Por | Silvio E. Avendaño C.
La Regeneración -1886-1930- el proyecto de Rafael Núñez y Miguel Antonio- se caracterizó por el espíritu conservador y su lucha contra la modernidad. La Universidad Nacional, se ensombreció por la inestabilidad política y por la desazón social que rodeó el proceso de la Constitución de 1886. Por eso, la Universidad Nacional regresó al control del Estado y perdió su autonomía y su unidad académica.
En 1924, los estudiantes de la Universidad Nacional consideraban: “Pero he aquí que la Nación -sin haber cumplido el deber de una cultura patria y sin practicar los altos estudios- se empeña en sostener, de acuerdo con los gobiernos seccionales, una multitud de escuelas universitarias, libres de todo control, ajenas a toda corriente, sin los elementos para la enseñanza.” No existía una norma que coordinara el movimiento universitario. “
A partir de la desventura de los estudios universitarios los estudiantes de la Universidad Nacional pedían la reforma. “Hemos sentido un profundo desencanto al advertir que el más estricto de los criterios profesionales ha negado toda amplitud de la Universidad colombiana. No hallan campo en ella las ciencias sociales ni la preocupación filosófica.” Estudiantes y profesores se borran ante el prestigio de los textos, que tienden asimilarse sin revisión alguna. Tampoco hay relación entre las diferentes facultades. El espíritu universitario ha huido. Profesores sin vocación. Los profesores no se nombran por su conocimiento, son nombrados por política. En la elección de las autoridades universitarias no interviene para nada la universidad. La propuesta de reforma por parte de los estudiantes se concretó en seis puntos. Una primera preocupación es la independencia, es decir, que la universidad sea dueña de sus propios recursos, que pueda orientarse en cualquier instante, de acuerdo con las sugestiones de la ciencia y de la vida. Un segundo elemento de reforma: “Quizá hoy se trabaje, pero se da al trabajo una orientación equivoca y absurda, y nosotros nos rebelamos contra el esfuerzo estéril.” Aprender de memoria era el objetivo central. A continuación, plantearon los estudiantes la universidad social, es decir la relación entre la universidad y la sociedad, en concordancia con dos puntos: por medio de las cátedras y de la extensión. “Aquí solo existe una escuela llamada de derecho y ciencias políticas. Pero dentro de la pobreza de su plan, no cabe mucho de lo que ya hoy resulta esencial para el ciclo de los estudios universitarios”. Un cuarto punto de la reforma esperaba conseguir un mejor gobierno de la universidad. Se aguardaba la organización hecha a base de consejos de profesores y consejos de estudiantes, “que obraran de acuerdo para dictar leyes comunes y con independencia al tratarse de cuestiones particulares, sería la más apropiada para regir los destinos universitarios.” El quinto punto de la reforma está dado por cátedras, funcionamiento de seminarios, cursos especiales, bibliotecas y que; la carrera del magisterio exista sobre las bases que aseguren el provenir y, den acceso a cuantos sean dignos de tener una silla en la universidad. Y un último punto, la universidad que esté de acuerdo con el año de 1924, hoy, y mañana con el 1925. “Que no sea un simple rodaje administrativo, sino un organismo dinámico. Abierto y útil: que por la elevación de sus propósitos y por el ejemplo de una organización moderna, dé la idea de algo superior, digno de ser mirado con respeto.”