipa ya son obsoletas y por eso han gestionado recursos millonarios ante el Gobierno nacional para hacer reconversión energética, que quieren hacer en Caldas y no en Boyacá.
De manera Señor Gobernador, que hay motivos de sobra para pedir que las plantas generadoras de Paipa sean manejas por boyacenses.
Ya el Gobernador de Boyacá y los parlamentarios nuestros han expresado algunas ideas de lo que aquí se puede y se debe hacer con las generadoras de Paipa:
Que esas plantas queden en manos de los boyacenses, y que el domicilio de la empresa tenga articulación directa con el departamento de Boyacá. Igualmente, capitalizar la empresa mediante la compra de acciones, permitiendo que tanto el departamento de Boyacá como el municipio de Paipa se conviertan en accionistas.
POSDATA. Sr. Gobernador de Caldas. No se necesita trasladar la sede de Gensa de Manizales para Boyacá; lo que estamos pidiendo es que todas las políticas de generación y la comercialización de la energía de las unidades de Paipa esté a cargo de boyacenses; así como que las actividades de mantenimiento de un tema que nos concierne a nosotros, se haga desde aquí. Las oficinas de Gensa pueden seguir funcionando en Caldas y que los proyectos de las zonas no interconectadas se queden allá. A nosotros, los boyacenses, realmente solo no interesan las unidades de Termopaipa porque de ellas dependen unos 180 empleos directos y más de 2.500 indirectos.