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6.957 miles mujeres en Colombia se dedican a los oficios de hogar no remunerados, siendo condenadas a la dependencia económica, una mayor pobreza y a frustrar sus proyectos de vida, eso es violencia.
De acuerdo con las estadísticas del DANE, para septiembre de 2024, en Colombia había 6.957.000 mujeres dedicadas a oficios de hogar, dentro de los cuales están las actividades de cuidado, que además es trabajo no remunerado. También, el informe de trabajo de cuidado del mismo DANE, advierte que del total de horas promedio anuales trabajadas por las mujeres, en 2022 y 2023, el 65 por ciento corresponde a trabajo doméstico y de cuidado no remunerado y el restante 35 por ciento corresponde a otras actividades.
El fenómeno avanza, la cifra de cerca de siete millones de mujeres en oficios de hogar es superior en 246 mil mujeres a la presentada el año anterior y un poco menos que la registrada en la pandemia, lo que permite dimensionar el fenómeno. Las mujeres más afectadas son de edades superiores a cincuenta años, quienes en el 57,4% se dedican a las labores de hogar y las mujeres casadas se acrecienta. La CEPAL, en el informe sobre el panorama social 2024 señala “Una de cada cuatro mujeres en América Latina no tiene ingresos propios, casi tres veces más que los hombres. La mitad de las mujeres están fuera del mercado laboral y, de ellas, más de la mitad no trabaja de forma remunerada debido a responsabilidades familiares y de cuidado”
Las cifras deben reflexionarse dado que el problema descansa en los patrones culturales patriarcales discriminatorios y violentos y el predominio de la cultura del privilegio de donde emerge la división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado, como lo plantea la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Solo si se comprende esta realidad se puede entender porque en Colombia según la misma Entidad (CEPAL) para el 2023, de cada cien hombres en situación de pobreza, había 121 mujeres, de igual manera el DANE señala que para el 2023 había 8,2 millones de hogares que tienen jefatura femenina, lo que corresponde al 45,4% del total de 18 millones de hogares, pero mientras la pobreza en las mujeres jefes de hogar llega al 37,7% la de los hombres es del 29.5%.
Es indiscutible que el mercado laboral está marcado por esta injusta desproporción que soporta la mujer frente a los oficios del hogar y el cuidado. Según cifras DANE publicadas el 14 de noviembre de 2024, para el total nacional en el trimestre julio – septiembre 2024, la diferencia entre hombres y mujeres en la tasa global de participación (TGP) se ubicó en 23,7 puntos porcentuales (p.p.), en la tasa de ocupación (TO) fue 24,2 p.p. y la brecha de la tasa de desocupación (TD) en 4,5 p.p. Y para agravar el problema de las brechas en el total nacional en el trimestre julio – septiembre de 2024, la población de jóvenes entre 15 y 28 años que no estudiaba ni se encontraba ocupada fue de 2.422 miles de personas. Esto representó el 21,6 % de las personas en edad de trabajar para dicho rango de edad. Por sexo, esta relación para los hombres fue 7,0% y para las mujeres 14,6%.
Las cifras conducen a la urgente acción de pensarnos como una sociedad del cuidado donde se reconozca el valor insustituible de los cuidados y se resuelva la desigual carga que las mujeres y las niñas asumen actualmente. La transición demográfica, los cambios climáticos y fundamentalmente el cierre de brechas conlleva acciones urgentes, en una Colombia que permanece silenciosa ante el problema. Las demandas de cuidado no se detienen y cada vez son mayores, poblaciones más envejecidas, miles de dependientes física como emocionalmente y una dimensión cada día más abarcadora del cuidado conllevan a que hoy 25 de noviembre, día contra la violencia hacia la mujer, se piense en la dimensión del problema.
