Estas tres actividades representan un considerable porcentaje de los empleos en el departamento, que vieron su peor momento entre marzo junio de 2020, y que a partir de ese entonces han venido recuperándose, aunque no todos al mismo ritmo.
Completados los primeros 100.000 casos de COVID-19 en Boyacá, ha llegado el momento del balance para varias de las actividades productivas con más trascendencia en el departamento, como lo son la construcción, el turismo y el comercio.
Las tres se han visto de una u otra manera afectadas por la pandemia, especialmente en aquellos meses de rigidez en las medidas de aislamiento preventivo obligatorio.
El sector de la construcción fue quizá uno de los que menos sufrió, teniendo en cuenta que entre junio y julio de 2020 se había dado una reactivación del 90% de actividades.
La construcción se vio favorecida al momento de ser una actividad priorizada para el retorno a la presencialidad, dado que ejerce mayoritariamente al aire libre. Para el caso de Boyacá el impacto no fue tan devastador, pues al medirlo en términos de ventas la reducción fue de 200 unidades por debajo del promedio, que habitualmente ha sido de 2.100 unidades.
“A eso habría que sumarle otros factores, que puede ser por ejemplo el tema de generación de empleo, pero en estos momentos lo que más se está dificultando es lo que tiene que ver con los precios de los materiales. Muchas obras han tenido que posponer sus fechas de entrega porque los precios del acero, del PVC, el cobre, entre otros materiales están muy costosos”, comenta Ana Elvia Ochoa, gerente regional de Camacol Boyacá y Casanare.
No fue tan positiva la situación para el sector del turismo, que fue uno de los primeros en bajar la persiana y uno de los últimos en retomar actividades en medio de esta pandemia.
De acuerdo a reportes como el de ‘Boyacá en Cifras 2020’, elaborado por las cámaras de comercio de Tunja, Duitama y Sogamoso, y el Centro de Desarrollo Tecnológico para la sostenibilidad y Competitividad Regional;
Entre hotelería, gastronomía, transporte, almacenamiento y comunicaciones, se presentaron 677 cancelaciones de matrículas comerciales en jurisdicción de estas tres cámaras de comercio, siendo así el segundo sector más afectado en la vigencia 2020.
Los cierres y el pánico desatado en 2020 fueron tan devastadores para el turismo que, por ejemplo, para junio de ese año, el índice de ocupación hotelera para Boyacá fue de 0,83%, absolutamente por debajo del 42,71% de ese mismo mes pero en 2019.
Pero el sector visiblemente más afectado en medio de la pandemia ha sido el comercio, tanto al por mayor como al por menor, que, para el caso de Boyacá, en 2020, registró la cancelación de 1.108 matrículas comerciales. Sector desde el cual se tiene la percepción de que, a pesar de las reaperturas, la mejora no se percibe sustancialmente.
“Hay meses que han sido buenos, otros regulares, y tenemos ejemplos como el del anterior en el que las cosas vuelven a caer. Han sido como ciclos”, comenta Yolanda García, directora ejecutiva de Fenalco Boyacá.
La estructura empresarial de Boyacá está conformada mayoritariamente por microempresas, entre las que se sintió fuertemente el coletazo de la pandemia. Para 2020 se presentó la cancelación de 2.512 matrículas de microempresas. Afortunadamente para el departamento, fueron más las matrículas nuevas (5.608) que las canceladas, y ni se diga de las renovadas, que estuvieron por el orden de las 36.321.
Entre las empresas grandes y medianas el impacto fue minúsculo, por lo menos teniendo la posibilidad de renovar matrícula como indicador de desempeño. Solo una empresa mediana tuvo que cancelar matrícula.
A todas luces 2020 fue un año complicado para la economía boyacense. En los registros de las tres cámaras que agrupan el tejido empresarial de Boyacá, se estableció una cantidad de matrículas canceladas superior a la de 2019, siendo el caso de Tunja el más dramático, pues mientras que en 2019 se cancelaron 1.217 matrículas comerciales, en 2020 esa cifra escaló hasta las 4.438 cancelaciones.
Claro que no todo fue a mal, por lo menos en el caso de Sogamoso, en donde el número de matrículas renovadas creció en 2020 respecto a 2019 en un 1,3%.
Los sectores que según ‘Boyacá en Cifras’, han sufrido un menor impacto por la pandemia son los asociados a suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado; actividades financieras y de seguros, en los cuales no se han disminuido significativamente la cantidad de empleados afiliados.